La historia china ha estado llena de grandes emperadores, pensadores y artistas. Ren Yuxuan nos cuenta sobre la historia y legado de un grupo de excéntricos sabios conocidos como "Los siete sabios del bosque de bambú".
En la larga y gloriosa historia de China se pueden contar múltiples épocas de esplendor, como las dinastías Han, Tang, y Song. Pero no hay que olvidar el período de los Tres Reinos (220 d.C – 280 d.C), no solo por la famosa novela, Romance de los Tres Reinos, sino también por las celebridades que surgieron en dicho periodo.
Ji Kang, Ruan Ji, Shan Tao, Xiang Xiu, Liu Lin, Wang Rong, Ruan Xian solían reunirse en un bosque de bambú para beber y cantar, por lo que nosotros, sus descendientes, los conocemos como los siete sabios del bosque de bambú. Se sabe que en la China antigüa casi todos los literatos querían convertirse en funcionarios de la Corte para poder participar en las actividades políticas. Los siete sabios no fueron la excepción.
Sin embargo, el periodo de los Tres Reinos estuvo marcado por una patria separada, una política sin esperanza y líderes inútiles, y los siete sabios no pudieron hacer nada para mejorar la inestable situación. A pesar de su orgullo, prefirieron esconderse entre la naturaleza, acompañados de poesía, música, y licor. De vez en cuando, los siete jóvenes se juntaban para charlar, intercambiar ideas y sumergirse en el mundo de la literatura.
Ji Kang fue uno de los más destacados, en parte por su bella apariencia. Siendo el marido de una princesa del Reino Wei, había podido entrar en la Corte. No obstante, ante la desesperante situación política, se escapó e intentó conseguir la tranquilidad en la naturaleza. Además de convertirse en un excelente ensayista y poeta, Ji también tocaba el guqin, y fue muy exitoso en la música. Cuando Shan Tao, uno de los siete sabios, se rindió ante el poder enemigo, Ji le envió una carta para terminar la amistad entre ellos. Fue precisamente este carácter fuerte y directo que hizo que muriera joven. A pesar de la traición, Shan Tao fue un hombre liberal y sincero.
Ruan Ji, otro de los sabios, gozaba de una fama similar a la de Ji Kang. Al igual que Ji, Ruan se hizo famoso por sus poemas, que expresaban su afición por la libertad. A pesar de las muchas similitudes con Ji, Ruan fue un hombre más consciente y realista. Como sabía que no podía hacer nada para cambiar la situación en la Corte, ni quería pertenecer a ningún movimiento político, ocultó algunos de sus dotes, logrando vivir una larga vida.
Liu Lin fue franco y directo, y acostumbraba a usar poca ropa. Un día, un amigo lo encontró desnudo en casa, y cuando le preguntó por qué se encontraba así, Liu Lin contestó: “considero el cielo y la tierra como casa, y la casa como pantalones. Entonces, ¿por qué entras en mis pantalones sin pedirme permiso?”
De todos los sabios, Wang Ron fue el más tacaño. La historia cuenta que tenía un árbol de ciruelas que vendía en el mercado. Sin embargo, para evitar que alguien se apoderara de las semillas, solía sacarlas siempre antes de vender los frutos. Ruan Xian también fue un experto en la música. Sus talentos provocaron la envidia de su jefe que, apoderado por los celos, arruinó su futuro en la Corte.
Los siete sabios del bosque de bambú se convirtieron en el modelo de sus descendientes por su Fenggu (carácter duro) y por la responsabilidad que asumieron el la época como chinos educados. Los siete sabios representaron la figura ideal de todos los literatos chinos y, aún hoy, despiertan profunda admiración en las nuevas generaciones chinas.
[Crédito foto: alfonsolopezrojo.wordpress.com ] También puedes leer: