Los deportados, según Beijing, son miembros de organizaciones criminales dedicadas a estafar telefónicamente a individuos en China Continental; Taipéi dice que deberían ser juzgados por cortes taiwanesas.
Ayer, la policía Malaya, en conjunto con las autoridades chinas, deportó a 32 sospechosos de estafa telefónica desde Malasia hasta China Continental. Los deportados hacían parte de un grupo de 117 miembros pertenecientes a cinco bandas criminales internacionales dedicadas a estafar por teléfono a víctimas en China Continental, fingiendo ser representantes de la policía china o de empresas de seguros médicos.
El hecho provocó la ira de las autoridades taiwanesas, que consideran el acto de China Continental – y el apoyo tácito de Malasia – como una violación de la soberanía de la isla.
Según un artículo publicado en la revista china 21 Shiji Jingjibao, desde el 2000 muchos de los estafadores operaban desde Taiwán, suponiendo que obtendrían penas más leves en caso de ser detenidos y juzgados por cortes taiwanesas.
Sin embargo, en los últimos años, tras la mejora de las medidas preventivas de las autoridades en la isla, los estafadores transfirieron sus operaciones a otros países en el sureste asiático, como Malasia e Indonesia. Incluso, actualmente hay estafadores chinos operando en el oriente extremo de Rusia y África, donde históricamente las autoridades locales no han colaborado con China.
Según estadísticas del Departamento de Seguridad Pública de China, ha habido una explosión de casos de estafa telefónica en los últimos años. Entre 2011 y 2014, el número de casos denunciados incrementó 70%, con más de 400.000 ocurridos en 2014, y se estima que en el 2015 las estafas telefónicas cobraron una totalidad de 22.200 millones de yuanes (3.430 millones de dólares). Sin embargo, solo han sido recuperados 200 mil yuanes en el último lustro.
El gobierno chino ha declarado que los estafadores deben ser juzgados en China, dado que “todas las víctimas de estafa son de China Continental”. Además, la prensa china ha informado sobre estafadores que reciben condenas leves en cortes taiwanesas. En el 2011, tras la primera campaña conjunta contra la estafa telefónica entre seis países del sureste asiático, fueron arrestados 472 taiwaneses, de los cuales 167 fueron repatriados a Taiwán.
Entre los 23 juzgados por delitos graves, 17 recibieron condenas leves, ocho tuvieron que pagar multas, y solo uno fue condenado a un año de cárcel. La divergencia entre las cortes en China Continental y Taiwán genera una imagen de impunidad problemática para la administración de Xi, que hace énfasis en la importancia de establecer un “Estado de Derecho” en China.
El pasado 15 de abril, otros 20 taiwaneses pertenecientes al grupo de los 117 estafadores fueron deportados a la isla, y el gobierno malayo acordó deportar al resto de los 52 sospechosos con nacionalidad taiwanesa directamente a Taiwán. No obstante, bajo “presión por parte de Beijing”, Malasia entregó a los 32 sospechosos restantes a las autoridades de China Continental, según declaró el portavoz del gabinete taiwanés. Tras la primera deportación, a mediados de abril, Beijing se opuso enérgicamente a que los 20 sospechosos hubiesen sido dejados en libertad por “falta de pruebas criminales concretas”.
Es la segunda vez en menos de un mes que la deportación de criminales taiwaneses a China Continental demuestra el creciente aislamiento diplomático de Taiwán, que hasta los años 70 fue reconocido como el gobierno legítimo de China por gran parte de la comunidad internacional. El pasado 12 de abril, 24 taiwaneses sospechosos de crímenes cibernéticos fueron deportados a China Continental desde Kenia. Debido al pavor de enfrentar el sistema judicial chino, los sospechosos se habían rehusado a salir de sus celdas, y tuvieron que ser extraídos por medio de gases lacrimógenos y amenazas con ametralladoras por parte de la policía keniana.
Para Tsai Ing-Wen, la nueva presidente de Taiwán, perteneciente al Partido Democrático Progresista (PDP), el conflicto diplomático con Beijing parece ser un enorme desafío. El PDP, fuerte opositor del Partido Comunista, en varias ocasiones ha rechazado el principio de “Una China” promovido por Beijing. En contraste, apoya el establecimiento de un estado taiwanés oficialmente independiente de China Continental.
[Crédito foto: New York Times]
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