Shunzi es un hombre verdaderamente con mala suerte. El mismo día que pierde su trabajo como conductor de taxis, su mujer le presenta a su amante, le pide el divorcio y le echa de casa. Con la cola entre las piernas y su vida destruida, el gordito quejumbroso regresa a la casa de sus viejos padres y comienza a pensar en un nuevo futuro. Nada le sale bien. Hasta que se le ocurre una idea: montar un sex shop en medio de su tradicional hutong pequinés. Las peripecias de Shunzi y la manera como su tienda transforma el conservador barrio son la delirante historia de la comedia Red light revolution, de Sam Voutas.
Volver a la casa paterna nunca es fácil. Y a veces salir de nuevo del nido es más difícil aún. El desespero de Shunzi lo lleva a tomar cualquier trabajo que encuentra: el más degradante es tener que promocionar bebidas un supermercado vistiendo una camisa ombliguera verde que realmente resalta sus formas redondas.
Pero es en el supermercado donde conoce a Lili, su colega promoviendo bebidas, su consejera vital y su compañera en la aventura de montar un sex shop en el vecindario. Al principio todo va mal, pero lentamente Shunzi y Lili van descubriendo el complejo y sorprendente mundo nocturno de su hutong.
Detrás de esta fascinante comedia está Sam Voutas, un realizador australiano que lleva 15 años viviendo en China. Hacer Red Light Revolution le tomó cinco años, mientras iba alternando la producción de la película con su trabajo como actor secundario -y occidental- en superproducciones chinas como City of Life and Death. En estos momentos Voutas prepara su tercera película.
Les dejamos aquí el trailer de la película. Para quienes tienen buen chino, Sam Voutas colgó la versión completa en Youku.