China Poblana: 2016: el año del bluffing

In by Andrea Pira

China Poblana regresa en su primera columna del año, en la que repasa lo que dejó el 2015 y lo que vendrá para el 2016 para China en el contexto del sistema internacional.
Hace exactamente un año, en este blog se presentaba un posible escenario para el pasado año 2015. De esta primera colaboración del 2015, rescato las últimas frases que contenía:

En el caso de China, la interconectividad que ha creado con el exterior le representa uno de sus grandes desafíos, en el cual el PCCh y su control han determinado hasta qué punto son vulnerables ante la especulación económica. Esto quiere decir que pronto China deberá de dejar el bajo perfil de reconocerse discursivamente como una economía o país más identificado con los países en vías de desarrollo, y asumir su lugar para dar el paso de economía emergente a economía avanzada.

El 2015 dejó muchos temas y asuntos por resolver, por lo que el 2016 no se perfila como un año prometedor y próspero. Como se muestra en estas líneas, China ha avanzado desde hace algunos años en distintas zonas del mundo y, al mismo tiempo, en su participación dentro de la economía mundial. Estos dos aspectos son los “fantasmas” del 2015 que a inicios del 2016 se hacen presentes y, que a su vez, hacen visible la falta de conciencia sobre las consecuencias que está generando y las que vendrán.

Algunos meses atrás en un foro académico presenté una ponencia sobre este tema. En éste retomaba una frase de Justin Yifu Lin, que ha quedado fija en mi memoria desde que la escuché de su propia boca. Esta frase decía que el mundo no entendía que “China no depende del mundo, es el mundo el que depende de China”. Tal vez estas palabras de Justin Yifu Lin fueron tomadas a ligera por casi toda la audiencia, o tal vez fueron interpretadas como otra muestra del ego chino sobre su papel en el mundo. Más allá de esto, sirvieron para poder plantear un ciclo o diagrama de la situación en la que estamos. Mi conclusión en dicha ponencia fue la siguiente:

Como comentario final, asiento que gracias al proceso de globalización que vivimos las estrategias tomadas por el gobierno chino en próximos días y meses sentarán las bases hacia un cambio estructural de las relaciones económicas internacionales. Sin embargo, ante la complejidad y el grado de vulnerabilidad del mercado financiero es arriesgado plantear un posible escenario. No obstante, el PCCh continuará siendo ésa mano que determine la manera en cómo se llevarán a cabo estas relaciones. Por lo tanto, comparto la idea de Tom DeMark en que pese al ritmo de los indicadores chinos, la inestabilidad seguirá siendo presente. Entonces, estos últimos meses del 2015 serán entendidos a través de la siguiente relación paradójica:

Fuente: León de la Rosa & Calderón Mora, 2015.

Bajo este esquema, también es importante señalar un conjunto de inputs y outcomes, que combinados con la interdependencia económica, no generará una estructura de ganancias absolutas sino de pérdidas y ganancias relativas, que en mi opinión representan el menor riesgo para el gobierno chino y el mayor temor para Estados Unidos, pues el contexto actual es una oportunidad para debilitar a su mayor contendiente en materia económica.

Con estas dos ideas inicio esta colaboración a la que he decidido llamar “2016: el año del bluffing”, y que a continuación explicaré la razón de ser. Como la mayoría de los lectores sabrán, bluffing refiere a una estrategia del póquer que se basa en la mentira a los jugadores sobre la mano de cartas que se posee, el objetivo de ésta es apostar grandes cantidades al juego como mecanismo de provocación a la mesa y hacer dudar a los jugadores sobre sus cartas, y en específico, sobre quién posee el juego más poderoso. En estos momentos, el sistema internacional es una gran mesa de juego en el que hay una estrategia de bluffeo, la pregunta es: ¿Quién la está usando? De antemano, planteo que el objetivo de este artículo no es determinar quién, pues en los turnos del juego considero es muy pronto para saberlo, pero sí podemos identificar algunas acciones que nos pueden dar pistas.

Partiendo de la premisa del protagonismo chino dentro de la economía mundial como factor que determina la actual inestabilidad de ésta, es importante señalar que existen dos jugadores que poseen el mayor grado de impacto en el presente y futuro de la misma, que son China y Estados Unidos. Esto no quiere decir que el resto de los actores dentro del sistema internacional no ayuden a crear situaciones favorables o desfavorables dentro de éste, pues el grado de interdependencia y dependencia que cada uno de estos núcleos de poder económico ha generado en las distintas zonas del mundo propician esta complejidad. Gracias a esto, podemos entender cómo la situación puede agravarse con la presencia de un actor dentro del mercado del petróleo.

Habiendo descrito esta estructura es importante señalar algunas acciones emprendidas por China como parte de los turnos que tiene dentro del juego. El listado de “éxitos” para el protagonismo económico chino se resumen en:

1. El reconocimiento del yuan como moneda de reserva internacional.
2. El inicio de actividades del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.
3. El respaldo de la titular del FMI y George Soros sobre la capacidad china para salir de esta crisis durante el Foro Económico Mundial en Davos.
4. La visita del presidente por Medio Oriente.

Sin embargo, el gran fantasma para los chinos ha sido la desaceleración de su economía en un 6.9% durante el 2015. A partir de estas cuatro acciones giran un conjunto de especulaciones desde Occidente y Oriente, pues el trabajo de las agencias de noticias y los think tanks de cada uno de estos lados, en específico de China y Estados Unidos, tienden al extremismo, pues mientras de un lado se propone un panorama prometedor en el que se plantea la continuación del protagonismo chino, por otro lado se vislumbra un escenario apocalíptico sobre la caída de China y el inicio de una terrible crisis provocada por este país.

Ambos escenarios propician temores en ambos lados, que se incrementan ante la apreciación del dólar en el mercado de divisas y la caída del precio del petróleo. Este entramado genera que a inicios del año 2016 se perciba una guerra informativa entre quién dice la verdad y quién no. En medio de estos frentes encontramos a la especulación como la mejor herramienta de legitimación para Estados Unidos y China, ya que dependiendo qué se diga uno gana lo que el otro pierde. Por lo que a pesar de la interdependencia económica global, cuando ponemos en la mesa a estos dos países el juego se resume a un esquema de suma-cero, con la particularidad de ser un híbrido de juego de posición y de tipo duelo.

La estrategia desde Occidente de hacer masivas las debilidades chinas, a través de palabras clave como: devaluación y desaceleración –palabras que en América Latina son catastróficas-, ha provocado que las empresas duden al momento de sus inversiones en China, siendo esto un golpe bajo para la economía china. Sin embargo, hay un aspecto que se vuelve inobservable ante este distractor, que es el incremento de la vulnerabilidad del dólar como divisa de intercambio comercial. Por otro lado, tenemos la reestructuración- una manera políticamente correcta de nombrar despidos o cierres masivos- de algunas multinacionales de origen norteamericano, como es el caso de Walmart, que en 2015 ocupó el primer lugar en el Top 500 de Fortune y que excusó esta acción con la cercanía que tenían estos 269 puntos de venta con respecto a otros. Walmart no es único caso, pero sí es el más visible. Definitivamente este escenario conlleva una serie de consecuencias complejas entre las zonas que juegan el papel de suministradores y lo que son el mercado meta, por lo que es entendible que con todos estos movimientos de la economía aquellos países dependientes de la IED sean los más sensibles y vulnerables, como lo son las llamadas nuevas economías emergentes.

Como conclusión, señalo que el ciclo mostrado al inicio de esta colaboración se mantendrá a lo largo del año, situación que gestará un momento clave hacia la supervivencia de alguno de estos dos núcleos económicos. Con respecto a los “éxitos” chinos, un punto a revisar será el continuo avance en sus relaciones económicas, y en específico en Medio Oriente, una zona tradicionalmente controlada por Estados Unidos en todos los sentidos. En mi opinión, China continúa avanzando con la misma “receta” y en respuesta a esto seguimos obviando su actuar o preferimos distraernos con otros temas. El resto del mundo seguimos preguntándonos cómo negociar con ellos, y en lo que nos ponemos de acuerdo, China continúa avanzando. Por último, menciono que la complejidad de la situación de la economía mundial nos ha permitido ver solamente la punta del iceberg, pues gracias al bluffing que cada jugador realiza no se puede determinar qué tan grande será lo que hay debajo del agua, pues cada uno de estos actores tienen situaciones y temas críticos en su agenda económica y política por resolver. Entonces finalizo con la siguiente pregunta, ¿qué tan costoso será para el resto del mundo que China pueda lograr su proceso de transición económica y/o que Estados Unidos mantenga su lugar determinador del sistema económico internacional?

*Para mayor información sobre el trabajo académico mencionado, acceder a: http://www.politica-china.org/imxd/noticias/doc/1451249334jiexi_zhongguo18.pdf

[Crédito foto: Finanzas Digital]

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