Con antelación a su viaje a Pekín en septiembre de este año para la reunión del G20, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, tiene unos temas que considerar. Uno de ellos es reconsiderar los términos de un acuerdo que fue aprobado por el Congreso de Argentina en 2015, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
El acuerdo, firmado entre la ex-presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el gobierno chino en 2014, propone la construcción de una estación espacial china en la provincia de Neuquén, situada en el sur de Argentina. Según el acuerdo, la construcción debería haber comenzado este año. Sin embargo, las obras están retrasadas porque el presidente Macri le pidió al embajador argentino en China, Diego Guelar, que negociara la adición de un artículo en el acuerdo destacando que la estación espacial no será usada por motivos militares por el gobierno chino. El costo del proyecto, financiado completamente por China, es de aproximadamente 300 millones de dólares.
Llamada “Estación de Espacio Lejano,” la estación, que es parte del Programa Nacional de China de Exploración de la Luna y Marte, será la primera estación espacial construida fuera de China. La principal característica de la estación será una antena de 35 metros. La estación será administrada y controlada por la empresa estatal china, Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC). Cabe destacar que CLTC depende del Departamento General de Armamento y de la Comisión Central Militar del Ejército Popular de China. Por lo tanto, la negociación de los términos del proyecto y los detalles de su implementación ha generado mucho interés y polémica a la vez.
Entonces, ¿por qué hay tanta preocupación y polémica envolviendo este proyecto?
Una razón es que el acuerdo original, que tiene ocho artículos, no especificó que la estación no será usada por motivos militares del gobierno chino. Otra razón es que el personal de la estación no estará sujeto a las leyes laborales de Argentina, sino a las de China. Además, la administración y operación de la estación será a cargo del gobierno chino. Es decir, las 200 hectares de tierra en Neuquén serán fundamentalmente territorio chino. Por último, el gobierno chino tendrá una exención impositiva de 50 años desde el comienzo de la operación de la estación.
Fernando Solanas, el Senador Nacional por la Ciudad de Buenos Aires, resumió la preocupación de muchos: “Hay muchas preguntas y pocas respuestas sobre algo tan sensible como entregar cientos de hectares de una provincia limítrofe con otro Estado a un tercer Estado – China – por medio siglo para actividades en las que la Argentina se beneficiará de forma ínfima: solo 2 horas y 40 minutos por día de uso de la antena de los chinos”. Otras dudas incluyen si el personal chino será civil o militar, y las razones por el artículo 2 del acuerdo. Según ese artículo, por un periodo de 50 años, el CLTC será exento de “todo impuesto y/o derecho aduanero, de los impuestos internos así como de los impuestos nacionales, incluido el IVA”.
En una reunión entre Diego Guelar y Yang Wanming, el embajador chino en Argentina, el primero sostuvo que la función de la estación no podrá ser para razones militares. La Comisión Nacional de Actividad Espacial (Conae) de Argentina también reiteró este punto. Es importante notar que en Argentina una gran mayoría de las importaciones chinas son bienes tecnológicos. Entre los acuerdos que Cristina Fernandez de Kirchner firmó con el gobierno chino en 2014, también se destacaron proyectos para la construcción de dos reactores nucleares y dos represas en Argentina.
Estados Unidos y Europa han expresado sus inquietudes sobre el proyecto. En 2009, Argentina y la Agencia Espacial Europea (de la Unión Europea), firmaron un acuerdo para construir una estación espacial en la provincia de Mendoza, situada en el noroeste de Argentina. A diferencia de la propuesta estación en Neuquén, se especificó en el acuerdo entre Argentina y la Unión Europea que la estación en Mendoza operaría estrictamente con objetivos civiles. El costo de ese proyecto fue de 45 millones de euros, aproximadamente 50 millones de dólares.
En el marco del nuevo proyecto entre Argentina y China, las dudas y preguntas de los Estados Unidos y la Unión Europea son parecidas a las de Argentina: si la antena de la estación china tendrá fines militares, civiles, o ambos.
[Crédito foto: Neuquén Informa]
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