China Files tiene el placer de presentar el nuevo blog de Juan Manuel Arévalo Castro, doctorando en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, de España. Este colombiano nos traerá una vez al mes una mirada desde "La otra orilla". Una aproximación transpacífica y global, que cruza una mirada atenta a los códigos culturales y con retratos de la vida propia de China, una nación que es muchas naciones.
El mapa que acompaña esta primera entrada de blog es una de las representaciones más exactas que un europeo hizo del mundo navegable. Pertenece al mapa del Océano Pacífico del año 1589 realizado por el geógrafo y cartógrafo flamenco Abraham Ortelius (1527-1598), uno de los grandes geógrafos del siglo XVI. Ortelius creó algunos de los más famosos mapas occidentales de su tiempo y representó con gran exactitud la conformación navegable y los nuevos territorios del mundo moderno.
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Desde los primeros contactos del primer poblamiento humano por parte de los asiáticos nómadas que pasaron por vía terrestre hasta el desolado territorio americano, hasta las teorías del posterior y menos documentado contacto transpacífico entre olmecas y viajeros chinos entre el 1200 y el 900 antes de Cristo, las dos orillas del pacífico vienen manteniendo pendulares y fructíferos contactos a lo largo de su historia común.
Encuentros remotos que han sido olvidados por el imaginario común, dada la pequeña mirada con que solemos revisar el recorrido histórico de las identidades latinoamericanas. Historias que convenientemente para algunos se hacen cada día más breves, al punto que inician para muchos en el reciente saqueo y destrucción de los imperios mesoamericanos y andinos a manos de los europeos en el siglo XVI; sucesos que mirados en paralelo al recorrido histórico chino nos permiten vislumbrar a la vez esas inmensas distancias en términos sociales, culturales y tecnológicos, ya no sólo con el nuevo mundo americano sino con la Europa de nacientes naciones, que comercian con China desde hace tiempo, y que le compran y copian las mercancías y tecnologías del brillante parpadeo histórico de su propia historia, llamada durante ese periodo "Dinastía Ming". Esas copias y desarrollos les permitió dar impulso a la modernidad europea y llevar a cabo la conquista del nuevo mundo: imprenta, brújula y pólvora.
Puntos de contacto y de distancia que se intuyen sin necesidad de conocer la historia cuando llegamos a vivir entre sus calles. Al llegar, la intuición y la memoria se activan luego del primer contacto ante la distancia que provocan sus patrimonios históricos recién renovados o el patrimonio de su actual infraestructura. Sin embargo, al recorrer lo cotidiano también se nos permite encontrar entre su gente aquellos rostros, cortesía y comidas que son familiares y cercanos; rasgos que revelan encuentros transpacíficos sin mayores diferencias. Un buen observador reconocerá acá los rostros profundos de toda nuestra América.
Me llamo Juan Manuel Arévalo Castro y soy profesor de lengua y literatura hispanoamericana en Shanghái. Nací en los cerros orientales de Chapinero en los años setenta y desde ese primer momento de vida aún sin voluntad propia no ha parado el destino de cambiar mi domicilio constantemente, lo que me obligó a sentirme cómodo ante el cambio y la mirada del otro. De ese diálogo descubrí mi interés por la narrativa en lo particular, y en lo general por cualquier mecanismo de expresión que sirva para archivar y contar historias. Trabajé en diversos oficios para poder leer lo que quería y así me di cuenta de que el lenguaje era viaje y punto de encuentro al mismo tiempo. Luego de graduarme de literato en Bogotá, viajé a hacer un postgrado en Literatura Española e Hispanoamericana a España y actualmente soy doctorando de la misma universidad en Salamanca.
Mis áreas de interés académico son los tejidos narrativos hispanoamericanos y la relación entre el discurso literario narrativo y hemerográfico con las políticas simbólicas que los rodean y reconducen. Con ello busco determinar las coordenadas de esos encuentros y desencuentros para dar claves de acceso a los elementos que marcaron y determinan la conflictiva construcción de identidades en la sociedad colombiana.
Ese cariño por la lectura siempre termina despertando la continuidad del viaje físico. Por esa razón, después de vivir entre Salamanca y Londres durante cinco años decidimos con mi esposa vivir en otro continente. Desde hace tres años Shanghái y su gente nos permite esa posibilidad. Shanghái es una ciudad absoluta, un universo en sí mismo, lleno de historias superpuestas que no pueden ser interpretadas a cabalidad desde una única mirada.
Este blog buscará simplemente dar cuenta de una más de esas miradas y para ello voy a compartir crónicas, entrevistas o artículos de opinión sobre las expresiones culturales de su gente y de la ciudad. Buscando la voz de los personajes locales o migrantes que viven entre sus calles y barrios este proceso de transformación constante, pero no simultáneo, que nos rodea. Un proceso de modernización fragmentada al que los latinoamericanos no somos ajenos. Del impacto de esas características del desarrollo económico actual sobre los procesos de identidad y cultura de los habitantes de la ciudad es que busco indagar historias, intentando que sean puentes para contar y entender las dos orillas, un punto de encuentro para que el intercambio entre gente lejana pero con remotas herencias compartidas, hallen espacios de entendimiento que faciliten el desmontaje de lo preconcebido y así se logre ese cruce de caminos que valora y respeta la mirada del otro.
Correo: letter@pacificmove.net
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[Crédito foto: Cortesía de Juan Manuel Arévalo Castro]