Especial Mo Yan, Nobel 2012: Sorgo rojo, honrando el sufrimiento pasado

In by Simone

Tenida como una de las mejores muestras de la literatura de su época, Sorgo rojo (1987) es una novela del autor chino Mo Yan encuadrada dentro de la llamada “Literatura de las Raíces”. Este movimiento, cuya base podemos encontrar en cierta manera en el destacado papel que el “realismo” había tenido tras la proclamación de la República Popular, cobró forma en la década de los ochenta al amparo de la “fiebre cultural” (a la que apenas sobrevivió) generada por el creciente aperturismo, y de los debates sobre la dirección que la rápida modernización experimentada debía seguir. Una mirada a la más conocida de las novelas de Mo Yan, nuevo premio Nobel de literatura.
Así, frente a esta modernización y la expansión de las formas de vida urbanas, en un ambiente de búsqueda de la propia identidad, la “Literatura de las Raíces” apostó por no olvidar la génesis de la cultura china, la vida rural y sus costumbres, aunque, como bien vemos en esta obra, más desde un punto de vista estético que anclado en lo político-ideológico. La vida de Mo Yan (1955-), sin duda, le permitía conocer esta realidad y apostar por este movimiento: miembro de una familia granjera, entró a trabajar en una fábrica durante la Revolución Cultural para acabar pasando a formar parte del Ejército Popular de Liberación, donde, en 1981, publicó la primera de una serie de exitosas novelas.

Ya desde la primera página de Sorgo Rojo, aún antes de comenzar el relato, su autor, inmerso en la vida moderna, se reconoce indigno del pasado heroico de su pueblo. Un pasado que a lo largo de la obra que nos ocupa se narra de forma fragmentada, casi cinematográfica, con constantes saltos en el tiempo pero que en ningún momento dan sensación de incoherencia. La vida de Zhan’ao, de su hijo y de demás familiares del narrador es también una historia cruda, lo que lleva a nuestro “anfitrión” a pensar que su pueblo es el más hermoso, pero también el más horrible, los acontecimientos que allí se dieron son tan duros que es difícil anhelarlos, pero deben mantenerse siempre presentes en un ambiente de progreso que convierte a sus descendientes en poco filiales, en gente que no merece “siquiera llevarles una vela” a sus muertos.

Resaltábamos la dureza de la historia. En ésta el papel protagonista recae principalmente en Yu Zhan’ao, abuelo del narrador, y en algunos momentos en su hijo, pero también conocemos la vida de las dos abuelas, del “tío” Arhat y de otra serie de personajes. Así, a lo largo de su vida Yu Zhan’ao pasará de ser un muchacho que huye de su pueblo, a ser un porteador para acabar convertido en un héroe regional de la resistencia contra los japoneses, cuyos años de invasión ocupan la mayor parte del relato. Y es sin duda la figura de este héroe la que mejor representa las sensaciones enfrentadas que en el lector puede causar la glorificación de este pasado.

Es cierto que Yu se enfrenta a un enemigo poderosísimo hasta el último aliento y con unos medios escasísimos, que no se echa atrás pese a ir perdiéndolo todo y que reprocha a otros grupos de resistencia la falta de unidad y sus peleas internas, pero no lo es menos que este personaje es todo menos un cúmulo de virtudes personales: no duda en asesinar al monje amante de su madre siendo aún un niño, al prometido de la que se convertirá en la madre de su hijo y al padre de éste (si bien es cierto que era la única salida para evitar un matrimonio injusto) y al bandido Cuello Manchado, y tampoco dudará en golpear con violencia a su amada cuando se sienta traicionado ni en abandonarla para irse a vivir con otra mujer (más adelante repartirá su tiempo entre una y otra).

Los sucesos que vivirá no serán menos tremendos: la quema de su aldea por tropas japonesas (entre otras barbaridades que se nos describen), la muerte de sus dos mujeres y muchos otros conocidos, el deshollamiento de Arhat, la traición de uno de los grupos de resistencia anti-japonesa, las escasas posibilidades de supervivencia ante varios asedios, tanto de japoneses como de perros salvajes, que llevan a tener que alimentarse de la carne de estos animales, el enfrentamiento con varios bandidos, con la justicia y entre las propias facciones chinas, incluso los propios perros protagonizan enfrentamientos entre ellos.

Acontecimientos, todos ellos, que el propio narrador califica de “barbarie profunda”, anárquicos incluso desde el punto de vista de la administración, llenos de supersticiones y marcados por algunas tradiciones que hoy rozarían el salvajismo, pero que son precisamente los que, comparados con una vida llena de comodidades, le llevan a sentirse “como un piojo marchito” frente a su abuela, una persona que era poco más que una niña cuando tuvo que ponerse al frente de la destilería de sorgo, una auténtica superviviente en un mundo hostil, hasta que las balas japonesas pusieron fin a su vida.

Así, la idea del libro puede extraerse de unas palabras del propio Yu: “no podemos salir de aquí, no después de la muerte de tantos hombres”; seguramente Mo Yan no pretende convencernos de que ese estilo de vida fuese mejor que el actual, sino hacernos ver que no sería justo “salir de ese pasado”, olvidarlo, porque se construyó con el sacrificio de muchos, y porque gracias a él estamos aquí. La búsqueda de las raíces, se convierte, además, en la solución para encontrarnos con nosotros mismos, para que nuestra esencia no se diluyen en la decadencia moderna: “vuelve a tu tierra, estás perdido si no lo haces”.

Y es que en el fondo “lo único” que ha hecho el narrador de la historia es contarnos la vida de unas personas por las que siente un gran respeto, para que las tengamos presentes, por eso el último pasaje está dedicado a la visita de las tumbas. Sin embargo la sensación es que este pasado se está olvidando por completo, incluso el sorgo rojo, el “símbolo del espíritu tradicional de Gaomi Noreste”, ha sido sustituido por un sorgo híbrido, carente de la belleza y personalidad del anterior, y ya sólo se mantienen muestras de aprecio hipócritas.

BIBLIOGRAFÍA

– MO, Yan, Sorgo Rojo. Barcelona: Muchnik Editores, 1992.
– VV. AA., Literaturas de Asia oriental: siglos XIX y XX. Barcelona: UOC, 2005, módulos 1, 2 y 3.

Héctor Gómez Pinos es un investigador y especialista en Asia oriental que vive ahora en Chongqing. Escribió el libro La transición japonesa hacia la modernidad y ha publicado numerosos trabajos de investigación sobre China.

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