En días pasados se llevó a cabo el Segundo Seminario de la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, en la ciudad de México, en el que se plantearon varias perspectivas sobre la temática china.
Dedico éste espacio a rescatar los puntos que a mi parecer generaron aspectos relevantes en la visión que se tiene de éste lado del Pacífico.
Mucho se habla sobre si existe una relación estrecha o si nos encontramos lejanos a la región. Por lo que durante el evento se destacaron cuatro áreas de estudio sobre China:
• Economía, comercio e inversión
• Relaciones políticas e internacionales
• Recursos naturales y medio ambiente
• Historia, cultura y aprendizaje chino.
Quisiera iniciar citando al Asesor Político de la Embajada de la República Popular de China, el Dr. Ji Lin, quien mencionó que “se deben apoyar a los think tanks y los círculos académicos para que hagan más propuestas y sugerencias sobre la cooperación sino-latinoamericana. Es necesario establecer y arrancar lo más pronto posible el Foro de China-América Latina y el Caribe a fin de crear una mayor plataforma que permitirá potenciar la cooperación bilateral en todos los terrenos”.
A partir de estas palabras se identifica la lejanía que todavía existe entre ambas, pero la pregunta eje fue ¿cómo debemos construir éste enlace?
Dentro de la perspectiva económica, una voz uniforme fue la importancia que hoy en día tiene la presencia china a nivel global. Sin embargo, el mayor desafío surge al momento de preguntarnos hacia dónde va la relación. A partir de esta idea, se llega a un cuestionamiento más profundo, ¿es posible una estrategia común o cada país deberá emprender una?
Entre lo presentado por algunos académicos y mi opinión, el punto central radica en la manera en que nos mira China. La diversidad cultural y política dentro de la región determina un aspecto de suma importancia para poder identificar el “malentendido” entre ambas regiones, pues “para China es más fácil visualizarnos en bloque”, situación que no corresponde a la realidad del subcontinente.
Una de las razones que imposibilitan la materialización de una política común fue clara dentro del evento, al hacerse evidente la importancia la relación entre Brasil y China. Mientras es palpable el avance de los brasileños hacia una cooperación integral, la parte mexicana se encuentra en un proceso general de un nuevo reconocimiento tras el alejamiento entre ambas partes durante la administración pasada.
Un punto importante fue destacar las oportunidades y desafíos para las economías latinoamericanas ante la inminente presencia china, la cual día a día demanda una mayor cantidad de recursos de la región. Sin embargo, el sector privado mexicano cuestionó y propuso cambiar la idea de ofrecerle a China sólo bienes agropecuarios.
“La Huella del Panda” es cada vez más fuerte, y por ello los retos que enfrenta en términos ambientales, se perfilan a ser los de mayor impacto a nivel global. Situación que permitió la presentación de investigaciones que versaban sobre la relación entre la sostenibilidad del modelo de crecimiento chino y su viabilidad hacia la protección del medio ambiente.
Historia, Cultura y Aprendizaje del chino es la temática que menos se trabajó, pero la más necesaria. Poco más del 40% de colegas chinos invitados participaron en dicha temática, por lo que fue el tópico con mayor participación china. Esto habla que su interés, por Latinoamérica, comienza por la cultura. Pero, por parte de los colegas latinoamericanos, la situación es inversamente proporcional, lo cual es significativo en la medida en que no nos permite conocer al otro de manera completa. La mesa de Literatura y Lengua china resultó ser novedosa por la propuesta de modelos metodológicos, en la traducción y el estudio de la poesía china, que tengan más coherencia con el entorno cultural latinoamericano.
Por parte de la traducción, se propuso buscar todas aquéllas equivalencias culturales que hicieran entendible, para el público hispanohablante, un cuento o una novela, ya que muchos textos literarios chinos tienen referencias que solo se entienden en la cultura china. Se colocó el ejemplo de los chengyu, o cuatrisílabos. Sin embargo, para otras expresiones, como referencias a personajes, lugares o eventos históricos, se propuso colocar breves reseñas explicativas y, así, dar a conocer el contexto de mejor manera. Por parte del estudio de la poesía china, se propuso abordar su investigación desde la disciplina de Relaciones Internacionales. Esto es importante en la medida en que la poesía jugó un papel político importante, porque fungió como una institución diplomática en las relaciones entre los pueblos asiáticos, además de que su preservación siempre se procuró por parte de los gobiernos dinásticos chino. En este sentido, se piensa que entender a la poesía como instrumento de política exterior, contribuirá a entender, de mejor manera, la dinámica histórica regional.
Sin lugar a duda, existe una interconectividad entre los cuatro ejes temáticos, pues de la generación de investigación seria se perfilará el destino de la relación, no sólo en términos económicos y políticos, sino en generar una reconciliación cultural que permita un pleno entendimiento del fenómeno chino. Por lo que retomo las palabras del Dr. Roberto Escalante, “que la ciencia aporte caminos para la relación entre China y América Latina”, y durante los próximos meses nos lleve a comprender la presencia del dragón y generar estrategias de ganar- ganar.
* El apartado de “Historia, cultura y aprendizaje” es autoría de Eduardo Tzilli Apango, a quien agradezco su apoyo.
Raquel Isamara León de la Rosa es profesora de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y promotora de la cultura asiática. Si quieres saber más sobre su blog haz click aquí.
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