“Este es un país que no duerme”: conversación sobre la escena del rock en China con la banda española “Daylight”

In by Andrea Pira


El grupo de rock alternativo español "Daylight" habla sobre la escena del rock en China y las oportunidades que ofrece para los artistas independientes extranjeros. "Daylight" está por segunda vez de gira en China, tocará en 19 ciudades y conversó en exclusiva con China Files.


"Esto comenzó así: nosotros un día nos despertamos por la mañana tan tranquilos y vemos un mail en el correo, de quien ahora es nuestro promotor en China, que decía: oigan chicos, qué os parecería venir a la China para hacer una gira de 15 conciertos. Entonces no nos conocíamos y pensamos cualquier cosa. Podía ser una estafa o alguien que quería aprovecharse de ti", dijo Olek Burek, cantante y bajista del grupo alternativo español Daylight.

Debió generarles una sospecha similar a la que despiertan aquellos correos que todos hemos recibido, y que comienzan con ofertas de herencias de príncipes africanos a cambio de los datos de tu cuenta bancaria. "Pero contactamos a otros grupos que habían contratado con esta gente y nos dieron buen feedback, así que decidimos venir por primera vez en el año 2012 para hacer quince conciertos. Para nosotros fue muy divertido porque cuando aterrizamos aquí en China a la primera o segunda semana el disco que estábamos promocionando fue el número uno en Douban durante una semana entera, con miles y miles de reproducciones al día. Eso para nosotros fue como ‘algo está pasando en China que no habíamos imaginado’".

Ese "algo" es el efecto que sobre el rock ha tenido el despertar del dragón asiático. Hicimos la entrevista en el pequeño backstage de Temple Bar, que ha sido descrito como uno de los diez mejores bares de rock en la ciudad por revistas como Time Out Beijing. Es un establecimiento de aproximadamente 200 metros cuadrados, en un segundo piso, con un escenario, la infaltable barra, y ocho mesas largas de madera con bancas de lado y lado. En el bar podrían caber al menos doscientas personas. En esta ocasión hay unas cincuenta. Es domingo nueve y media de la noche. El público está un poco más tranquilo de lo normal para un concierto de rock.

"Aquí hay que alentarlos mucho más que al público europeo", dijo Albert Domenech, guitarrista de la banda. "Es un público mucho más conservador, pero a la mínima que les das para que hagan un poquito de fiesta ellos se animan, y la verdad es que se ponen a la altura de los europeos, o más".

Daylight está comenzando una gira de 19 conciertos en 19 ciudades. Las usuales, es decir Beijing y Shanghái, pero también otras menos obvias, como Luoyang, Changsha, Chongquing, Xi’An y Suzhou.

"Aquí hay un público potencial enorme y esta es la base de las oportunidades que ofrece China a una banda de rock alternativa", dijo Wojtek Burek, hermano de Olek, y vocalista y guitarrista de la banda. "El rock and roll es una cosa que no está del todo explotada. Creo que es algo bastante nuevo, entonces eso es un punto a favor para que se desarrolle lo que nosotros llamamos una escena".

La escena ciertamente es vibrante y goza de una frescura que es difícil ver en otros lugares del mundo. Por su potencial dinamismo y la forma como atrae artistas extranjeros ha sido comparada con París en los años veinte por personas como Michael Pettis, un ex corredor de Wall Street que abrió el bar D22 en Beijing.

"Nosotros hemos estado en un par de festivales y hemos tocado siempre con grupos locales que nos abren los conciertos. Había grupos de metal en el mini-festival que eran muy, muy buenos", dijo Víctor Vera, el baterista. "Es una escena incipiente donde en cualquier momento habrá un boom, como sucedió en Japón durante los años ochenta".

"Sí, China es un país un poco como Japón en ese sentido", añadió Olek. "Que han sido proteccionistas y quizás por eso no conocemos su música. Grupos chinos que hayan ido a España o Latinoamérica no conozco ninguno, y es acojonante que estén dejando entrar a gente de afuera. Cosa que pronto hará que la gente de acá salga para el mundo. A lo mejor nos esperábamos un país un poco más comunista, más cerrado de mente, pero la gente es muy moderna, aquí hay de todo. Hay actividad de las ocho de la mañana a las dos de la noche. Este es un país que no duerme".

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