En prendas de vestir, prisioneros chinos denuncian condiciones de trabajo inhumanas

In by Andrea Pira

Shahkiel Akbar, un joven residente de Newcastle, se sorprendió cuando encontró, escondida entre un par de medias negras de algodón que había comprado en una sucursal de la tienda Primark, una alarmante carta de auxilio que al parecer provenía de un campo de trabajo forzado en China.
Akbar utilizó una aplicación móvil para traducir el texto en mandarín, escrito con tinta negra sobre una hoja de papel rayado. La carta tenía fecha del 22 de junio del año pasado, y estaba firmada por Ding Tingkun, un hombre de 39 años proveniente de la provincia de Anhui.

“Fui falsamente acusado por fraude y soborno y sentenciado a tres años de prisión por la Corte Popular del condado de Lingbi”, decía el alarmante mensaje. “Actualmente estoy detenido en el Centro de Detención del Condado de Lingbi. Mi cuerpo y mi mente sufren severa tortura y persecución”.

“Cuando la vi, sabía que se trataba de algo siniestro, estaba realmente impactado”, le dijo Akbar al Daily Mail. “Ahora me siento responsable y creo que debo decírselo a todo el mundo”.

Lo más sorprendente es que no es la primera vez que un comprador de Primark encuentra una nota de auxilio de Ding Tingkun escondida en una prenda. Diez días antes de que se encontrara el mensaje en la tienda de Newcastle, Meyrick Kirk, un cliente de Huddersfield, también encontró una nota similar en un par de calcetines.


Foto: Daily Examiner 

"Para todos los que apoyan la justicia, por favor ayuda. Mi nombre es Ting Kun Ding, de 39 años de edad, de sexo masculino. Soy residente de la provincia de Anhui. Debido a la corrupción de mi gobierno local, se me acusó de "secuestro" el 29 de junio y he estado en prisión hasta el día de hoy. Mi esposa está encerrada en un instituto mental. El 22 de mayo de 2014 mi padre fue asesinado en un hospital. Espero que el que esté leyendo esto pueda hacer llegar este mensaje a nuestro presidente Xi Jinping a través de los medios de comunicación. Los gobiernos locales son extremadamente corruptos y van en contra de los principios y políticas de nuestro gobierno federal, cubriendo todas sus faltas y acusando a los inocentes de falsos delitos. Yo estoy a favor de nuestro gobierno federal y espero que Xi Jinping proteja a la gente del país".

Lucy, su hija, no tardó en publicar el descubrimiento en las redes sociales: “#helpTingKunDing. Mi padre encontró recientemente esta nota doblada en unos calcetines comprados en Primark, ¡por favor ayuda a difundir la voz!", escribió en su cuenta de Twitter.


Foto: Twitter

En ambos casos, las notas hacen referencia a las pésimas condiciones de trabajo a las que están sometidos decenas de prisioneros en China. A pesar de que parecen ser auténticas, y de que hay pruebas que confirman que Ding Tingkun existe y está detenido, la firma irlandesa negó tener personas trabajando en condiciones de esclavitud, y afirmó que la carta era una farsa para “obtener publicidad” por parte del autor.

“El nombre de Primark está siendo usado para darle publicidad a la situación de este individuo. No hemos encontrado ninguna conexión entre esta persona y ninguna de nuestras fábricas proveedoras en China”, dijo un vocero de la firma al Daily Mail.

“Creemos que probablemente la nota fue agregada después de su fabricación y es posible que fuera agregada mientras estaba en tránsito o en el puerto”.

Ding Tingkun no es la primera persona que envía mensajes de auxilio a través de los productos de Primark. Se han encontrado notas similares en otras prendas, no solo en el Reino Unido sino también en Irlanda y Estados Unidos.

A mediados de 2014, la irlandesa Karen Wisinska encontró una nota de auxilio en unos pantalones que compró en Belfast. El texto, encabezado por un “SOS!, SOS!, SOS!”, aseguraba que los trabajadores eran sometidos a jornadas laborales de 15 horas, y que eran alimentados con “comida que ni siquiera sería suministrada a los cerdos y los perros”.


Foto: CNN

Primark dice estar investigando los últimos hechos. Sin embargo, asegura que todo es un engaño del que ya han sido víctimas en el pasado. Mientras tanto, activistas de derechos humanos, como Amnistía Internacional, consideran que el problema es real y “horrendo”, pero que el “verdadero miedo es que tan solo es la punta del iceberg”.

[Crédito foto: youtube]

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