Dice el filósofo español Gustavo Bueno que hoy día, declararse demócrata es como declararse cristiano en tiempos del Antiguo Régimen. En aquella época, ser cristiano te otorgaba un aura especial. De la misma manera, ser demócrata eleva tu condición por encima de la del resto que no se declara como tal.
En el momento presente, los taiwaneses pueden decir con orgullo que son demócratas -y no les extrañe que su cabeza se ilumine con una aureola mágica-, porque la vieja organización no gu-bernamental de los Estados Unidos del Norte de América, conocida como Freedom House, con sede en Washington D.C. y fundada en 1941 por Eleanor Roosevelt, ha vuelto a colocar a Taiwán entre los países con mayor libertad del mundo en su informe anual "Freedom in the World 2013".
En una escala de 1 a 7, en la que un 1 supone el mayor de nivel de libertad, y 7 la escasez total de ella, Taiwán ha conseguido un 1 en libertades políticas y un 2 en libertades civiles. En la clasifi-cación de países "libres", "parcialmente libres" y "no libres", Taiwán ha sido consecuentemente incluida en el grupo de los países "libres".
El pequeño análisis de Freedom House destaca la consolidación de la democracia en Taiwán y el respeto a libertad de opinión. Concretamente, el informe señala que las elecciones presidenciales que se celebraron hace justo un año y que dieron la reelección al actual presidente Ma Ying-jeou, del Kuomintang; fueron libres, limpias y llevadas a cabo de forma profesional. Claro, que lo de "profesional" no es decir demasiado ya que unas elecciones no limpias pueden estar amañadas de manera muy profesional).
El informe también destaca la buena labor de la joven agencia anti-corrupción que ha destapado varios casos este último año, entre ellos el más sonado fue el del ya ex-secretario general del Yuan Ejecutivo, Lin Yi-shih, acusado de recibir sobornos.
Este mismo caso, fue publicado en exclusiva por la revista semanal Next Magazine, perteneciente al grupo Next Media del empresario hongkonés Jimmy Lai. Este grupo está siendo el centro de la controversia en Taiwán en los últimos meses debido a la puesta en venta de sus negocios en Taiwán (Apple Daily, Next Magazine y Next TV) y que han sido adquiridos en 32% por el grupo rival Want Want, rey de las galletas taiwanesas en China y que es dueño del diario en mandarín China Times, y cuyos intereses en el continente lo hacen sospechosamente pro-chino. El informe de Freedom House hace referencia a la posibilitad de un monopolio de medios pero descarta que la situación sea tan alarmante como la oposición ha denunciado.
El vicepresidente de investigación para Freedom House, Arch Puddington, que conoce Taiwán de primera mano por haber residido algunos años en la isla, declaró conocer personalmente al presidente Ma Ying-jeou y dijo no estar preocupado, pues Ma es una persona fielmente com-prometida con la libertad y el imperio de la ley.
Desde la apertura de China en 1978 y la transición democrática en Taiwán comenzada en 1987, la dialéctica comunismo-anticomunismo mutó rápidamente hacia otra que pone el acento en la democracia y el autoritarismo. A pesar de los intentos del nacionalismo taiwanés de demostrar que Taiwán tiene una cultura diferente de la de China y que no le debe nada, resulta obvio para cualquiera que tenga ojos y oídos que ese camino está vedado, dadas las evidencias en su contra. Es por ello, que tanto Kuomintang como PDP (Partido Democrático Progresista, Minjindang) poseen un consenso tácito por el cual la diferencia fundamental entre Taiwán y China es el respeto del primero por la Democracia, la Libertad y los Derechos Humanos.
Otro día nos meteremos con estas tres ideas, pero por esta semana ya hemos tenido bastante mermelada.
Iker Izquierdo es un periodista español basado en Taipei. Acá puedes leer la presentación a su blog "En los límites del imperio".
Foto de Aaron Logan.