Una de las principales dudas antes del XVIII Congreso era si Hu Jintao entregaría su puesto como Jefe de la Comisión Militar Central a Xi Jinping, o si seguiría el camino de su antecesor, Jiang Zemin, conservando un año más dicho cargo. En una movida que muchos han tildado de “reformista”, Hu cedió el poder total a Xi, haciéndolo jefe de la Comisión Militar del Partido Comunista. En Marzo próximo, cuando Xi asuma el cargo de presidente, también asumirá el de jefe de la Comisión Militar de la República Popular China. ¿Qué implicaciones tiene esto?
El ejército es uno de los pilares de la República Popular China, junto con el Partido Comunista Chino y el Estado. Además de defender la soberanía nacional, tiene el mandato de garantizar la seguridad interna. Históricamente, ha tenido una importancia fundamental para la estabilidad del país desde la fundación de la República Popular en 1949, pues fue gracias a la fuerza y estabilidad del ejército que se lograron hazañas tales como la victoria sobre los japoneses o la entrada de Mao Zedong a Beijing.
El máximo órgano de control de las fuerzas armadas es la Comisión Central Militar del Partido Comunista, un poder estratégicamente pensado para conservar cerca las dos fuerzas centrales: política y ejército. El rol crítico del las fuerzas armadas es producto de su función como salvaguarda de la estabilidad interna y como brazo militar de la base política china.
Mao Zedong las usó para poner orden tras los excesos de la Revolución Cultural, Deng Xiaoping se sirvió de ellas durante su primera etapa como primer ministro en 1966 para enfrentarse con huelgas y de nuevo durante 1989, durante las protestas estudiantiles en Tiananmen.
La Comisión Militar tiene bajo su control absolutamente todas las actividades de las fuerzas armadas. Aprueba los ascensos de los oficiales, asigna el presupuestos de todos los proyectos de investigación y tiene control directo sobre el Segundo cuerpo de artillería, encargado de las todas las armas nucleares y misiles balísticos del país. No tiene un número fijo de miembros, pero tradicionalmente ha contado con un presidente, tres vicepresidentes y ocho miembros más, siendo todos militares profesionales salvo el presidente y un vicepresidente. En las dos últimas décadas, el vicepresidente civil de la Comisión ha sido quien luego es nombrado secretario general del Partido, como ocurrió con Hu Jintao y Xi Jinping.
Sin embargo, presidir la comisión es muy diferente de controlarla efectivamente. Por ejemplo, Jiang Zemin fue nombrado presidente de la Comisión Militar en 1989, pero tendría que esperar hasta la muerte de Deng Xiaoping en 1997, para comenzar a promover a sus aliados dentro del ejército y tener un verdadero poder de decisión sobre el mismo. A pesar de que Deng no tenía ningún puesto efectivo en el Gobierno ni el Partido, su influencia era tan grande y contar con su apoyo era tan crucial, que resultaba imposible tomar decisiones sin consultarlo primero.
A su vez, Jiang buscaría hacer lo mismo con su sucesor en la Presidencia y la Secretaría General del Partido, Hu Jintao. Tras el traspaso del poder en el 2003, siguió como presidente de la Comisión Militar hasta el 2004, aunque el poder de Jiang Zemin era mucho más acotado que el Deng Xiaoping. Signo de los tiempos, su renuencia a un total traspaso de poder no fue bien recibida por algunos oficiales militares, y tras un año más en el cargo, Hu asumió la presidencia de la Comisión, aunque rodeado de generales que habían sido promovidos por Jiang.
Durante el 2012 se esperaban muchos recambios de miembros, en parte debido a que siete de sus miembros tienen más de 68 años, edad a partir de la cual deben retirarse. Pero más importante fue la fuerte puja de poder que se vivió este año, en donde cada facción del Partido buscó colocar a militares propios dentro de la Comisión.
Estos últimos cambios muestran un claro esfuerzo para dejar de lado a militares nacionalistas y cercanos al caído en desgracia Bo Xilai, como por ejemplo Liu Yuan, comisario político del Departamento de Logística. Además de su cercanía con el ex intendente de Chongqing, también tenía en su contra sus comentarios nacionalistas, que no fueron bien recibidos por la dirigencia del Partido.
Todos los nombramientos revelaron además una dura negociación entre las facciones de Hu Jintao y Jiang Zemin. Para contrarrestar el poder del grupo de Shanghai, con Xi Jinping en la presidencia, la Liga de la Juventud Comunista empujó al general Chang Wanquan como vicepresidente de la Comisión Militar, este es considerado como un protegido del presidente saliente Hu Jintao.
Había muchas especulaciones sobre si Hu le cedería el poder de la Comisión Militar a su sucesor en la presidencia, Xi Jinping, o si permanecería uno o dos años más en el cargo. Sin embargo, contra todos los pronósticos, le cedió el puesto a Xi, marcando un avance para las instituciones chinas y acercando el ejecutivo chino al nivel de sus pares de Occidente, quienes son jefes indiscutidos de las fuerzas armadas. A su vez, de permanecer el cargo, agregaría un elemento de incertidumbre a la política de defensa y exterior china en un momento tremendamente delicado para el Sudeste asiático y la zona de Asia Pacífico, puesto que existen disputas territoriales con varios países de la región. Con Vietnam y Filipinas, China disputa zonas marítimas en el mar meridional y con Japón, China está reclamando su soberanía en las islas Diaoyu.
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