Muerte de un pescador

In by Andrea Pira

El día 9, el pesquero taiwanés Kuangda Hsing 28, proveniente de Liuqiu, en el condado sureño de Pingtung, se encontraba en aguas del Mar del Sur de China, en un zona en disputa con Filipinas, cuando un barco, supuestamente del Buró de Pesca filipino, abrió fuego contra la embarcación taiwanesa causando la muerte del pescador de 65 años, Hung Shih-cheng.
Las primeras informaciones fueron confusas. En un principio se dijo que era un barco de la armada filipina, pero Manila lo rechazó de plano aduciendo que ningún barco de su armada se encontraba en esas aguas. Luego se dijo que fue un barco gubernamental supuestamente perteneciente al Buró de Pesca, que habría abierto fuego al ser supuestamente chocado por el pesquero taiwanés. Otros medios señalan a la Guardia Costera En el momento en el que se escribe este artículo, los hechos siguen sin aclararse.

Las primeras pesquisas de los funcionarios taiwaneses apuntan a un ataque indiscriminado que se deduce de los 52 agujeros de bala encontrados por todo el Kuangda Hsing 28 y que fueron hechos supuestamente con fusiles de asalto. Las preguntas se agolpan en los medios de comunicación. ¿Qué hacía un barco del gobierno filipino con fusiles de asalto? ¿Qué ocurrió realmente para que tuviesen que disparar hasta en 52 ocasiones por lo menos?

La reacción del gobierno fue algo tardía. Nadie obviamente se esperaba que ocurriera algo tan grave y el furor popular antecedió a la respuesta gubernamental. Un día tardó el presidente Ma Ying-jeou en aparecer en los medios. Concretamente el día 10 por la mañana tras 3 horas de reunión del Consejo de Seguridad Nacional. Ma Ying-jeou exigió públicamente a Filipinas una petición formal de perdón, compensación económica y celeridad en la aclaración de lo ocurrido. El presidente dijo que las acciones de Filipinas violaban el derecho marítimo e incluso la racionalidad humana.

Sin embargo, las críticas de la ciudadanía ante la pasividad del gobierno no se vieron aplacadas por esta declaración y el día 11 por la noche la portavoz de la Oficina Presidencial Lee Chia-fei reunía a los medios para anunciar que el gobierno de la República de China daba un ultimátum de 72 horas a Filipinas, a contar desde la primera hora del día 12, para responder a sus exigencias, a saber: una petición formal de perdón y compensación a la familia del pescador muerto; investigación rápida y clara de los hechos; pena ejemplar para el asesino; y la inmediata apertura de negociaciones de pesca. Si en ese tiempo no hay una respuesta del gobierno filipino, Taiwán suspenderá las solicitudes laborales de los trabajadores filipinos, retirará a su representante de Manila y pedirá al representante filipino en Taipei que abandone el país.

En medio de la tensión, asociaciones de trabajadores filipinos han pedido a su gobierno que responda inmediatamente a las exigencias de Taiwán. Igualmente, funcionarios del Ministerio de Economía de Taiwán han advertido que la suspensión de permisos a trabajadores filipinos dañará el sector tecnológico de la industria taiwanesa. Por otra parte, los canales de noticias de la isla están en plena efervescencia informativa, con continuas imágenes de los familiares del pescador muerto, de los disparos realizados sobre el barco y de la reunión de Ma Ying-jeou con las autoridades pesqueras y la Guardia Costera.

De momento, el gobierno filipino ha prometido una investigación imparcial e incluso ha invitado a Taiwán a realizar una investigación conjunta de los hechos, pero rechaza que el barco autor de los disparos pertenezca al ejército.

Las redes sociales bullen con mensajes antifilipinos y el gobierno taiwanés ha informado de ataques de hackers filipinos a las páginas web gubernamentales. Las televisiones han mostrado a pequeños grupos de manifestantes pidiendo declarar la guerra a Filipinas tras anunciar el gobierno que dos de sus patrulleras más grandes pertenecientes a la Guardia Costera patrullarán todos los días las aguas en las que ocurrió el incidente.

En medio de todo este lío diplomático, China aprovechó para reforzar su estrategia de hacer suyas las demandas diplomáticas de Taiwán en todas las disputas territoriales de Asia Pacífico y por medio de su portavoz de Exteriores ha venido haciendo declaraciones incendiarias contra Filipinas, y asegurando que China defenderá a sus ciudadanos allá donde estén.

La oposición del PDP ha mostrado su apoyo al gobierno pero parece que la ciudadanía no ha percibido demasiada celeridad en la respuesta gubernamental y no son pocos en las redes sociales que dicen, medio en broma medio en serio, que parece mejor dejar a China la defensa militar de los intereses taiwaneses. Ver para creer.

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