Ha estallado la guerra mundial por los contenidos: Una batalla que se libra a través de los medios por controlar la información. En los televisores por dominar los formatos audiovisuales de las series y los talks shows; en la cultura, por conquistar nuevos mercados a través del cine, la música y el libro; finalmente, es una batalla internacional por el intercambio de contenidos en Internet.
Esta guerra por el soft power enfrenta fuerzas muy desiguales. En primer lugar es una guerra de posiciones entre países dominantes, poco numerosos y que concentran prácticamente casi todos los intercambios comerciales. En segundo lugar, es una guerra por la conquista entre estos países dominantes y los países emergentes por asegurarse el control de las imágenes y los sueños de los habitantes de muchos países que no producen o producen muy pocos bienes y servicios culturales. Y por último también son batallas regionales para obtener una nueva influencia a través de la cultura y la información. Esto dice Frederic Martel, en su libro Cultura Maitream, una investigación realizada en más de 30 países, en donde se consultó a 1 250 personas. En esta investigación trata de codificar como viaja la cultura de masa y como funciona la industria. La contratapa del libro dice “la nueva guerra mundial por los contenidos ha comenzado”. En esa guerra China es un actor capital, por su enorme y anhelado mercado y por el papel que juega internacionalmente.
La guerra con Hollywood, principal productor de cine del mundo -no en cuanto a cantidad de películas si no en cuanto a representación mundial- es obligada. China frente Hollywood A pesar de la irresistible atracción que los productos de Hollywood producen en el público chino, la relación entre las productoras americanas y el gobierno chino es cada vez más complicada. 5.9 millones de dólares recuadó la película protagonizada por Henry Cavill y producida por Christopher Nolan, Superman, en su día de estreno en China, la semana pasada. La cifra significó el 80 por ciento del total de la taquilla en ese país Iron Man 3, por su parte, ha sido la película más vista en el país desde su lanzamiento y también la más controversial. Para empezar los productores chinos intercalaron cuatro minutos especiales para el público chino sobre el fin de la película, completamente injustificados que despertaron la burla de los espectadores en internet. Pero es la recaudación el verdadero tema de disputa.
A la alta taza que el gobierno chino impone a las productoras extranjeras, intenta sumarsele ahora una adicional que resultaría que del total de la taquilla china Hollywood podría cobrar tan solo el diez por ciento. Ya existe una disputa legal al respecto. Twentieth Century Fox se niega a aceptar cerca de $ 23 millones que se le deben en ingresos de taquilla china por la producción de "Life of Pi", como resultado de un enfrentamiento entre Hollywood y las autoridades chinas. La disputa se centra en un nuevo impuesto sobre el valor añadido que China está en proceso de imponer a una amplia gama de bienes y servicios.
La China Film Group -propiedad del estado- ha tratado recientemente de deducir el costo de la totalidad de la cuota tributaria de la taquilla de los productores extranjeros. El método del impuesto está causando consternación en Hollywood, donde es visto como el más reciente de una serie de esfuerzos para limitar la capacidad de estudios americanos para generar ganancias en China. Los ejecutivos de varios estudios como Fox se oponen al enfoque de Cine de China para hacer frente a este impuesto.
"La vida de Pi", fue una de las películas de más taquilleras del 2012 en China, ha generado un total de 91 millones de dólares en ese país. Anteriormente los productores extranjeros reciben un 25% de las taquillas, la cuota de la taquilla de "Pi" de Fox debería traducirse a casi 23 millones de dólares. Pero con la nueva legislación esta suma se vería reducida a menos de la mitad. Casi todas las películas extranjeras que se pueden ver en China provienen de Hollywood, que tiene una conflictiva relación con las autoridades chinas desde hace más de 20 años.
A las trabas impositivas se le suman las complicaciones el complejo sistema de censura del partido comunista que debe aprobar las películas. Mientras tanto China se prepara para crear una industria cinematográfica que compita contra las grandes productoras: Bollywood, Hollywood.
El cine chino había desarrollado tres vertientes : en el cine de Hong Kong, el cine de China continental, y el cine de Taiwán. Hoy esas vertientes siguen existiendo, pero se expande el cine de China continental que posee el estudio de grabación más grande del mundo, llamado Estudios Mundiales de Hengdian, conocido como “Chinawood”. La construcción de “Chinawood” tuvo un costo de 7 000 millones de dólares y entre sus muchas atracciones incluye una réplica de la Ciudad Prohibida, es allí donde se decidirá el futuro del cine chino.
Esta es apenas una introducción, o primera parte de una introducción sobre un tema complejo y de importancia mundial. Ampliaremos en siguientes notas intentado dar un panorama completo.
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