Sin duda alguna se trata de la película del año en China. La masacre de Nanjing, perpetrada por los japoneses en 1937, vista a través de los ojos de una niña de 13 años que toma refugio en una iglesia. Allí coincide con un grupo de niñas de un convento y con otro de prostitutas y con un sepulturero estadounidense que se hace pasar por cura, interpretado por Christian Bale. Se trata de “Las flores de la guerra”, la última película del reconocido director Zhang Yimou y la mayor superproducción de un cine chino que busca conquistar públicos más allá de sus fronteras.
Con un presupuesto que ronda los 90 millones de dólares -el más alto de la historia del cine chino- la película de Zhang es una de las apuestas con las que Beijing busca posicionar su soft power en el mundo, que ve como un requisito indispensable si quiere convertirse en una potencia política y cultural, y no sólo económica, a nivel mundial. Para hacerlo nadie mejor que Zhang, dos veces ganador del León de Oro en Venecia -con La historia de Qiu Jiu y Ni uno menos- y una vez del Oso de Oro de Berlín con Sorgo rojo, y director de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Beijing.
Es decir, un director reconocido internacionalmente entre los circuitos artísticos -incluso censurado en el pasado- pero hoy considerado como el niño consentido del regimen. “Poca gente ve películas chinas”, dijo uno de los productores Zhang Weiping a la prensa china. “Ahora nuestro gobierno le da gran importancia al cine y a la industria cultural. Y si podemos trabajar con Hollywood y continuar con nuestra cooperación de beneficio mutuo, es para nosotros muy importante promover el cine chino y la cultura china al resto del mundo”.
Si están en China o Estados Unidos, ya pueden ver la película en cines desde hace una semana. Si no, les dejamos con los trailers de la película.