En China los juegos de palabras eran tan comunes y le daban tantas vueltas a las cosas sin llegar al asunto en cuestión, o llegando a otros asuntos, que el gobierno decidió prohibirlos. Esta medida es un reflejo del chino, tanto del idioma como la forma de ser de quienes lo hablan.
En China los juegos de palabra y el doble sentido de las cosas forman parte de “la forma de ser china”. Es una herencia cultural en la que se dice lo que se quiere decir, sin decirlo; y se dice todo sin haber dicho nada. Estos juegos, presentes en la publicidad, los medios de comunicación y las redes sociales, recientemente fueron prohibidos por el gobierno porque eran fuente de “un caos lingüístico y cultural”, como dijo un portavoz de la agencia de vigilancia de medios.
Esta resolución, que ha sido catalogada como descabellada por la prensa occidental –e incluso ridiculizada– puede que en otros idiomas no tenga mucho sentido, pero en chino-mandarín sí, pues es un idioma lleno de palabras homófonas. Por eso, con cualquier cambio en una frase, por sutil que sea, se altera completamente el significado. Algo así como las tildes en español, pero potenciado, porque el chino tiene cuatro tonalidades.
“Las autoridades de radio y televisión deben endurecer sus reglamentos y tomar medidas enérgicas contra el uso irregular e inexacto de la lengua china, especialmente el mal uso de modismos”, decía el comunicado oficial.
En español no es lo mismo decir “Juliana jugaba en las sabanas del Cesar (una provincia colombiana)”, que “Juliana jugaba en las sábanas del César”. Ese tipo de juegos, que en el chino son bastante comunes, y de los que la publicidad ha echado mano, es lo que se acaba de prohibir.
Por ejemplo, “mai” y “mai” no quieren decir lo mismo, como tampoco “mai mai”. En chino la palabra “mai” pude significar vender o comprar, dependiendo del tono, y si se dice dos veces quiere decir negocio.
El anterior es un ejemplo inocente, pero estos juegos de palabras son mucho más incisivos cuando tienen un trasfondo político, un tema que en China es extremadamente sensible.
El ejemplo más popular es el de la alpaca, pues además de ser un mamífero que vive en los Andes peruanos, es uno de los insultos más hirientes que circulan por las redes sociales. “Cao ni ma” quiere decir caballo de tierra y pasto, apodo que reciben las alpacas por parecerse a un animal mitológico con este nombre. Con un cambio de tono en cada palabra pasto (cao), tierra (ni) y caballo (ma) pasan a ser coger (cao), tu (ni), mamá (ma): “cogerme a tu madre”.
Este juego va un paso más allá porque en las redes sociales el insulto es reemplazado por una foto del animal, y ¿quién puede probar que una foto de una alpaca no es en realidad una foto de una alpaca? Además, en un país fuertemente censurado, este tipo de estrategias comunicativas son para salirse por la tangente.
La prohibición de los juegos de palabras va enfocada a, precisamente, impedir los dobles sentidos que sean ofensivos y la desinformación entre los jóvenes. Si la medida es restrictiva o no, es un debate que se ha desatado en las redes sociales chinas, en donde las opiniones son diversas, pues para entender la situación hay que verla con ojos chinos y no occidentales.
“Para el bien de los niños está bien, pero para nosotros es diferente. La ironía y los juegos de palabras vienen de bromas entre amigos que son muy divertidas. Cuando el gobierno implementa leyes de este estilo hacen que los juegos se tornen muy serios, y no tendrían por qué serlo”, dijo una usuaria de redes sociales china que trabaja en medios.
También puedes leer: