Beijing empezó el año con un record negro. En sólo el mes de enero se han registrado unos niveles máximos de contaminación del aire. El promedio en el mes fue de 400 micrones de partículas contaminantes (Pm) por metro cúbico de aire, e incluso, el pasado 12 de enero alcanzó los 755 Pm, la cifra más alta en la historia de China según el índice @BeijingAir de la Embajada de Estados Unidos. Ayer, finalmente, ya podía verse el sol en Beijing.
Día a día, se han registrado fotos de la condición del aire en Pekín. En ellas se ve una espesa neblina que fácilmente podría confundirse con cambios en temperatura entre la madrugada y la noche. Pero la realidad es que la bruma que cubrió la ciudad durante semanas es una capa de pequeños contaminantes de gran peligro para el ser humano. El miércoles, luego de una ligera lluvia los índices de contaminación bajaron y, ayer jueves finalmente, pudo verse el sol en la capital.
En enero se ha visto un aumento en los casos de enfermedades pulmonares en los hospitales chinos. Varios doctores declararon a medios chinos, como el Diario del pueblo o la agencia Xinhua, que ha habido un claro incremento en la recepción de niños y ancianos por causas relacionadas a la pesada contaminación.
La contaminación del aire normalmente había sido un tema silenciado en la prensa oficial, pero desde este mes el problema ha sido tan evidente que la prensa china ha comenzado a alertar a la población de la situación diaria y en algunos casos ha sugerido a la población, especialmente aquella con niños, permanecer dentro casa.
Para aquellos que deben salir a las calles, sugieren usar tapabocas. Y justamente esta época ha visto un incremento masivo en la compra de mascarillas, que aunque no pueden filtrar efectivamente todas las micropartículas contaminantes, logran ser un mecanismo de combate temporal. Si bien las escuelas se encuentran de vacaciones por el año nuevo chino, se han prohibido todas las actividades al aire libre, especialmente aquellas dedicadas a los niños.
La contaminación recrudece
Beijing siempre ha registrado niveles superiores de contaminación a los aceptados por la Unión Europea o la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien considera una exposición diaria a 20 Pm como perjudicial y más de 300 Pm como altamente tóxica.
Una resolución de la directiva de la Comisión Europea demarcó en 1999 el límite diario para la protección de la salud humana en 50 Pc para exposiciones esporádicas de 24 horas y destacó que éstas no deberían superar las siete al año. En los últimos días el nivel registrado en la capital china no baja de 300 Pm.
"El gobierno ha trabajado desde hace mucho tiempo en el problema, pero las soluciones no son a corto plazo", señaló el Vicepresidente Li Keqiang en una reciente rueda de prensa.
El gobierno de Pekín ha puesto en marcha varios programas como "la reducción de la contaminación por un día", que pretende reducir el número de automóviles en las carreteras y disminuir la contaminación de las fábricas en un 30%.
"Los actuales problemas medio ambientales son inquietantes", manifestó Wang Anshun, el recientemente denominado alcalde de Beijing, en rueda de presa en la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Municipal de Beijing.
"La situación es insoportable. Nací aquí, tengo 23 años y nunca la contaminación había sido tan visible. Estamos acostumbrados a ciertos niveles de polución, pero tenemos dolores en el pecho y dificultad para respirar", comentó Li Peng, una estudiante de la Universidad de Medicina China de Beijing.
Las autoridades sanitarias ofrecen regularmente datos sobre la contaminación, pero sus cifras difieren notablemente con las que publica la Embajada de Estados Unidos de su medidor de aire mediante la cuenta de twitter @BeijingAir.
La divergencia central, clave además en la solución oficial al problema, es que el medidor estadounidense calcula su interpretación a partir de las partículas finas de menos de 2,5 micras de diámetro (Pm2,5). En cambio, las autoridades china hasta hace muy poco basaban su interpretación en partículas gruesas de 10 micras (Pm 10) de tamaño.
Aquellas más pequeñas son las más peligrosas para la salud, pues logran filtrarse de manera completa en los pulmones y pueden adherirse a las paredes internas. Después de las altas cifras de contaminación, la presión pública logró que el medidor chino arrojara también cifras frente a las pequeñas partículas. Sin embargo siguen siendo relativamente inferiores a las registradas en la Embajada estadounidense.
Los micrones de partículas contaminantes tienen dos claros orígenes: uno natural y otro producto de la industria. Las partículas más grandes (Pm 10) normalmente provienen de naturaleza con fenómenos como el polen, el polvo y el dióxido de carbono de los incendios forestales.
Sin embargo aquellas de 2.5Pm vienen de la descomposición de metales pesados como el óxidos de nitrógeno, azufre, cloro, plomo o hidrocarburos emitidos por las fábricas.
Problemas para la salud
A finales de 2012, Greenpeace y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pekín emitieron un informe que indicaban que en el 2012, un estimado de 8,572 muertes en las cuatro mayores ciudades chinas se debieron a los altos niveles de Pm 2.5.
Las partículas gruesas se sedimentan rápidamente y esto hace que sea más difícil inhalarlas. Además, incluso si llegan a inhalarse, los vellos nasales y la garganta las filtran y, usualmente, no llegan a los pulmones.
En cambio las partículas finas -25 veces más delgadas que un cabello humano- son las más nocivas para la salud porque pueden respirarse con más facilidad. Al estar compuestas de metales pesados, una vez en los pulmones se adhieren a la superficie de las células y pueden producir cáncer.
"Esto explica porque en las ciudades con alta concentración de partículas finas hay de dos a tres veces más casos de cáncer de pulmón, pese a que los índices de consumo de tabaco sean los mismos", afirma Zhong Nanshan, de la Asociación Médica China.
Las personas más sensibles a las partículas contaminantes son los ancianos, los niños, los asmáticos y quienes padecen afecciones pulmonares, cardiovasculares o influenza. En enero, en un sólo día, se atendieron a más de nueve mil niños en un hospital de China, afirmó la agencia Xinhua. Por su parte, el el Hospital Infantil de Beijing manifestó haber recibido 7000 niños sólo el 14 de enero (cuando la contaminación empezó a recrudecerse).
Las causas de la contaminación en Beijing son múltiples, pero es la excesiva quema decarbón por las fábricas chinas la que se lleva el premio. "China quema un cuarto del total mundial de carbón y por ende, genera un cuarto de las emisiones de carbono del mundo. Pero también, el gobierno está llevando a cabo una buena aproximación al cambiar su posición: en diciembre aún se seguía discutiendo si había un serio problema ambiental o no, ahora se piensa en medidas concretas para solucionarlo", afirmó Zhou Rong, experta en temas ambientales para Greenpeace, a China Files.
La reacción de la población ha llevado a las autoridades a permitir un acceso más público a la situación, cuando normalmente ha sido un tema vetado. La reacción ha influido también en que el gobierno está publicando informes cada vez más realistas en internet y ha permitido un diálogo abierto en los medios de comunicación estatales como CCTV.
Algunos funcionarios del gobierno han declarado que como una solución inmediata, los coches oficiales sin uso deben ser retirados de circulación y que aquellos miembros de la Asamblea tomen el colectivo. De igual forma, se han detenido muchos trabajos de demolición y construcción sin las debidas licencias ambientales.
Aún así, la población sigue inconforme y ha pedido acciones más urgentes. La celebridad de las bienes raíces y miembro del Congreso del Pueblo del ayuntamiento de Beijing, Pan Shiyi, ha propuesto mediante su cuenta en Weibo (microblog chino) que se firme una inmediatamente un Clean Air Act (un protocolo de limpieza del ambiente) en el que se garantice una claridad en los niveles reales de contaminación para combatir con sinceridad los niveles de polución. En tan sólo las primeras diez horas de publicación, recibió el apoyo de hasta más de 32.000 personas. Una símbolo de que el pueblo chino es cada vez más consciente del problema y busca soluciones inmediatas.
Foto cortesía de Kenneth
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