La Cumbre del Grupo de los 20 (G20) terminó hoy en la ciudad de Hangzhou con una llamada a promover reformas liberales y una “nueva revolución industrial” que debe centrarse en la innovación e inclusión para reducir las desigualdades. Corea del Norte decidió que no podía pasar desapercibida y aprovechó la presencia de los líderes mundiales en China para hacer tres lanzamientos de misiles hacia el mar de Japón.
El presidente chino, Xi Jinping, fue el encargado de cerrar la cita más importante que ha organizado China en la historia reciente y destacó que las políticas monetarias y fiscales han limitado el crecimiento económico global.
La innovación debe “asegurar un nuevo camino de paz y prosperidad”, precisó el mandatario al destacar que ya no se puede confiar solo en las medidas fiscales y monetarias.
La declaración final a la que llegaron los jefes de gobierno de las principales economías desarrolladas y emergentes del planeta fue bautizada por Xi como el “Consenso de Hangzhou”, y para llegar a ella fue necesario varias negociaciones previas a la cumbre, un acuerdo con el que se busca revitalizar la economía mundial.
El G-20 quiere "crecimiento sostenible e inclusivo" y la clave de esta "nueva revolución industrial" será "la innovación”. Mientras abogaba por la industrialización de África, Xi también reiteró que el punto nodal para el crecimiento económico en todos los países está basado en las inversiones en las tecnologías informáticas, así como en la reducción de la brecha digital que existe entre el mundo desarrollado y los países en desarrollo.
La declaración final precisa que el G20 es un foro que permite potenciar el crecimiento de la economía a mediano y largo plazo, además de servir como mecanismo para solucionar crisis a corto plazo.
“La experiencia nos enseña que el viejo acercamiento de depender solamente de las políticas monetarias y fiscales ya no funciona. Es por eso que tenemos que volver a encender el motor del crecimiento por la vía de la innovación”, subrayó Xi.
Y el combustible para prender el motor serán la ciencia y la tecnología, por medio de las cuales el G20 plantea una “cuarta revolución industrial”.
El gobierno del país anfitrión salió ganador debido a que en la cumbre sólo se habló de temas económicos, es decir, de lo que une a China con los demás países y no los temas espinosos en las relaciones bilaterales como los derechos humanos, el ciberespionaje, las tensiones en el Mar Meridional de China y el sistema antimisiles que Estados Unidos instalará en Corea del Sur, entre otros.
Las diferencias en estos temas con el gobierno estadounidense han pasado de largo y por el contrario Xi y el presidente Barack Obama, los mandatarios de los dos países más contaminadores del planeta, ratificaron el acuerdo sobre la emisión de gases de efecto invernadero de París, dándole más esperanzas de progreso a esta iniciativa.
Las notas amargas de la cumbre fueron el lanzamiento de tres misiles balísticos que hizo Corea del Norte mientras se celebraba la Cumbre del G20 en China, el principal aliado de Pyongyang, y el fracaso en los esfuerzos de las delegaciones de EEUU y Rusia para llegar a un acuerdo sobre el conflicto en Siria.
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