Como si se tratase de una vieja conquista territorial al estilo de Alejandro Magno, cuyos dominios ultrapasaron los 5 millones de kilómetros cuadrados, o el aristócrata Mongol, Gengis Kan, que conquistó casi 20 millones de kilómetros cuadrados, varios portales web han asegurado que en 2013, China compró 9% del territorio ucraniano para fines agrícolas. Mito:
China es dueña de 9% de la tierra cultivable de Ucrania.
Realidad
Desde el 2013 en varios medios circuló la noticia que los gobiernos de China y Ucrania habían aprobado la compra de 3 millones de hectáreas por parte del gobierno de Beijing para instalar en el terreno europeo granjas de cereal y ganado. La porción de tierra en la región ucraniana de Dniepropetrovsk, que costó 2.600 millones de dólares, equivale al tamaño de Bélgica.
Lo cierto es que China no es el primer país en tomar la iniciativa de “apropiación de tierras” donde un país arrienda o vende la tierra. La tendencia comenzó con África. Las empresas europeas, los países del Golfo, Corea del Sur y la India comenzaron a tomar extensiones de tierra en el continente africano, específicamente después de la crisis alimentaria del 2008, cuando los precios mundiales de los alimentos, en especial de los cereales, tuvieron una subida del 3%, superior al 2% de promedio anual del período 2000-2006.
En efecto, Asia fue uno de los continentes más afectados por la crisis, inclusive el Banco Mundial aseguró que a raíz de la crisis, 33 países, entre ellos la India, Pakistán, Tailandia, se vieron enfrentados a problemas políticos y desordenes sociales.
En los últimos 20 años el crecimiento demográfico en Asia ha sido más que evidente. Por ejemplo, desde 1990, la clase media en India creció un 9,7% y en China un 8,6%. En el 2008 la tasa de crecimiento alcanzó cerca del 30 y 70 por ciento, respectivamente.
"A medida que la urbanización se acelera, el consumo ha llegado a una mayor demanda de alimentos” aseguró Ding Li, investigador en la agricultura en Anbound Consulting en Beijing, al diario South China Morning Post. "Por lo tanto, China ha estado importando más y más grano."
China consume alrededor de un quinto de los suministros de alimentos en el mundo. Con una población de 1360 millones, el gigante asiático necesita ser un inquilino importante en las tierras agrícolas en el extranjero, sobretodo en África, América del sur y el sudeste asiático.
Sin embargo, el propósito del gobierno de Beijing no ha sido acogido en algunos países y por el contrario se le ha calificado como un proceso de “acaparamiento de tierras”. Madagascar desechó un plan para arrendar 1,2 millones de hectáreas; en el 2009, surcoreanos protestaron contra el “neocolonialismo” y Filipinas bloqueó un acuerdo de inversión de China.
Sin éxito en Asia, Ucrania es la primera gran incursión de China en Europa continental. Aparentemente la inversión china también ha beneficiado al país europeo, pues el acuerdo incluyó un compromiso por parte del gigante asiático de construir una autopista desde Dniepropetrovsk hasta la costa de Crimea, un puente sobre el estrecho de Kerch para conectar Crimea con la península de Taman en Rusia y un préstamo de 3.000 millones de dólares destinados al desarrollo agrícola.
Veredicto
Sin duda alguna, la compra de tierras de cultivo no es una estrategia meramente del gobierno de Beijing. Varios países como la India, Corea del Sur, Estados Unidos, impulsados por las preocupaciones de la seguridad alimentaria y la creciente demanda han invertido y buscado terrenos alrededor del mundo. Por supuesto, China con una población que supera los 1.300 millones de habitantes y que, según las estimaciones de la ONU, para el 2050 aumentará a 1.400 millones debía estar entre la lista de países de “apropiación de tierras”.
Crédito foto [theworldofchinese.com] También puedes leer:
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