Xi Jinping es el candidato absoluto a ser sucesor de Hu Jintao como Presidente de China y jefe de las fuerzas armadas. De pura sangre comunista, Xi es uno de los principitos que ha escalado poder principalmente por sus buenas relaciones, especialmente con el ex presidente Jiang Zemin. Hoy se desempeña como vicepresidente de la RPC y vicepresidente de la Comisión Militar Central.
Xi Jinping, el líder al que le gusta sonreír
Biografía
Nacido en 1953 (59 años), en Beijing.
Cercano a: Jiang Zemin. Hijo de Xi Zhongxun, vicepresidente de la RPC y miembro de la primera generación de líderes.
Vicepresidente de la RPC (2008-presente)
Vicepresidente de la Comisión Central Militar de la RPC (2010-presente)
Vicepresidente del Comité Central de la Comisión Central Militar del PCCh (2010-presente)
Miembro del Comité Permanente del Politburó, sexto rango (2007-presente)
Secretario General del Partido en la municipalidad de Shanghai (2007)
Secretario General del Partido en la provincia de Zhejiang (2002-2007)
Gobernador de la provincia de Zhejiang (2002-2003)
Gobernador de la provincial de Fujian (2000-2002)
Perfil
Xi Jinping nació en una cuna roja, comunista y muy cercana al poder. Su padre, Xi Zhongxun, estaba en la primera generación de líderes comunistas, fue vice primer ministro y uno de los fundadores de la resistencia comunista de Shaanxi.
Si bien su ascenso en el poder ha sido paso a paso, desde líder del Partido en pequeños condados hasta ser hoy el vicepresidente, muchos alegan que su rápido crecimiento político se debe a su apellido, conexiones familiares y a su cercanía con el ex presidente Jiang Zemin. Sin embargo, según afirman muchos de quienes lo conocieron cuando era un pequeño líder, Xi siempre buscó minimizar la importancia de su linaje comunista.
Se hizo miembro del Partido Comunista a los 21 años. Educado con la élite académica china, en la Universidad de Tsinghua, sigue el perfil ingeniero –químico en su caso- de muchos de los otros políticos chinos.
Su carrera se inició en la provincia de Fujian, fronteriza marítimamente con Taiwán, donde llegó a ser gobernador. Luego subió a Zhejiang, una de las provincias más prósperas económicamente de China y en la que realmente consolidó su influencia política, siendo gobernador y jefe del PCCh. Brevemente fue jefe del PCCh en Shanghai, luego de que Chen Liangyu fuera destituido al ser vinculado con el robo de 400 millones de dólares de los fondos de pensión del distrito Baoshan.
Después de su buen desempeño en Zhejiang, clave para el crecimiento económico de dos dígitos de China durante los años 2000-2010, Xi se aseguró un puesto en el Comité Permanente del Politburó. Después de dos términos, hoy es la sexta persona más importante en la arena política china y próximamente ocupará el primer puesto.
El conciliador
Desde su inicio en el Partido se vinculó a la Liga de la juventud comunista, con Hu Jintao como uno de sus más activos representantes. Pero, debido a su cercanía a Jiang Zemin, ha estado vinculado a la Clique de Shanghai. De esta manera, Xi, amigo de Hu y de Jiang, es el ejemplo de la conciliación entre las dos grandes facciones del Partido.
Sin embargo, hasta ahora ha resultado un enigma saber su verdadera filiación política o sus orientaciones. Con sus pocos comentarios públicos se podría hacer llamar un reformista muy conservador. Es decir, abogará más por la liberalización del mercado que por la liberalización política, revelando de esta forma su fuerte cercanía al grupo de Shanghai. Lo único que se sabe claramente es que ha sido uno de los líderes que más fuerte se ha enfrentado a la corrupción, con sus actos en Zhejiang (curiosamente, otro líder que se esforzó contra la corrupción fue el hoy caído Bo Xilai).
Sin embargo, de su vida íntima se conocen más detalles que del actual presidente Hu Jintao, como si fuera un interés personal formar una idea pública del personaje político. Eso sí, sin ser un libro abierto y manteniendo un rígido silencio en muchos de sus pensamientos políticos.
Cuando fue joven, durante la revolución cultural fue enviado a un campo de trabajo en Liangjiahe, para abrir canales en la árida tierra del centro de China. La práctica comunista de esa época, de forzar a los jóvenes a “adquirir valores campesinos” le ha servido hoy para perfilarse como un político que entiende las necesidades del pueblo.
Ese pasaje sin embargo no resulta de un deseo personal de Xi, sino que fue una consecuencia del conflicto ideológico entre su padre y Mao. Además de enviar a Xi al campo, su padre fue purgado y rechazado por varios años por el Partido. Por este mismo motivo, a Xi le negaron nueve veces su inscripción al PCCh, hasta que su padre fue rehabilitado.
En el plano familiar, se conoce que tiene una familia estable y “bonita”. Su esposa, Peng Liyuan, es una famosa cantante de pop folclórico chino, y se sabe que tiene una hija, Xi Mingze, que estudia en Harvard bajo un pseudónimo. Le gustan las películas de acción hollywoodenses, disfruta de los partidos de la NBA. Su cercanía con Estados Unidos es clara, especialmente al haber pasado una temporada en Iowa estudiando el desarrollo agrícola norteamericano. En su último viaje a este país, organizó un viaje de “recuerdo” a este estado –completamente fuera del rigor político- que muchos consideraron parte de una campaña de perfil público. Xi Jinping se montó en un tractor, con gorra granjera, y comió papas dulces de Muscatine, Iowa. También fue a ver un partido de los Los Angeles Lakers.
Xi ha sido siempre más abierto en el exterior que en China y se ha forjado una imagen de una persona muy segura de sí misma, sonriente, cálido, pero al mismo tiempo muy nacionalista y firme en el brillante futuro que le espera a China..
Parece que en el extranjero se elimina el filtro de la prudencia comunista china. Una vez en México dijo: “Algunos extranjeros con la barriga llena no tienen nada mejor que hacer que señalar con el dedo nuestros asuntos. China no exporta revolución, ni tampoco exporta pobreza y hambre, ni les causa problemas. ¿Que más hay que decir?”; y en otra visita en Alemania, primero le dio los saludos de Jiang Zemin a Angela Merkel, en lugar de seguir el protocolo y saludar en nombre del presidente Hu.
Kissinger afirmó que “se siente inmediatamente su presencia cuando entra en el salón”, resumiendo los comentarios de otros dignatarios extranjeros. Muchos lo recuerdan como de los pocos chinos que prefieren “charlar” y tener una conversación agradable en lugar de seguir los rígidos intercambios de palabras de los demás líderes chinos.
Lee más sobre Xi Jinping:
Xi Jinping es censurado en la red china
Esperando a Xi Jinping: América Latina y China, 40 años después de la visita de Nixon
Xi Jinping, uno de los chinos influyentes según Time
El debut estadounidense de Xi Jinping
La historia americana de Xi Jinping
Xi Jinping da un paso más hacia la presidencia china
La llegada de los principitos del Partido a la vida pública
La entrevista a medias de Xi Jinping con el Washington Post