China contará con su primera zona de libre comercio en su continente si se realiza el proyecto que se prepara para Shanghai. La aprobación del proyecto fue anunciada tras una reunión presidida por el primer ministro Li Keqiang, y tiene previsto hacer de la ciudad el nuevo centro comercial de Asia, con una proyección a convertirse en uno de los más grandes de Asia y así robarle el título a otros de la zona, especialmente la pequeña hermana isla de Hong Kong.
En el año 1553, durante la dinastía Ming, la por entonces pequeña ciudad de Shanghai fue fortificada para evitar el ataque de los piratas japoneses. Estas murallas le dieron el estatuto de ciudad y fue el inicio de su crecimiento. Hoy la antigua ciudad amurallada es una de las más abiertas de China y con las nuevas medidas que la preveen como la nueva zona de libre comercio lo será aun más.
Shanghai ya había sido una zona de libre comercio internacional en 1824, cuando los ingleses ganaron la primera guerra del opio. La historia de Shanghai está ligada al comercio y a la explotación de su puerto. La ciudad tomó renombre internacional con la llegada de los occidentales y la comercialización del opio. Fueron principalmente los ingleses los que difundieron el consumo del opio entre los chinos que traían de la India. El comercio del opio sería la causa de dos guerras, cuyas consecuencias marcaron profundamente a la ciudad. En la segunda guerra del opio (1856-1860), los ingleses junto a los franceses, volvieron a derrotar a los chinos y la ciudad de Shanghai pasó a ser administrada por los occidentales.
Shanghai fue dividida entre las potencias occidentales, ingleses, franceses y estadounidenses, a los que se sumaron los japoneses tras la primera guerra chino-japonesa de 1894-95. Esto cambió la personalidad de la ciudad, convirtiéndola en la ciudad más occidental de China. Durante aquellos años la ciudad se llenó de edificios occidentales y las condiciones de vida de los chinos de Shanghai era superior a la de los chinos del resto del país. Su situación estratégica, el comercio del opio, de la seda y del té, hicieron de Shanghai el mayor centro industrial y comercial de China.
En 1937 Shanghai pasó a manos de los japoneses que la controlaron hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Durante la guerra fue refugio de miles de europeos, entre ellos muchos judíos. En 1949 llegaron al poder los comunistas y Shanghái recuperó el protagonismo cultural, político y económico dentro de China.
Hoy Shanghái cuenta con el puerto mercante más activo del mundo y tendrá ahora la primera zona de este tipo en territorio continental chino bajo el Convenio de Kioto. Así se conoce a la Convención Internacional para la Simplificación y la Armonización de los Procedimientos Aduaneros, vigente desde 1974, que establece que en una zona de libre comercio se puede depositar, manejar, fabricar, reconfigurar y volver a exportar productos sin la intervención de las autoridades aduaneras locales.
Shanghái ya tenía cuatro zonas francas para depositar, manejar y almacenar sin trámites aduaneros en sus instalaciones portuarias de Waigaoqiao y Yangshan y sus aeropuertos de Hongqiao y Pudong. Estas instalaciones serán aprovechadas para el diseño de este nuevo proyecto que la prensa de Hong Kong ha definido como la creación de un "mini-Hong Kong" en territorio shanghainés. La nueva zona de libre comercio integrará el transporte moderno y la infraestructura de comunicaciones con un marco libre de impuestos para las empresas nacionales y extranjeras.
Además, se ha lanzado la semana pasada el nuevo Sistema Internacional de Pagos de China (CIPS, en sus siglas internacionales). Esto consolidará al yuan como divisa de comercio internacional contribuyendo a que la zona de libre comercio se convierta en una de las más importantes del mundo.
El director de la Academia de Reforma y Desarrollo de Pudong, Wan Zengwei, señaló que harán falta tres años para establecer en Shanghai una zona de libre comercio que cumpla los estándares internacionales.
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