Mei Wenti: ¿Hay comercio justo en China?

In by Andrea Pira

En su quinta entrega de Mei Wenti, nuestra colaboradora Marta Gil expone el tema del comercio justo, práctica que considera como nula o casi inexistente en China.
¿Hay Comercio Justo en China? En la actualidad, la sociedad basa su desarrollo principalmente en el mercado y el consumo. Medimos la capacidad de un país en términos de su capacidad económica. En un contexto de crisis económica y financiera mundial, la contribución del Comercio Justo para combatir la pobreza es cada vez más pronunciada. Pero, ¿qué es eso del Comercio Justo? El Comercio Justo es una propuesta alternativa al comercio convencional que garantiza a los productores una compensación justa por su trabajo y el disfrute de sus derechos laborales. Algo tan evidente en los llamados países del norte, muchas veces no se cumple en numerosos lugares del mundo, impidiendo a sus trabajadores asegurarse un medio de vida digno. 

En el año 2014, China se mantuvo como líder mundial de fabricación en numerosos sectores, y está llamada a convertirse primera potencia económica mundial antes del 2017. Con una población de 1.357 millones de personas, 56 etnias, un crecimiento económico anual del 7%, un sistema político capitalista liderado por un único Partido Comunista, y unas brechas sociales a corto plazo insalvables, la capacidad de China de afectar las relaciones comerciales es abrumadora. Pero, ¿cuál es la situación y posibilidades de contribuir en la sostenibilidad mundial de un país como China a través del establecimiento de formas de Comercio Justo? 

Según la Fairtrade Labelling Organization, en el año 2013 China representaba escasamente el 1% del total de entidades certificadas existentes a nivel mundial, donde la mayoría de ellas se dedicaban a la producción de té. Respecto al número de personas, China junto a Mongolia reunían únicamente 6.000 personas trabajando en pequeñas organizaciones de productores, lo que supone un 2% de los trabajadores de Comercio Justo en Asia y Oceanía y un valor no significativo al compararlo con el resto del mundo. De los más de 1.350 millones de habitantes, solo 6.000 se dedicaban hace apenas dos años al Comercio Justo. Es escalofriante.

El Comercio Justo, con el objetivo de detener la creciente desigualdad entre países ricos y pobres, establece relaciones comerciales de cooperación para colaborar a la erradicación de la pobreza en los países en desarrollo y ayudar así a las poblaciones empobrecidas a salir de su dependencia y explotación. Y aquí aparece una de las primeras controversias, ¿se puede considerar a la segunda potencia económica mundial un país en desarrollo con necesidad de Comercio Justo en su producción? En términos humanos, la respuesta es contundente, sí. Las múltiples denuncias existentes sobre derechos laborales van más allá de cualquier balance económico de un país. 

Actualmente se puede afirmar que el Comercio Justo es prácticamente nulo en China. A lo largo de la historia, las aportaciones del Comercio Justo en la producción de cambios sustanciales de las comunidades rurales de Asia han sido cada vez mayores. No obstante y simplemente fijando la vista a nuestro alrededor, se observa que todavía se sigue abriendo camino en la conciencia del público consumidor. No obstante, con una compra justa podemos convertir el concepto Made in China en sinónimo de calidad, respeto y que cumple con los derechos humanos. 

Para más información sobre el tema, está disponible el siguiente libro:
http://www.casadellibro.com/libro-el-comercio-justo-en-china/9788437096254/2490570

[Crédito foto: Fairtrade Labelling Organization]

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