Trump suma aliados en los lugares menos pensados

In by Andrea Pira

China y Corea del Norte ven con simpatía un triunfo del magnate por su poco compromiso con los derechos humanos y su intención de retirar fuerzas de Asia.
Los ataques de Donald Trump a los principales aliados de Estados Unidos y el nacionalismo que pregona han generado simpatías en lugares insospechados. Mientras Corea del Norte, el país más hermético del mundo, lo ve como un "visionario", en China lo prefieren por ser un hombre de negocios, preocupado por lo económico y desentendido de la defensa de los derechos humanos.
 
"De hecho, él puede ser el mejor presidente para China", argumentó Wu Jun, un comentarista político de la televisión Phoenix de Hong Kong, sobre la conexión que puede existir entre el candidato republicano y el presidente chino, Xi Jinping . "Dos peces gordos" que se pueden sentar a una mesa para cerrar importantes acuerdos sin preocuparse acerca de temas humanitarios.

En Pekín ya están acostumbrados a que los candidatos presidenciales usen a China como caballo de batalla en la lucha por la Casa Blanca, y aunque han calificado a Trump como un tipo "irracional", analistas consultados y diversas fuentes comienzan a ver las grandes ventajas estratégicas que puede tener para el gigante asiático un eventual triunfo del magnate estadounidense.

Sin embargo, no se trata únicamente de beneficios en el campo comercial.

También es importante para China que Estados Unidos cambie su política actual en Asia y le permita a Pekín consolidar su plan de convertirse en la única potencia militar y económica en la región.

Trump les exige a Japón y Corea del Sur, aliados tradicionales de Estados Unidos en Asia, que paguen por el despliegue de miles de soldados presentes en esos países desde hace varias décadas.

"Corea del Sur es una máquina de producir dinero y nos paga monedas. Ellos tienen que pagar, y lo deben hacer de una manera significativa si quieren que los protejamos", dijo Trump a principios de este año, para luego asegurar que buscará un diálogo directo con el líder norcoreano, Kim Jong-un.

Declaraciones como éstas han disparado las alarmas en Seúl, en especial cuando les deseó "buena suerte" en caso de que se reactive un conflicto armado con Pyongyang, como el que se vivió a mediados del siglo pasado. "Que lo disfruten. Nosotros no podemos seguir siendo los policías del mundo". 

En la capital norcoreana, este tipo de declaraciones resonaron tan fuerte que el diario oficialista DPRK Today elogió la figura de Trump como un "candidato presidencial profético, sabio y con visión de futuro", que puede ayudar a unificar las dos Coreas, en especial con su plan de retirar los casi 29.000 militares que Estados Unidos tiene apostados en Corea del Sur si sólo siguen pagando "con maní".

Hazel Smith, directora del Instituto de Estudios Coreanos de la Universidad Central de Lancashire, aseguró que es ir demasiado lejos pensar que China y Corea del Norte le estén dando su apoyo a Trump. Aunque hubo una declaración en la que lo califican como un hombre "sabio", lo que realmente esperan Pekín y Pyongyang es "un cambio de política que sea más favorable para negociar un nuevo acuerdo de seguridad".

"El principal problema es que Corea del Norte y China tienen la experiencia de Hillary Clinton como secretaria de Estado de Estados Unidos en la primera presidencia de Obama, y ninguno de los países piensa que tiene sentido esperar de parte de ella alguna iniciativa nueva que pueda abrir el camino para desbloquear la beligerante situación actual de las relaciones intercoreanas", precisó la experta, y aclaró que la posición de Pyongyang es que con Trump en Washington se podrá negociar "siempre y cuando sus intereses de soberanía y seguridad sean tenidos en cuenta".

Por su parte, el director del Instituto de China en la Universidad de Bucknell, Zhiqun Zhu, precisó que algunas personas en Asia respaldan a Trump porque ven en él a un hombre que se centra en los intereses económicos, es menos ideológico y más pragmático.

"Hillary Clinton ha sido muy crítica de la política exterior y los derechos humanos en China, motivo por el cual algunas personas prefieren a Trump", subrayó el politólogo de Bucknell, y desestimó que quienquiera que sea el futuro presidente de Estados Unidos pueda "cambiar drásticamente" las políticas hacia China, "dada la complejidad y la alta interdependencia de la relación".

Analistas en Japón, el otro aliado estratégico de Estados Unidos en la región, ven con preocupación la posible llegada del candidato republicano a la Casa Blanca, y aseguran que eso podría beneficiar las ambiciones geopolíticas de China en Asia, en especial a raíz de las disputas multilaterales que existen en el Mar del Este y el Mar de China.

"China quiere que Estados Unidos se retire de la región tan lejos como sea posible para poder crear un orden regional que maximice sus intereses y seguridad", aseguró Yuichi Hosoya, experto de la Universidad Keio en Tokio, en una entrevista con el Wall Street Journal.

Anticipándose a una posible salida paulatina de Estados Unidos, el régimen chino ya tiene aceitada su maquinaria de influencia política y económica para reemplazar la presencia de Washington en la región.

Artículo producido para La Nación, Argentina.

[Crédito foto: AP]

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