En momentos en los que se vive un clima de optimismo político debido a las reformas puestas en marcha a partir del tercer Plenario del 18 Congreso y poco después de un ataque a la plaza Tian’anmen se vivió en Xinjiang un ataque a una estación de policías en el que murieron nueve personas. El sábado por la noche nueve personas atacaron una estación de policía en Xinjiang y murieron en la contienda con los oficiales. Esto se da a casi un mes de la explosión de un coche frente al retrato de Mao en la plaza Tian’anmen de las que fueron responsabilizadas personas de Xinjiang. La policía ha detenido a cinco personas en relación con el ataque de Tiananmen y la prensa oficial lo describió como un ataque terrorista. Hace unos diez días explotaron bombas caseras frente a las oficinas del PCCh de Shanxi. Y hace siete meses se produjo un enfrentamiento en la zona que causó 21 muertos.
Esto muestra que la guerra invisible que se lleva adelante en Xinjiang entre Han y Uigures sigue siendo de plena actualidad. El gobierno del municipio informó a través de su cuenta en Weibo que los atacantes llevaban armas blancas y atacaron directamente al personal policial. En el enfrentamiento murieron los nueve atacantes con heridas de balas mientras que dos policías resultaron heridos.
La agencia oficial Xinhua nombró a uno de los asaltantes como Abla Ehet, que es un nombre de origen uigur. La contienda entre uigures y han ya se han producido más de 30 muertos desde el 2009 y miles de agresiones entre los dos bandos. China alega que ha invertido mucho para desarrollar la región y mejorar las condiciones de vida y culpa a los terroristas separatistas de la incitación a los disturbios. Sin embargo gran parte de la población de origen musulmán en la región está descontenta del control que imponen los chinos han. Las organizaciones internacionales de derechos humanos y algunos activistas en el exilio, como Dilxat Raxit, actualmente residente en Suecia, denunció que las fuerzas de seguridad cada vez más disparan a matar a los atacantes uigures en vez de intentar capturarlos con vida. "Antes, los enviaban a juicio, se podía discutir sobre la imparcialidad del juicio, pero al menos estaban vivos. Ahora , los están matando directamente ", dijo a The Associated Press Dilxat Raxit. La región históricamente ha sido habitada por una mayoría musulmana turca e uigur, con tendencias separatistas. En la actualidad cada uigur tiene al menos una experiencia de represión en la familia: detenciones , palizas, experiencias diarias en todo el país. Muchos chinos han consideran los uigures , traficantes de drogas , o gente en general poco fiables.
La desconfianza es mutua y ha aumentado en los últimos años. En 2009 en Xinjiang se produjo un levantamiento que causó cientos de muertes: uigures que atacaron a los Han , Han que atacaron a los uigures policías . Las personas se escondían en sus casas, aterrorizadas. Durante esos días se hizo muy difícil entender lo que estaba pasando, porque la región estaba cerrada, blindada : también se desconectaron las líneas telefónicas y de Internet.
Los últimos enfrentamientos tuvieron lugar este año, para dejar en claro una situación de " guerra de baja intensidad" que nunca es mencionada por los órganos oficiales de la prensa controlada por el Partido Comunista y que también a nivel internacional tiene mucho menos notoriedad de las mismas instancias autonomista de la región autónoma del Tíbet.
Los xinjianeses son musulmanes y fueron el grupo étnico más grande en Xinjiang, hasta que – hace una década Beijing puso en marcha la campaña ‘Go West ‘ , con un doble objetivo: por un lado, el desarrollo de la industrialización y por el otro la urbanización de grandes áreas del oeste de China. La campaña " Go West " ha llegado a verter en la región noroeste millones de chinos Han y frescos yuanes que han cambiado radicalmente la zona, con lo que los uigures ya no son mayoría de la región. Beijing , por su parte considera al Tíbet y Xinjiang de la misma manera: un problema interno y un área de China.
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