Nuestro colaborador Mauricio Percara nos cuenta sobre su amigo Pandarinathan, un curioso periodista, escritor y amante de Paulo Coelho proveniente de la India, a quien conoció un día tirando al aro en una pequeña cancha de baloncesto.
Nos conocimos tirando al aro, en una canchita de básquet. Ese día, mea culpa, la pelota se pinchó. Pero la vida, pocas veces metafórica y frecuentemente irónica, abrió una amistad en ese hueco que ventilaba aire comprimido. Su nombre es Pandarinathan, es un indio de la zona que habla tamil, de la provincia de Tamil Nadu.
El destino nos llevó a convivir, tiempo después. Es que en China la gente viene y va, son soñadores que llegan y se dejan llevar hacia otros parajes hasta que regresan, sin más, a la China de sus amores.
La casa, ahora aromatizada con curry, había mutado con su presencia. Mi costumbre es colocar platos, botellas, frascos y demás utensilios en sitios elevados; Nathan –como le gusta ser llamado- o Panda –como le apodamos con cariño- sitúa gran parte de su arsenal culinario en el suelo, en contacto directo con las energías de la tierra. Pena que vivamos en un quinto piso.
Jamás he visto cómo se unen los labios de mi compañero de piso, tampoco he dedicado tiempo a imaginarlo. Es que su sonrisa jamás desaparece, es eterna y blanca como la leche del animal que adoran en sus pagos.
Panda estudió informática, tiene una maestría en estas ciencias, pero su pasión lo llevó al terreno de la escritura y el periodismo. Intenta con grandes esfuerzos traspasar su habilidad redactora en tamil al inglés, la lengua que considera es la del futuro. Este idioma es, justamente, el que unifica a la India, mediando entre las diferentes hablas.
Hay algo más, sorprendentemente increíble. Este chico ama las letras de Paulo Coelho, ese brasilero tan bien y mal criticado en tierras sudamericanas. Para Nathan, este escritor es la máxima expresión de la literatura universal y no existe otro como él. “Amo cada una de las palabras que escribe”, me comenta en una charla de domingo.
Ese mismo día comparte conmigo su colección de Coelho, con doce libros del autor en exposición, todos en lengua inglesa. Fue su mentor periodístico, el jefe de redacción del periódico Dinamani de sus tierras, quien le introdujo este novelista para mejorar sus cualidades de redacción en lengua inglesa. Mi natural inquietud consistió en saber el por qué de la elección de un autor no nativo. Nathan sigue el blog de Paulo Coelho, me cuenta que este publica en inglés y que, según su teoría, es el mismo brasilero quien se encarga de las publicaciones en esta lengua germánica.
En los tiempos en que mi amigo se iniciaba a leer al de las fincas de la zamba, apenas había terminado una relación sentimental complicada. Devastado, encontró el consuelo necesario en esas líneas traducidas, las que cumplieron con la misión de libro de autoayuda.
Desde el sur de la India al norte de la China y desde las tropicales tierras brasileñas brindando luz a los oscuros despojos de una relación que no pudo ser, “cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que lo está esperando”.
[Crédito foto: Archivo de Mauricio Percara]
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