Chile ha sido uno de los modelos a seguir para América Latina en sus relaciones con China. Fue el primer país del mundo en reconocer a China como miembro de la Organización Mundial de Comercio y como economía de mercado, así como en firmar un tratado de libre comercio con Beijing. Hoy los resultados económicos avalan el proyecto diplomático chileno: el intercambio entre los dos países alcanzó en 2011 los US $30.000 millones anuales y China ya es el primer socio comercial de Chile, tanto en volumen como en monto. Sin embargo, a pesar de las sólidas relaciones económicas, la inversión directa china en Chile es notablemente baja. El abogado chileno Ignacio Tornero Ochagavía examina los niveles de IED china en Chile y América Latina, los desafíos que presenta esta realidad para Chile y las medidas que puede tomar para atraerla. Con este ensayo, inauguramos la nueva sección “Sinología” que dará cabida a textos académicos que reflexionan sobre China y sobre las relaciones China – América Latina.
En términos generales -y sin contar notables excepciones como la de Brasil- la inversión extranjera directa (IED) de China en la gran mayoría de países de América Latina es baja, alcanzando en el caso chileno sólo el 0,2 % del total regional en 2009. Esta realidad demuestra la urgencia de adoptar nuevas medidas que sean capaces de captar e incentivar una mayor IED de China en la región y particularmente en Chile. “Tenemos que superar la etapa en que la relación depende solamente del comercio exterior”, decía el propio ex presidente y hoy senador Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
En su tesis de grado de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ¨La inversión extranjera directa de China en América Latina: el caso chileno, hacia la consolidación de una alianza estratégica¨, Ignacio Tornero Ochagavía examina los niveles de IED china en Chile y la necesidad de incrementarla. Tras analizar el tipo de relación comercial de China y América Latina, así como los problemas de una relación comercial basada en materias primas, Tornero aborda los niveles de IED de China en América Latina y las medidas que, de ser implementadas, permitirían crear un ambiente más propicio para recibir y captar IED proveniente de China. Su tesis, de 2011, fue premiada por la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Chile el año pasado.
INTRODUCCIÓN
Las relaciones formales entre China y Chile se iniciaron en la década de los setenta1. A partir de entonces, el Gigante Asiático comenzó un acelerado proceso de crecimiento que lo ha hecho demandar grandes cantidades de recursos naturales y alimentos. En América Latina, China encontró una excelente fuente de recursos, que le ha permitido satisfacer sus enormes necesidades y, en el caso de Chile, a un gran proveedor de cobre y productos agrícolas.
Chile fue uno de los primeros países Latinoamericanos en tener relaciones comerciales con China, relación que puede ser calificada como bilateral entre ambos países. Por una parte, China importa productos como cobre, papel, harina de pescado, vino tinto, algas y maderas, entre otros. Chile por su parte, importa productos como textiles, ropa, cerámicas, productos eléctricos y mecánicos, electrodomésticos, etc. De esta manera, China se ha convertido en el mayor socio comercial de Chile, con exportaciones que superan los 10 mil millones de dólares anuales, representando el año 2009 el 23,1 % de las exportaciones totales de Chile al mundo.
El anterior resultado, se ha debido en gran parte a la suscripción de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Gigante Asiático el año 2006. Este tratado es de particular importancia, pues Chile fue el primer país con el cual China suscribió un tratado de libre comercio en el mundo3.
Sin perjuicio de lo anterior, la inversión extranjera directa (IED) del País Asiático en la gran mayoría de los países de América Latina es baja, alcanzando en el caso chileno sólo el 0,2 % del total del acervo regional4. En virtud de lo anterior, se hace imperativa la adopción de nuevas medidas que sean capaces de captar e incentivar una mayor IED de China en la región y particularmente en Chile.
En la primera parte, se introducirá a China, haciendo especial mención a los factores y características que harán que este país sea un actor determinante en el mundo durante el siglo XXI. En la segunda, se describirá el tipo de relación comercial que caracteriza a China con América Latina, y los problemas como desafíos que representa una relación comercial basada preferentemente en materias primas. En la tercera, se analizarán los niveles de IED de China en América Latina, haciendo una distinción entre la situación anterior a 2010, y lo que podría ser el surgimiento de una nueva tendencia a partir de dicho año. En la cuarta, se analizará el futuro que le espera a Chile en términos de IED por parte de China durante los próximos años, haciendo especial énfasis en una serie de medidas que, de ser implementadas, permitirían crear un mejor ambiente económico nacional, más preparado para recibir y captar IED proveniente de China.
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Ignacio Tornero Ochagavía es egresado de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y ex alumno de la Universidad de Nanjing en China.
[Foto cortesía de littlenelly]
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