El fantasma de Tiananmen en la bolsa de Shanghai

In by Simone

Un fantasma da vueltas por la bolsa. El pasado lunes, vigésimo tercero aniversario de la represión de Tiananmen, el Shanghai Composite Index cerró a -64.89, una cifra que inmediatamente despertó sospecha: 6, de junio, 4 del día, y 89 del año. Igual que la fecha de la tragedia. Como si no fuera suficiente, el mismo índice abrió ese mismo día a 2346,98 puntos. De nuevo la fecha, pero al revés y con un toque sutil: 23 años.

En un país en donde la superstición numerológica es casi un mandato, el espíritu ya ha causado revuelo en las redes sociales y en las redacciones (extranjeras) que se dividen entre si se trata de una jugada del destino o una movida tecnológica muy avanzada. Y aún más a fon, resurge el conflicto entre los reformistas, actuales ganadores y dueños de Pekín, y conservadores, reducidos en un segundo plano en sus cuarteles de Shanghai, que disputan las decisiones económicas de los reformistas y solicitan unas decisiones menos flexibles. El fantasma de Tiananmen, muy coincidente lograba desplazarse hasta la capital económica y recordar entonces que en la economía, además de números, se mueven instrumentos de lucha política.

Dejando a un lado el sentido etéreo, las autoridades iniciaron una investigación que busque descifre los secretos numerológicos detrás de la bolsa, pues existe la posibilidad de que existe una mano (in)visible que la haya modificado.

Hay dos formas de manipular un índice con tal precisión. La primera es vender y comprar grandes cantidades de acciones, con una precisión absoluta matemática y expedita. La segunda, sería hackear el sistema de operaciones computarizado.

La primera hipótesis ha sido rápidamente descartada, pues el lunes, cuando reinó la preocupación por Estados Unidos, la crisis europea y la desaceleración de la manufactura china, se realizaron 90.000 contrataciones.

La segunda, sin embargo, ha adquirido cierto grado de probabilidad. Algunos corredores de bolsa afirmaron a Reuters ignorar el tipo de sistema informático detrás de la bolsa de Shanghai: “Nosotros nos sabemos que tipo de plataforma usan en China y que tan segura es. Creo que la Bolsa de Shanghai tiene un sistema desarrollado por ellos” declaró Gregory So, responsable de Asia nororiental para SunGard, una compañía de software.

Pero más allá de este problema numerológico, la bolsa de Shanghai se encuentra en problemas desde hace unos cuantos meses, precisamente por incertidumbre generada en Occidente, sea por temores ligados a la ineficiencia del sistema bancario y del crédito, sea por el espectro del fantasma inmobiliario o incluso por una creciente desconfianza frente a la capacidad de las empresas estatales de ser rentables.

Para darle un nuevo impulso a la economía, China recientemente estableció nuevos frentes. Internamente se habla de un posible “paquete” de incentivos, previstos para finales del verano y que a diferencia del enorme paquete entregado en 2008, éste privilegiará la calidad sobre la cantidad, y ayudará a transformar la economía china en una eficiente y moderna.

El plan consiste en, primero,financiar internamente a aquellos sectores que podrían hacer de China una más competitiva en los mercados internacionales a largo plazo. Según el Consejo de Estado (ente principal del gobierno), en un informe publicado por la agencia oficial Xinhua, estos sectores serían: “eficiencia energética y de protección ambiental, tecnología de información, biología, producción de equipos de alta tecnología, nuevas fuentes de energía, nuevos materiales, vehículos y energía alternativa”.

Se buscaría hacer más eficientes los sectores interiores de la economía, abriéndoles a los inversionistas privados que, guiados por la rentabilidad, evitarían mecanismos clientelistas y se inclinarían por mejorar sus competencias.

En el ámbito exterior –el segundo frente-, China y Japón establecieron un pacto histórico: desde el primero de junio los dos países comerciarán con sus monedas respectivas, saltándose el dólar y los dobles cambios.

Para China se trata de un paso ulterior contra la emancipación del billete verde, que les permitirá diversificar aún más sus reservas en moneda exterior y hacer del renminbi una moneda de intercambio global. China no quiere que su propia riqueza dependa de las decisiones de política monetaria tomadas en Washington.

Sin embargo, algunos analistas han leído el pacto sino-nipón con un velo de política interna. Eswar Prasad, ex jefe de la división china del Fondo Monetario Internacional, dijo al diario hongkonés South China Morning Post que el grupo más liberal del gobierno chino podría usar la internacionalización del yuan para presionar hacia un mercado financiero más abierto con una tasa de cambio flexible y para la conformación de una verdadera bolsa a la que los capitales extranjeros puedan acceder.

Con esto, se silenciaría a los conservadores, que siempre están preparados para repuntar contra los liberales. Ya entonces, no habría más fantasmas nacidos, precisamente en Shanghai, que socaven la autoridad de los reformistas.  



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