La seguridad jurídica: lo que va de la estabilidad social al desarrollo del consumo interno

In by Simone

El último mes en China lo han marcado dos acontecimientos claves. El primero de ellos, de naturaleza política: la salida del Partido del líder de la provincia de Chongqing, Bo Xilai. Y el segundo, de orden económico: el anuncio del primero ministro Wen Jiabao, fijando la tasa de crecimiento del país en un 7,5% para el año 2012. ¿Qué elemento en común pueden tener dos sucesos que, a simple vista, están relacionados con ámbitos de la vida social totalmente diferentes?
El premier Wen Jiabao hizo un urgente llamado a la necesidad de aumentar la transparencia dentro de la Administración, señalando que “la corrupción es la mayor amenaza contra el Partido Comunista”. Asimismo, hizo hincapié en que “el trabajo anticorrupción aún no se encuentra a la altura de las expectativas de las personas”.

De esta forma, según se ha podido ver en una serie de apariciones ante la prensa del primer ministro en las últimas semanas, ha quedado en evidencia la preocupación existente en los altos cargos políticos chinos sobre la necesidad de hacer más transparente el proceder del gobierno. El objetivo es impedir fenómenos políticos indeseados, para evitar que se ponga en tela de juicio la legitimidad del sistema político actual.

En lo que se refiere al mundo económico, China fijó en una prudente tasa del 7,5% las expectativas de crecimiento para este año, lo cual dio origen a una oleada de preocupaciones y pronunciamientos de los distintos agentes de la economía global. De esta forma Beijing anticipaba las posibles consecuencias que podría traer para el mundo una eventual desaceleración de la segunda mayor economía del planeta. De ello, se llegó a un cierto consenso de que los ajustes en el crecimiento chino están en relación con una medida necesaria y que dicho “aterrizaje” sería más suave de lo esperado.

¿Por qué China habría de anunciar una cifra inferior al 8% que siempre señaló como mínimo deseable? Se ha señalado que una de las principales razones de la nueva estimación del crecimiento de China se debía a la estrategia de los líderes del Politburó de comenzar a fomentar el consumo interno, con el objeto de poder mantener un crecimiento sostenido en el tiempo y, a su vez, de hacer frente a un panorama económico internacional bastante afectado.

¿Pero de qué forma podría incidir la falta de transparencia en las instituciones chinas en el llamado a las personas a aumentar dicho consumo? Antes de dar una respuesta inmediata, es preciso referirnos a un presupuesto esencial a todo Estado de Derecho: la seguridad jurídica.

De seguridad jurídica a consumo interno

Sin entrar en definiciones académicas del concepto, podemos decir que éste está íntimamente relacionado con las ideas de “orden” y “certeza”, haciendo referencia a la confianza que tiene el individuo de la forma determinada en que el Estado y el Derecho reaccionarán ante situaciones factuales concretas. En definitiva, se trata de la posibilidad que tiene el ciudadano de prever o anticipar las consecuencias jurídicas de sus actos.

Decimos que la seguridad jurídica es algo inherente al Estado de Derecho, ya que su cumplimiento efectivo dentro de la sociedad permite al individuo actuar de forma tranquila. Es decir, bajo la confianza de que las instituciones se comportarán de la forma en que ellos mismos esperan y conocen con antelación. De esta manera, se evita un clima de suspenso, nebuloso y poco transparente.

Asimismo resulta esencial destacar que cuando hablamos de la seguridad jurídica, no nos estamos refiriendo única y exclusivamente a un atributo que le corresponde a determinados sistemas de gobierno (En ningún momento hemos olvidado las diferencias existentes entre los modelos de Occidente y China, y tampoco pretendemos, en este momento, hacer un análisis crítico de los mismos). Por el contrario, se trata de un atributo que emana de la esencia del Derecho mismo, y que por ello, es transversal a todos los ámbitos en que el hombre se desenvuelve día a día.

Es precisamente aquí donde encontramos la íntima relación que tiene la seguridad jurídica con la viabilidad de alcanzar un mayor consumo a nivel interno, que presupone necesariamente una confianza de parte de la población hacia sus instituciones tanto políticas como económicas. ¿Qué posibilidad real existe de que los distintos actores de la economía china vuelvan su mirada al interior de su país si no existen las garantías de protección adecuadas?

Un clima interno, marcado por la falta de transparencia y una escasa credibilidad en las instituciones, tiene como consecuencia natural que las personas busquen lugares más seguros donde invertir o destinar sus recursos, con el objetivo de anticiparse a posibles cambios radicales e inesperados en las “reglas del juego”.

Los constantes y mediáticos casos de corrupción no hacen sino minar la confianza depositada por los gobernados en manos de sus gobernantes, por los inversionistas en sus instituciones y por los consumidores en el mercado.

Por ello, no sólo resulta urgente proceder a estimular el gasto interno, sino que antes -como bien lo ha señalado Wen Jiabao- es imperioso comenzar a transparentar el funcionamiento interno del Partido, algo que sólo es posible alcanzar garantizando a la población el valor de la seguridad jurídica.

Ignacio Tornero Ochagavía es egresado de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y ex alumno de la Universidad de Nanjing en China.

[Foto cortesía de Anne Roberts]


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