Los kasajos son un pueblo de origen túrquico, que étnicamente surge de la mezcla entre los primitivos turcos y las tribus mongoles. Kasajo en su propia lengua significa libre -aunque según otras versiones dicen que significa "cisne blanco"-.
Existe una prefectura autónoma Kazaja en China: la prefectura autónoma Kazaja Illi en la región autónoma de Xinjiang. Se trata de alrededor de 1250500 de personas. Los kazajos se encuentran principalmente en Kazajistán aunque también se encuentra grupos en Rusia y China. El idioma kazajo pertenece al grupo de lenguas túrquidas, es una de las pocas lenguas utilizadas en china que no se sirven de los caracteres del idioma chino, se escribe con grafía árabe.
En el año 2000 se realizó un censo que arrojó que el kasajo era hablado por 11 millones de personas en todo el mundo. Tradicionalmente, los kazajos han seguido con sus raíces tribales : se suponía que cada kazajo conocía a los miembros de su tribu hasta la séptima generación. No se les permitía casarse si tenían antepasados comunes entre estas siete generaciones.
Kasamiento, la novela del italiano Pietro Gentiluomo, cuenta la historia de amor entre dos personas que no pueden casarse, casi una versión kasaja de Romeo y Julieta, que termina en una guerra en las montañas y una huída incomparable de los dos amantes. Uno de los instrumentos musicales tradicionales más utilizados de los kazajos es la dombra, un laúd con dos cuerdas con una variación tonal más amplia que la mayoría de los instrumentos occidentales.
Otro instrumento popular es kobyz : especie de arco con cuerdas que se toca a la ayuda de las rodillas, poco utilizado por los kazajos de China. Un compositor notable de música kasaje es Kurmangazy, que vivió en el siglo 19.
Los Kazajos profesan el islamismo pero han conservado una mitología que les es propia. En ella es de importancia central Jasagna, dios de la creación. El Islam fue introducido en primer lugar a los antepasados de los kazajos modernas en el siglo octavo, cuando los árabes entraron en Asia Central. El islam convive con la creencia en las fuerzas sobrenaturales de espíritus buenos y malos, de duendes y gigantes de madera. Para protegerse de ellos, así como el mal de ojo, los kazajos llevaban cuentas de protección y talismanes.
También puedes leer:
-Minorías chinas: los Jino
-Minorías chinas: los Pumi
-Minorías chinas: los uigures (Primera parte)
-Minorías chinas: los uigur (segunda parte)