El pasado miércoles 30 de abril tres personas murieron y 79 resultaron heridas en un ataque en una estación de tren en Urumqi (capital de la región noroccidental china de Xinjiang). Se trata del segundo atentado terrorista que se produce en una instalación ferroviaria en China en poco más de dos meses. El gobierno responsabilizó rápidamente a grupos terroristas separatistas de la región aunque las investigaciones siguen abiertas.
El 28 de abril el presidente Xi Jinping visitó la Región Autónoma de Xinjiang, durante la visita dejó algunas declaraciones que hoy, a la vista de los ataques ocurridos dos días después de su visita, toman especial significado. “Se deben tomar medidas enérgicas y decisivas y mantener la presión contra los terroristas violentos envalentonados por la arrogancia”, señaló el presidente.
Ese domingo, Xi Jinping visitó una base fronteriza en Kashi e inspeccionó el equipo policial de video- monitoreo en el Departamento de Seguridad Pública de Kashgar. Xi Jinping había señalado, días antes, que China está afrontando crecientes amenazas a la seguridad nacional, como consecuencia indirecta del gradual crecimiento económico. Por eso, advirtió que Beijing podría imponer controles más estrictos para poner freno a los peligros del terrorismo.
Durante su viaje a Xinjiang, Xi Jinping aprovechó también para visitar escuelas y recordar la importancia de la mejora en la enseñanza de chino mandarín a los estudiantes no-Han, como una manera de ayudar a uigures a encontrar trabajo más fácilmente y, sobretodo, para promover la cooperación entre los grupos étnicos. Pues, “la batalla contra el separatismo en China también se basa en las personas de todos los grupos étnicos, que tienen que estar firmemente unidos”, señaló. “También podríamos confiar en los líderes religiosos patrióticos para que guíen a sus seguidores a mantenerse alejados del extremismo religioso”, agregó. 48 horas después de que el presidente diera esas declaraciones una bomba estalló en la estación de trenes de Urumqi y las pruebas determinaron rápidamente que se trataba de un ataque perpetrado por los grupos separatistas de la región. En el ataque tres personas murieron y 79 resultaron heridas y cuatro de ellas gravemente.
La página de internet del gobierno de Xinjiang indicó al día siguiente que se trato de un ataque llevado a cabo por dos personas que murieron en el incidente y que estaban "largamente influenciados por pensamientos religiosos extremistas y participado en actividades religiosas extremistas". La misma fuente identifica a uno de ellos como Sedierding Shawuti, un hombre de 39 años de Xayar, en Xinjiang. El otro atacante aún no ha sido identificado. Mientras que la tercera víctima era un viajero de la región. "Dos terrotistas hicieron estallar bombas que llevaban en sus cuerpos y murieron", dijo al día siguiente el diario de corte oficialista People’s Daily al día siguiente. Pero no se trató de un ataque suicida.
La provincia de Xinjiang, poseedora de muchos recursos naturales y ubicada en una región estratégica en la frontera con Asia central es un centro de tensión permanente que aun el gobierno no logra resolver. “El estado debe seguir mejorando el desarrollo social y económico de los grupos étnicos minoritarios. Una de las principales razones detrás del aumento de las tensiones étnicas se debe a razones socioeconómicas.
En Xinjiang al comparar uigures y hans en una educación y experiencia similares, se comprueba que los uigures ganan menos y tienen menos oportunidades que los hans. Esto no presagia nada bueno para la integración”, dijo a China Files el profesor especialista en etnias chinas Reza Hasmath .
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