Aunque Marcus nació en Los Ángeles, California, su madre es de Chihuahua y su padre de Guadalajara, por lo que lleva a México en las venas; y la mejor forma que tiene para demostrar este sentimiento es por medio de la comida.
Marcus estudió Historia y Francés en Londres y Paris, pero pronto se dio cuenta de que su verdadero amor era la cocina. Por eso empacó maletas, dejó Europa, y viajó a México a estudiar lo que le apasionaba. Sin saberlo, está decisión lo sumergió por completo en el mundo de la culinaria, abriendo restaurantes mexicanos en California y después en Nueva York, hasta que hace tres años llegó a China buscando nuevas fronteras. “Llegué a la segunda economía más grande del mundo donde la gente no tenía idea de lo que era la comida mexicana”; llegó a introducir nuevos sabores y experiencias como lo hizo 20 años antes en ambas costas de los Estados Unidos. Qmex es el restaurante con el que Marcus puso a comer comida mexicana a los chinos en el barrio Sanlitun de Beijing.
Teniendo en cuenta que los chinos son reacios a la comida occidental ¿Cuál es el desafío de montar un restaurante mexicano en Beijing?
Yo pensaba que en China, por sus características, podríamos pegar un restaurante de comida mexicana si se hacía de la manera correcta. Así como los chinos, que cuando van a otra parte del mundo ellos hacen su comida acomodándose al gusto del país donde van a servir. Ellos sirven comida que no es propiamente china, pero que tiene algo parecido, y eso es precisamente lo que nosotros estamos haciendo. Ofrecemos las dos opciones, comida propiamente mexicana, y comida mexicana adecuada a China.
¿Cómo son estas adaptaciones de los platos para hacerlos más familiares para los chinos?
Por poner un ejemplo, la forma en la que servimos no es la misma que en México, aunque el sabor es igual. Un caso particular son los tacos. Los chinos odian tocar la comida directamente con las manos, por eso usan los palitos, cubiertos, papel, lo que tengan a la mano… por eso nos toca servir la comida de otra forma. Yo trato de hacer los platos de manera que se puedan comer de forma intuitiva.
¿Cómo es la clientela de Qmex?
Nosotros atendemos franceses, alemanes, ingleses, australianos… tenemos gente de todas partes del mundo que es cliente nuestro, porque esta parte de Beijing [Sanlitun, el barrio donde quedan gran parte de las embajadas] tiene la comunidad de diplomáticos más grande del mundo, más que Washington D.C. Pero aún así, el 80% de nuestra clientela es china.
¿Por qué es difícil cocinar comida mexicana en China?
No hay quesos, no hay tipos de carne, no hay formas de cocinar la comida. Lo que pasa con la comida mexicana es que es muy especializada y regional, por lo que es difícil conseguir todos los productos. Acá no tenemos los ingredientes para hacer comida mexicana. Por ejemplo la Maseca, que es nuestro pan. Acá puedo comprar tortillas, pero no puedo comprar Maseca y sin Maseca no se pueden hacer tamales. Para hacer esta comida el costo sería muy alto y no se podrían vender los platos.
¿Hay posibilidades para los latinos de venir y montar un negocio?
Acá hay muchas posibilidades para hacer negocio. Nosotros vinimos a China porque Nueva York se volvió muy caro, y tocaba hacer una inversión muy grande sin saber cómo serían las ganancias; además no hay tantas regulaciones como en Estados Unidos. Eso es una ironía: en muchos sentidos China es un país libre, como en los negocios, por ejemplo.
También puedes leer:
– "Tenemos que destacar siempre el lado más positivo de todo", Carmen Gonzáles, periodista mexicana