"El sistema tributario es el núcleo de la soberanía de un estado", según el Diario del Pueblo. Y ataca a las multinacionales extranjeras que reciben utilidades mientras que "nosotros [los chinos] dejamos que los ingresos fiscales se vayan al exterior". China declara así oficialmente abierta la guerra fiscal a las empresas extranjeras. Pero en realidad se trata de una operación acorde con el G-20 que en septiembre desarrolló un plan internacional para combatir la evasión fiscal por parte de las multinacionales.
El año pasado, la lucha contra la evasión de impuestos puso en manos del Estado 5.600 millones de euros. Sin embargo, las instituciones comerciales de Europa y América se quejaron de que en la mayoría de los casos, China, imponiendo un sistema antimonopolio, abusó de su poder utilizando tácticas de miedo y privando a los abogados de las compañías de participar en las audiencias. Hay más de 400 mil empresas extranjeras que operan en China. De ellas, 490 se encuentran entre las 500 mejores del mundo.
El artículo de página completa en el Diario del Pueblo se pone fuerte, quejándose de que las multinacionales extranjeras han "privado al país de enormes cantidades de ingresos [de impuestos]" y al mismo tiempo "se han aprovechado de la mano de obra, la tierra, los recursos y del enorme mercado [de China]." De hecho, como señala Oliver Meng Rui, profesor de la China Europe International Business School de Shanghái, la voz del Partido tiene la intención de juzgar a las empresas desde un punto de vista "moralista", porque en la mayoría de los casos ninguna ha violado la ley. El profesor añade que, "hoy, en comparación con los últimos treinta años, el liderazgo chino ha demostrado que el país depende menos de la inversión extranjera". Dicho en otras palabras, se le está dando más prioridad a las empresas nacionales.
Pero aún hay más. En septiembre de este año, las naciones del G-20, entre las cuales se encuentra China, pusieron en marcha un plan internacional para combatir la evasión fiscal de las multinacionales. El artículo en cuestión reanudó la polémica. "La evasión de impuestos de las empresas multinacionales es una práctica común que va en contra de la tributación equitativa y amenaza seriamente el orden fiscal internacional. Es necesaria una reforma tributaria que vincule los impuestos con la actividad económica real".
La República Popular China, que gracias al crecimiento de los últimos 30 años está dejando atrás la mano de obra barata puede ahora darse el lujo de rebajar los beneficios y la lucha contra la evasión internacional podría ser un paso en la dirección correcta. Según Josh Colman, experto en impuestos de Ernst & Young, “esto podría ayudarle al gobierno central a promover una reforma fiscal que contribuya a una recolección más eficiente de los impuestos”.
De todos modos, desde 1994 China no ha cambiado su sistema tributario y los cambios económicos han minado al país. Mejorar el sistema fiscal actual es una prioridad para la nación. Las deudas de los gobiernos locales han superado los 2 mil millones de euros y continúan creciendo. La burbuja Inmobiliaria está a punto de explotar y, sin embargo, no existe un sistema que exija que los que tengan más de un bien inmueble paguen mayores impuestos. Según varios analistas, un nuevo impuesto de este tipo tardaría dos o tres años en ser introducido.
La República Popular de China necesitará ingresos, principalmente para suavizar las deudas de los gobiernos locales. Golpear a las multinacionales puede ser una buena forma de hacer dinero y de proteger los negocios locales siempre y cuando se respeten los acuerdos internacionales.
Artículo producido para il Fatto Quotidiano, Italia
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