Nuestro colaborador Santiago Tobón comparte su opinión sobre la visita de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, a la Universidad de Tsinghua y sobre la posibilidad de que una de las redes sociales más grandes del planeta vuelva al territorio chino. No hemos editado sus opiniones ni su contenido, que no representan la posición de China Files.
El mundo es una maraña de estrategias en donde la negociación es el arma letal. Gobiernos, empresas, familias e individuos siempre estamos en alerta máxima para sacarle el mayor provecho a todas las situaciones que nos rodean. Buscamos siempre el mayor beneficio a bajo costo.
Las estrategias son el pilar de las posturas de todos los negociantes a la hora de realizar su labor. El diseño de una táctica es casi tan importante como su ejecución. Sin embargo, sabemos que al ser “regalados” y obvios, corremos el riesgo de mostrar nuestras cartas ante la contraparte, y quedar al desnudo. Al parecer, a Mark Zuckerberg, presidente y fundador de Facebook, esto no le está importando para nada.
El magnate de Internet, como los medios lo llaman, se expuso abiertamente con el gobierno chino. Hace unas semanas, en la Universidad de Tsinghua, Zuckerberg dio una conferencia sobre los beneficios de Internet y respondió preguntas en mandarín. El público, anonadado y exaltado, aplaudió y admiró la valentía del “laowai (extranjero) que se esfuerza por hablar su idioma”. El resultado fue el esperado El video se volvió viral en redes sociales chinas y Zuckeberg mostró una cara amable y muy “valiente”. El genio lo logró, tiró el anzuelo y el pescado picó. La primera parte de su estrategia estaba concretada y su simpatía con el mercado chino ya era una realidad.
Días atrás, circuló en redes una foto en la que se apreciaba al joven empresario recibiendo la visita de Lu Wei, funcionario del gobierno chino a cargo de la regulación de Internet en el país asiático. En la foto se resalta que en la mesa del fundador de Facebook está el libro de Xi Jinping: La gobernanza y administración de China.
Lu Wei recibió un tour guiado por el mismo Zuckerberg, según informó el South China Morning Post. La visita se dio en "putonghua", o mandarín. Pero venía el verdadero plato fuerte.
La curiosidad de los medios chinos se acrecentó, y el Global Times, un diario oficial, decidió entrevistarlo. Sin dudarlo, “Zuck”, apodo que recibió en las redes (y que parece una sátira de Suck que significa "apestar" en inglés), accedió. "¿Qué hacía con ese libro en su escritorio?", era lo que buscaban saber todos los medios. La respuesta no podía ser más procaz. “Compré varios ejemplares del libro para dárselos a mis trabajadores; así, todos aprenderemos del socialismo con características chinas”. Con esa frase terminó de enamorar al público chino.
Facebook es una compañía relativamente joven, aunque con mucha experiencia en la era de Internet. Sus 10 años en el mercado ya la posicionan como un referente y demuestran estabilidad. Una de las preguntas que Zuckerberg respondió durante su conferencia en Tsinghua se trataba del futuro de la compañía. “Este año, Facebook cumple 10 años de vida. Si me preguntaran, ¿qué debemos desarrollar en los próximos 10 años?, creo que debe ser lo siguiente: 1. Tenemos el deber de conectar a todo el mundo a través de Internet, todos debemos tener acceso a Internet. 2. Queremos desarrollar inteligencia artificial. 3. Cuando todos tengamos smartphones, desarrollaremos la realidad virtual.”
Es una realidad que a nivel mundial Facebook está cumpliendo su etapa productiva. Las nuevas generaciones no gustan de esta red social pues se sienten controladas por las personas mayores que ya la dominan. En Estados Unidos, por ejemplo, son las personas entre 25 y 35 años las que más la usan. Es una razón más para que Zuckerberg se interese profundamente por entrar al mercado chino lo más pronto posible. Con el desarrollo tecnológico velocista que vivimos hoy en día, la inteligencia artificial y la realidad virtual ya se asoman a la vuelta de la esquina, y China será un mercado atractivo para productos con estas características.
La estrategia es admirable, al punto que sobrepone el ideal de conectar a todos los seres humanos con sus dos nuevos enfoques. Sin embargo, y como bien lo detalla Hu Jia, disidente del gobierno chino, al South China Morning Post: “Su conocimiento de China es como el de un niño de 3 años, no el de una persona de 30 años”. El periódico también resalta que en Weibo, el Twitter chino, hubo opiniones encontradas con respecto al suceso. Mucho están felices de que Facebook tenga entrada a China pero otros ven como desvergonzada la estrategia que se está utilizando.
Una vez jugadas todas las cartas, a Zuckerberg solo le queda esperar. El descaro con el que decidió implementar su estrategia es la muestra de que poco importa el sentido social de su trabajo, o al menos eso es lo que está reflejando. Las redes sociales se convirtieron en el puente de la sociedad moderna para expresar sus más íntimos pensamientos. Desde la creación de Facebook, son más las personas que con gusto, y a veces de manera apasionada, exponen su punto de vista en temas como la religión, la política y los derechos humanos. Esto es algo que al gobierno chino le preocupa. El hecho de que exista una plataforma para que cualquiera se exprese de la manera que quiera es un peligro que China no está dispuesta a asumir.
En los últimos dos años la red social china Weibo perdió a mas de 350 millones de usuarios. Uno de los motivos (el de mayor fuerza), para tan significativa pérdida, fue el hecho de que el gobierno censurara toda aquella publicación relacionada con algo que fuese en contra de la dirigencia, del Partido Comunista o que incitara a algún tipo de manifestación, así fuera pacífica.
En 2009, justo después de los atentados en Xinjiang y en el Tibet, en donde, de acuerdo a información de diarios, hubo inmolaciones, explosiones de carros bomba y muchas muertes de civiles, Facebook se convirtió en la plataforma para comunicar lo sucedido al mundo. Poco después, se bloqueó la página en todo el territorio chino. Facebook, se convirtió en un dolor de cabeza.
El hecho de que ahora Zuckerberg esté contemplando volver a China, significa que se tendrá que acoger a las reglas de la censura. En China todo lo que se publique, independientemenete de que sea en su territorio o por fuera, pasa por un control de censura. Al gobierno, no solo le preocupa lo que se diga a nivel local, sino también a nivel internacional. La imagen del país es importante para que las relaciones diplomáticas, económicas y políticas con otros países fluyan de la mejor manera. Diarios como El País, el New York Times y el South China Morning Post sufren del bloqueo.
Lu Wei le advirtió a Zuckerberg: “Si haces daño a los intereses de China, su seguridad o los intereses de los consumidores chinos, no te dejaremos existir”. Amanecerá y veremos. La estrategia ya desplegó la etapa uno, dos y tres. Zuckerberg se declara admirador del socialismo con características chinas y le reparte propaganda política a sus trabajadores. Esperemos que no le pesen las consecuencias. Ganarse un mercado de 700 millones de potenciales usuarios podría tener un precio muy alto, hasta el punto en donde podría perder a sus casi 1.000 millones de usuarios por fuera de China. Zuckerberg quiere un final feliz, pero no todos en occidente estaremos de acuerdo con que nos censuren publicaciones en las que expresamos nuestros pensamientos e intereses.
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[Crédito foto: techaeris.com]