Cinco libreros de Hong Kong han desaparecido bajo circunstancias extrañas desde octubre. Parece que el último de ellos fue secuestrado en la antigua colonia británica por autoridades chinas, lo que no solo ha sido condenado por el mundo entero, sino que significa que hubo una seria violación del principio básico de "un país, dos sistemas". Enero habría sido el mes en que Open, una casa editorial con sede en Hong Kong, publicaría un controversial libro sobre el presidente chino: Xi Jinping, el padrino de China. Sin embargo, Yu Yie, el autor del texto, tuvo un sinsabor cuando lo llamó el editor jefe de Open, Jin Zhong, para informarle que “las circunstancias han cambiado”, y que el libro no podría ser publicado.
La desaparición de cinco miembros de Mighty Current Media, una editorial especializada en textos críticos de los líderes del Partido Comunista, ha prendido las alarmas y llenado de preocupación no solo a los hongkoneses, sino también al mundo entero.
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“La dificultad de publicar textos políticos en Hong Kong ya está en la mira internacional”, le escribió Jin al autor del polémico libro de Xi en un correo electrónico. “Las personas en la industria están sintiendo miedo y presión; quieren evitar problemas para no ser los siguientes [en desaparecer]”.
Cuatro de los empleados de Mighty Current Media desaparecieron el pasado octubre cuando viajaban a Tailandia y China Continental, y Paul Lee, de 65 años, fue visto por última vez el 30 de diciembre en Hong Kong donde, además de la editorial, era uno de los dueños de Causeway Bay Bookshop. La pequeña tienda estaba a punto de publicar un libro sobre las infidelidades de Xi antes de llegar al poder.
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Poco después de su desaparición, Lee, quien también es ciudadano británico, contactó a su esposa para decirle que estaba “asistiendo” en una investigación en China Continental por voluntad propia. “Les puedo decir que tengo mucho miedo”, le dijo la esposa de Lee a la BBC. “Me dijo que no hiciera un escándalo, que de alguna forma lograría salir de la situación”. Lee no pudo dar más detalles sobre sus circunstancias.
Desde que Hong Kong dejó de ser colonia británica en 1997, opera como una región de administración especial bajo el principio básico de “un país, dos sistemas”. Se supone que los hongkoneses gozan de derechos, como la libertad de expresión y la libertad de prensa, que no se aplican en la China regida por el Partido Comunista.
Esta situación ha abierto un espacio para que en la ciudad costera se puedan publicar y vender decenas de libros “sensibles” que serían censurados en China Continental. Diariamente, cientos de chinos cruzan la frontera y más de uno se queda con un ejemplar de El comercio secreto entre la gente rica y los oficiales de alto rango o Rumores y verdades sobre las autoridades chinas.
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Sin embargo, con la detención sin precedentes de los ciudadanos hongkoneses, el Partido Comunista está incidiendo en una seria violación del acuerdo pactado con Hong Kong hace casi 20 años, en donde se le da autonomía a la región especial, y se establece que las autoridades chinas no tienen jurisdicción allí.
“El cumplimiento de la ley en Hong Kong es un asunto local que debe ser manejado por las autoridades locales”, le dijo Albert Ho, un abogado y activista de derechos humanos, a BBC. “Esto, de hecho, es un lineamiento muy importante entre Hong y China Continental. Es es lo que hace que Hong Kong sea seguro”.
Miles de manifestantes han expresado su descontento en las calles de la antigua colonia británica. El domingo marcharon desde el distrito de Admiralty hasta la sede del gobierno chino en el distrito de Sai Wan. “No a los secuestros a través de la frontera” y “detengan los secuestros políticos”, coreaban enérgicamente los protestantes.
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“Deben [las autoridades chinas] decirle a la ciudadanía que no ha habido ningún incumplimiento de la política de ‘un país, dos sistemas’ para aliviar ansiedades”, dijo Jasper Tsang, cabeza del cuerpo legislativo de Hong Kong, en entrevista con The Post. “Hasta que la verdad sea revelada, no pueden culpar a la gente por todo tipo de especulación”.
En Causeway Bay Bookstore, la tienda de Paul Lee, varios clientes colgaron mensajes junto al letrero de “cerrado”. Algunos de ellos decían “Cuídate y vuelve a casa pronto” y “Dios bendiga a los empleados y familia de esta librería”.
Las autoridades chinas aún no han dicho nada sobre el paradero de Lee ni sobre sus colegas desaparecidos en octubre. CY Leung, jefe ejecutivo de Hong Kong, le dijo a The Post que “a veces toma más tiempo y a veces menos”, refiriéndose a la respuesta de China en casos como este.
Por su parte, Yu Yie, el autor de Xi Jinping, el padrino de China, le dijo a los medios locales que “no se sentía optimista” sobre la publicación de su libro en Hong Kong y que entonces lo publicará el próximo mes en Taiwán, “el último faro de libertad de publicación para la sociedad étnica china”.
[Crédito foto: SCMP]
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