El Internet en China, que ya cuenta con 485 millones de usuarios, no crece sino que evoluciona. Esta transformación a ritmo veloz -característica intrínseca del país- tiene el mismo motor de cambio global: los medios sociales (redes sociales, microblogging, bitácoras en línea, mensajería instantánea). China Files les presenta el análisis, en dos partes, de Patricia Castro Obando sobre la red china. (En colaboración con China es un Planeta). Primera de dos entregas del reportaje…
Este cambio que se está produciendo en la red local, producto de etapas evolutivas y del rasgo acaparador de estos medios sociales locales, influenciado también por un factor coyuntural –la censura-, ha generado la búsqueda de modelos propios más funcionales y dinámicos para satisfacer al usuario.
Desde Occidente la mirada frente a China, por desconocimiento o por prejuicio, es otra. Todavía se cree que los medios sociales chinos -es decir, sus plataformas y herramientas digitales- son copias o clones de los modelos extranjeros con apenas ciertas modificaciones. Los casos más conocidos son ReRen (antes Xiaonei), Weibo (Sina), QQ y Baidu, llamados “el clon chino de Facebook”, “el Twitter chino”, “el Messenger chino”, o el “Google chino”, respectivamente. Y a pesar que existe una dosis de verdad, se trata más bien de una mirada desactualizada de la realidad local. Los medios sociales chinos hace tiempo emprendieron su propia marcha.
La mayoría de plataformas digitales chinas ha tomado el mismo rumbo. Primero reproducen casi exactamente la herramienta extranjera con variaciones insignificantes, después adecúan el clon a la realidad china con cambios significativos, y por último producen un resultado único, una innovación. Las primeras dos (clonar, adecuar) están vigentes: son las que agrupan a la mayor cantidad de plataformas chinas y dirigen esta marcha. La última (innovar) todavía no aprende a caminar por sí misma.
De la clonación a la innovación
El proceso de clonar, adecuar e innovar guarda su propia lógica. En el caso del Internet chino, los desarrolladores clonan una plataforma occidental en primer lugar para aprovechar su grado de penetración global, y poner a prueba la herramienta en el circuito local antes de las modificaciones. En la siguiente fase, la adecuación, los desarrolladores acondicionan el clon al circuito local, tomando en cuenta su desempeño en la fase anterior, mantienen las aplicaciones más populares e incorporan nuevas.
Un ejemplo que grafica lo anterior es RenRen, la red social china que nació como Xiaonei. En un principio Xiaonei era un clon de Facebook. Pero después de los ajustes necesarios, el modelo no solo se ha adecuado al usuario chino sino que además busca ser funcional dentro del marco legal. Lo mismo sucede con otros medios sociales chinos que no necesitaron cambiar de nombre para evolucionar de la primera a la segunda etapa (clonación a adecuación), o incluso debutaron en la red local a partir del segundo escalón (adecuación). Este es el caso de los Weibo.
Lo que más distingue a los medios sociales chinos y los aleja de sus pares extranjeros es que mientras estos optan por la especialización y la focalización, la tendencia de las plataformas locales es expandirse y concentrar la mayor cantidad de herramientas y recursos para el usuario. A este rasgo le llamo “acaparador” y es muy típico de los medios sociales locales. Es el caso de QQ, por ejemplo. Una sola plataforma crece hasta el punto de almacenar una gran variedad de contenidos (blogs, redes sociales, foros, noticias, correo, buscador, noticias, fotos, música, video, etc.) para que el usuario no tenga la necesidad ni el deseo de abandonar el sitio.
El caso de Baidu, un verdadero gigante acaparador del Internet chino y al que se le compara con Google, es otro ejemplo. Se trata del sitio web más popular del país y como sucede con Google en el exterior, es el líder en el mercado de búsquedas dentro del circuito chino. Hay rumores sobre una posible alianza entre Baidu y Facebook para que la red social extranjera ingrese oficialmente al Internet local. En este afán por acaparar servicios, a Baidu le falta una herramienta como Facebook para competir con RenRen, a pesar que hace poco incorporó su propio Weibo.
Política e Internet
Sucede en China que el bloqueo de famosas plataformas occidentales (Facebook, Twitter, Youtube, Blogger, WordPress, Foursquare, y la lista sigue) ha generado una coyuntura especial que beneficia a las empresas locales del sector. Por lo tanto, la censura va más allá de los márgenes políticos y está vinculada también al tema comercial.
Hechos que marcan un antes y un después en la agenda política del país han influenciado y determinado el curso del Internet chino. Hay ejemplos muy puntuales como las revueltas en el Tíbet (marzo 2008) y las revueltas en Urumqi (julio 2009). Ambos casos generaron apagones informativos y digitales. Después de estos sucesos, varias plataformas occidentales que operaban en China quedaron bloqueadas. El escenario fue propicio para que aparecieran en el circuito local no solo otros clones de estas herramientas censuradas sino también nuevos rediseños que mostraban una mejor adaptación del producto. Este fue el caso de Weibo que pasó muy pronto de la clonación a la adecuación.
Por otro lado, la partida de las plataformas extranjeras no repercutió significativamente en la red local. Cuando estas herramientas occidentales ingresaron a China, tuvieron que coexistir con sus clones que se habían adelantado en el camino conquistando el terreno. Lo que necesitaban estas plataformas extranjeras era tiempo y permanencia en la red china para enfrentar a sus propios clones y optar por la adaptación o la persistencia (esto último lo hizo Apple) de sus modelos.
Tanto en el caso de Twitter como el de Facebook, por ejemplo, la permanencia fue intermitente y el período de tiempo relativamente corto. En el caso de Google, que tiene una historia de encuentros y desencuentros con los reguladores chinos, el territorio fue siempre de Baidu. Muy distinto de lo que sucedió entre MSN Messenger y QQ, que mantienen una feliz convivencia.
Cuando estas plataformas dejaron de existir en China (Twitter y Facebook), varios de sus clones llenaron los vacíos mientras que a los pocos meses se lanzaron nuevas herramientas locales y mejor adaptadas al usuario chino. Fue un momento ideal para los desarrolladores locales.
Patricia Castro Obando es una periodista peruana que reside en China desde hace ocho años. El texto, presentado durante el I Congreso Latinoamericano de Estudios Chinos en La Plata (Argentina), fue publicado en su blog China es un Planeta.
La segunda parte de este reportaje se puede leer acá.