La uruguaya Laura Olivera llegó a Beijing a estudiar chino. Un año después estaba impartiendo ese conocimiento por las ondas de la Radio Internacional de China para toda la comunidad hispanohablante del mundo. El programa China en chino es un éxito entre los latinos que quieren aprender mandarín en sus países.
Cuando Laura Olivera se graduó de Ciencias de la Comunicación en Uruguay, se inclinó por el diseño y las artes visuales. Pero el futuro le deparaba otra de las ramas de la comunicación social: la radio. A sus 32 años, es la conductora del programa China en Chino, que se transmite diariamente a través de la Radio Internacional de China con sede en Beijing, y que busca difundir el idioma y la cultura china en la audiencia hispanohablante.
¿Cómo llegó por primera vez a China?
En 2012 me gané una beca de un año en Montevideo para venir a Beijing a aprender chino. Yo siempre he sido una apasionada del arte, así que no desaproveché mi estadía en Beijing para hacer algunas ilustraciones. Llegó el momento en que hice muestras y exposiciones en la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing (donde yo tomaba clases) y en el Instituto Cervantes.
¿Cómo resultó trabajando para la Radio Internacional de China?
Las exposiciones fueron el gancho. Cada vez que presentaba mis obras, alguien de la radio me entrevistaba. Notaron que yo no era la típica extranjera que viene a aprender chino pero que solo anda con extranjeros y no se interesa por conocer más a fondo la cultura. Aparte de mis ilustraciones, yo también tomaba clases de caligrafía, pintura tradicional y erhu (el violín chino). Eso les llamó mucho la atención, así que me invitaron a trabajar con ellos. Cuando acepté, ni siquiera sabía qué tipo de programa iba a hacer. Pero cuando me dijeron que era un programa de enseñanza de idioma y difusión de cultura, me pareció perfecto; como si fuera diseñado para mí. Es un programa que a mí me gustaría oír en casa en Uruguay.
Explíquenos más sobre el programa. ¿Cómo es?
Se llama China en chino y la idea del programa es acercar la cultura y el idioma chino a la audiencia hispanohablante. Dura una hora y tiene varias secciones. Están las clases de mandarín, que se manejan de manera temática, así que cada día cubrimos un tema. Está la sección gastronómica, donde se explican platillos y se discuten recetas. Tenemos un espacio de cine en el que comentamos películas chinas. También está la parte de música; tomamos una canción, la traducimos y analizamos el estribillo palabra por palabra. Hay una sección de entrevista y un espacio cultural llamado Puro Chino, en que comentamos aspectos interesantes de la cultura.
¿Cómo es el equipo que realiza el programa?
La Radio Internacional de China es enorme, tiene la audiencia más grande del mundo y transmite en 63 idiomas. En el departamento de español somos 32 chinos y cinco hispanohablantes nativos (Cuba, España, México, Perú, y Laura de Uruguay). Hay que decir que los chinos tienen un nivel altísimo de español, pueden improvisar al aire y son muy versátiles. Una de las personas que más me impresiona es mi colega y co-conductora en el programa, Noelia Xialing. Ella vivió en México y habla español perfectamente.
¿Había trabajado en radio antes?
No. Siempre enfoqué mi carrera hacia la publicidad, pero cuando llegué a China empecé a involucrarme con el periodismo. No era nada muy serio, un par de notas freelance que me parecían curiosas. En radio solo había hecho corresponsalía. Así que fue en Beijing cuando realmente tuve que enfrentarme a un micrófono. Sin embargo, mi esposo es locutor de radio, así que me ayudó mucho a prepárame para este reto.
En vista de que no había hecho radio antes, ¿cuál le ha parecido el mayor reto?
Hubo muchos. Tal vez uno de los más complejos era el idioma. A pesar de que yo hablo chino, no conozco muchas palabras técnicas y leer caracteres me es muy difícil. Así, todo me resultaba incomprensible. Eran cosas muy básicas, pero me hacían todo más complicado. Por ejemplo, el sistema operativo de mi computador de la oficina es en chino, entonces tareas tan simples como ‘guardar como’ eran un problema. La consola también está toda en chino, así que los primeros días tuve que tener a un chino que me ayudara siempre hasta que me aprendí todos los botones y comandos de memoria.
¿Y cuáles han sido las grandes satisfacciones que ha sacado de esta experiencia?
Aunque el programa es muy nuevo, ha tenido excelente acogida. Se transmite en vivo en Madrid, Tijuana y San Diego y muchas personas de esos lugares nos escriben con sugerencias de temas o para resolver dudas que surgen de su aprendizaje del chino en sus propios países. Yo lo promociono mucho a través de mis contactos en Uruguay, así que también tengo a muchos estudiantes de chino enganchados. Es muy gratificante saber que los estamos ayudando a progresar con el idioma.
¿Y cómo prevé el crecimiento del programa?
Hasta ahora estamos empezando y viendo la reacción de la gente, así que no lo hemos pensado con detenimiento aún. Creo que el primer gran desafío lo encararemos más o menos en un año cuando queramos cautivar audiencia nueva. En vista de que ya habremos estudiado un año de chino a través del programa, hay que pensar en si repetimos el ciclo, si seguimos avanzando, cómo integramos a los nuevos oyentes. Por ahora, seguiremos con esta iniciativa para acercar a las dos culturas que tanto bien hace a países tan lejanos como los nuestros y que conocen tan poco sobre China.
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[Foto: Laura Olivera]