A menos de un mes del estreno en salas de cine de “La Entrevista”, una comedia protagonizada por James Franco y Seth Rogen, en la que un par de reporteros tratan de asesinar a Kim Jong-un, el malestar en Corea del Norte no se ha hecho esperar. La película ha sido interpretada por el régimen de Pyongyang como un desafío y una provocación, según los medios oficiales.
En esta comedia dos periodistas que dirigen un espectáculo televisivo consiguen una entrevista con el líder norcoreano, Kim Jong-un. Pero cuando se disponen a organizar el encuentro son contactados por la CIA para asesinarlo. Desde el momento que empezaron a salir los primeros detalles sobre la película y su contenido, Corea del Norte se puso a la defensiva. Pyongyang ha denunciado que la llamada a matar a su líder, incluso en la ficción, es una forma de "terrorismo" a la que responderá "sin piedad y tendrá graves consecuencias."
El canal de propaganda Uriminzokkiri, catalogó como una "completa distorsión de la realidad malintencionada” a la producción cinematográfica. “Basura”, ese fue el calificativo que le dio, y acusó a los Estados Unidos, Corea del Sur y Japón de estar detrás de “el ataque” como represalia por las pruebas balísticas y nucleares que realizó el régimen. Inclusive, el Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano quiere llevar el caso a las Naciones Unidas.
Por lo anterior, se cree que los responsables de los ataques cibernéticos que ha sufrido Sony Pictures Entertainment, empresa que produce la película, son hackers norcoreanos, como lo reportó el portal web especializado en tecnología, Re/code. La intrusión en los servidores de Sony lleva la firma de “los guardianes de la paz”, y amenaza con borrar la información de los servidores de la empresa de seguir con el proyecto.
Pero esta no es la primera vez que la película hiere susceptibilidades dentro del régimen norcoreano. Como recuerda la agencia surcoreana Yonhap, en agosto pasado Sony había decidido cortar algunas escenas entre Kim Jong-un y su padre y antecesor, Kim Jong-il , quien murió de un ataque al corazón en diciembre de 2011.
Los guionistas y actores, por su parte, han querido subrayar el aspecto político de la película. "Durante décadas, el humor se ha utilizado como un lente a través del cual mirar la situación política", le explicó Rogen al Wall Street Journal. En la entrevista, Rogen citó al clásico de Charlie Chaplin, El gran dictador, como ejemplo.
La película utiliza a los personajes más representativos del poder norcoreano, a quienes caricaturiza, y presenta al régimen como un sistema represivo ante los ojos occidentales. Por medio de la sátira y la ironía se hace referencia a actos públicos en los que Kim Jong-un participó para que formen parte del argumento.
Esta navidad la película llegará a las pantallas de cine de Estados Unidos y Canadá, y el próximo año lo hará en 63 países de Europa, África y Medio Oriente, pero entre la lista el gran ausente es Corea del Sur. Las razones serían que Seúl no quiere ver afectadas las frágiles relaciones con su vecino del norte con el que está en guerra desde hace casi 60 años.
Escrito para el programa Diario en Línea de Italia.
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