Todos hablan de China: es una de las economías más dinámicas, crecientes y sólidas del mundo. Cuenta con un mercado de miles de millones de consumidores con relativa solvencia económica. Es, para muchos, la nueva fuente de oportunidades. Y en lo laboral, también se ha convertido en uno de los destinos más apetecidos para profesionales de muchos ámbitos. ¿Qué tipo de trabajos están al alcance de los profesionales latinoamericanos y qué hay que tener en cuenta?
El intercambio con extranjeros ha sido precisamente uno de los pilares del proceso de desarrollo chino. Fue una de las claves secretas del proceso de apertura iniciado por Deng Xiaoping, que permitió el ingreso de cientos de empresas extranjeras y, con ellas, de sus cerebros, su tecnología y su know-how. Hasta el día de hoy los extranjeros constituyen valiosos activos en campos donde los chinos no tienen experiencia o los conocimientos apropiados.
Sin embargo, con el paso del tiempo las necesidades han cambiado. Los chinos comienzan a estar tan capacitados como los extranjeros, gracias al flujo de estudiantes chinos hacia el exterior y a una mejoría notable en la calidad de las universidades en el país. Aún tienen grandes dificultades con los idiomas, por lo que el sector donde más abundan las ofertas para extranjeros son aquellos trabajos que requieren el dominio de otras lenguas.
Cuando llegan a China quizá muchos extranjeros no encuentran un trabajo ideal y se dedican a enseñar, traducir o corregir textos. Al final, el idioma es su principal ventaja”, señala a China Files Laura Sun, cazatalentos de Beijing RenHeLiYuan Management Consultants, una compañía que ubica extranjeros en compañías chinas.
El idioma: la ventaja de los extranjeros
El mercado laboral en China puede dividirse en dos categorías: los trabajos temporales, con contratos de hasta un año, y los permanentes, ofrecidos generalmente por multinacionales.
Entre los empleos temporales, la enseñanza es el más común. Desde hace varios años China se encuentra en una carrera desenfrenada por dominar el inglés: los padres invierten grandes sumas de dinero para que sus hijos tengan clases particulares y los adultos se matriculan en cursos intensivos para mejorar su nivel. Incluso muchas veces son las empresas las que contratan centros de idiomas para capacitar a sus ejecutivos. Si bien a veces contratan locales que enseñan inglés “a lo chino”, es mandatorio que tengan un laowai (extranjero) presente.
El español, junto con el japonés y el coreano, ocupa el segundo lugar de preferencia entre los chinos, abriendo oportunidades –con menor competencia y a veces mejor salario- para latinoamericanos y españoles. Además, muchos medios de comunicación chinos como la agencia Xinhua o el canal CCTV requieren hispanohablantes para traducir del inglés o el mandarín textos periodísticos.
Es relativamente fácil encontrar trabajo en la prensa china, pero el trabajo allí no es necesariamente parecido al que uno podría desempeñar en los medios de comunicación latinoamericanos”, señala Pablo Morales, un mendocino que trabaja en Pekín desde hace dos años.
El trabajo es interesante, pero también puede resultar frustrante. “A veces lo que es noticia en China, no lo sería en América Latina. Hay que tener en cuenta el ángulo de la noticia porque generalmente los medios chinos -sobre todo los que emiten para el exterior- intentan evitar conflictos y no generar controversia”, explica Pablo, que trabajó en Radio Internacional China y ahora escribe para la versión en español de uno de los principales diarios del país.
Si bien trabajan en medios y desempeñan funciones periodísticas, muchas veces sus responsabilidades se limitan a la traducción mecánica, reduciendo las posibilidades de crecer y desarrollarse profesionalmente y adquirir nuevos conocimientos.
“No conozco a nadie que haya hecho carrera, porque básicamente no hay posibilidad de ‘subir’ en el escalafón. Sé de gente que ha estado años, pero continúa haciendo el mismo trabajo”, cuenta Pablo. De hecho, ante la desilusión de muchos periodistas que pasan por Xinhua, la agencia oficial china ha comenzado a contratar a profesionales que no vengan de esa área.
“Hay que contar con una especialidad para sobresalir”
Aunque encontrar trabajo enseñando y traduciendo no es difícil y sigue constituyendo una opción muy interesante para los estudiantes extranjeros, la búsqueda se dificulta en otros sectores, especialmente si se buscan oportunidades de largo plazo y de proyección.
De hecho, China se enfrenta hoy a uno de los niveles de desempleo más altos de su historia. Se calcula que todos los años unos seis millones de profesionales recién graduados no encuentran empleos en sus áreas y se resignan a trabajar en fábricas o en servicios –como camareros- donde los salarios son considerablemente más bajos.
En términos generales, los chinos continúan siendo la primera opción para las multinacionales: suelen estar dispuestos a trabajar más horas por menos, tienen la ventaja de hablar mandarín y en muchos casos otra lengua adicional. Les siguen en el orden de preferencias los chinos que estudiaron en el exterior y regresan a trabajar en su país.
Aún así hay oportunidades para profesionales extranjeros en determinados sectores. El 85% de las ofertas para expatriados son ofrecidas por empresas de inversión extranjera, señala Hudson, una firma enfocada en la ubicación laboral especializada. De éstas, el 40% corresponde al área de ventas y mercadeo, el 20% a la ingeniería y otro 10% a la gerencia, incluyendo contabilidad y finanzas. A futuro, se proyecta que las mejores ofertas estarán en finanzas, la banca y las firmas de abogados, especialmente para quienes manejan varios idiomas y tienen un perfil relativamente alto.
“La necesidad de profesionales existe y es exuberante, pero la búsqueda es de nicho y se compite no solamente con el recurso humano proveniente de Latinoamérica, sino de Europa, Norteamérica y Oceanía”, afirma Diego Kuo, un ingeniero bonaerense que llegó a China traído por Tenaris.
No sólo sirve saber inglés, sino ofrecer un valor adicional que lo diferencie a uno en el mercado laboral chino. “Quien viene a China lo hace para complementar con sus capacidades al mundo profesional local”, señala Kuo, un argentino de ascendencia taiwanesa que llegó en 2006 para desarrollar una planta industrial en Qingdao y luego trabajó en la sede de la compañía en Pekín. “Hay que contar con una especialidad para sobresalir”, añade.
Y aunque estas oportunidades siguen estando disponibles, muchas compañías extranjeras buscan capacitar a su personal chino. Por ejemplo, el objetivo a largo plazo del Grupo Bimbo es tener a un director latinoamericano y, de resto, a profesionales locales en cargos de alto rango, afirmó Jorge Zárate, director para Asia de la empresa mexicana, en una presentación de Facción Latina, un networking latinoamericano en Pekín. Esta estrategia, además de garantizar una cercanía entre la marca y su mercado, les permite cumplir con las leyes migratorias y laborales chinas, cada vez más estrictas con la contratación de extranjeros.
Abrir negocio en China
Muchos extranjeros que han trabajado en China han optado por montar, después de un tiempo, sus propios negocios. Con las relaciones entre China y América Latina en constante crecimiento, un número de profesionales de la región ha creado consultoras, empresas de importación y exportación e incluso restaurantes y almacenes. Otros se han convertido en “representantes” de compañías chinas que buscan invertir en la región, mediante convenios de comisión.
Después de trabajar por cuatro años en Tenaris, Diego Kuo ultima en estos momentos los detalles para abrir un restaurante argentino en Pekín que servirá para promover a la Argentina en China, con su compañía D³ Restaurateurs. Si bien este tipo de iniciativas requieren un capital considerable y asesorarse bien en cuestiones legales y financieras, son un ejemplo de una nueva generación de latinoamericanos en China. En lugar de pensar cómo llevar a China a América Latina, están buscando cómo traer la región al gigante asiático, generando así opciones de trabajo para otros connacionales.
Publicado en La Nación (Argentina)
[Fotografía cortesía de Xia Ming]