China, a la caza de talentos extranjeros

In by Andrea Pira

El modelo macroeconómico chino está cambiando y con él, sus políticas de migración. China ya no quiere ser más el lugar de atracción de extranjeros que generen intercambio de conocimiento base, si no, ser un polo de atracción para extranjeros de excelencia. Así lo declara el borrador de una ley que entrará en vigencia el próximo junio de este año y que contempla la implementación de unas visas de duración de hasta cinco años.
Parte fundamental de las reformas económicas en China desde los setenta, fue la apertura a la inversión extranjera. China, a cambio, ofrecía incentivos económicos y el acceso a una mano de obra barata, capaz de sustentar la inversión. China buscaba promover la industria nacional y recibir de las grandes compañías el know-how, que luego se convertiría en una base importante para el desarrollo nacional.

Paralelo a este proceso llegaron occidentales que servirían de catalizadores como profesores de inglés y de otras lenguas, profesionales y ejecutivos que desempeñarían labores para las cuales los chinos aún no estaban preparados. La flexibilización de las visas chinas, y la posibilidad de gestionar las estadías de largo término mediante agencias intermediarias o renovaciones de visa a través del consulado chino en Hong Kong, hicieron el proceso migratorio mucho más fácil que en otros países.

Los inmigrantes en China están conformados en su mayoría por personas de un grado de calificación media y tienen cargos de un relativo grado de responsabilidad. Suelen tener un salario superior a la media y su tiempo promedio de estadía en el país es de tres años. Otra gran parte de ellos son profesores de idiomas, de matemáticas y preparación para acceso a las universidades estadounidenses y europeas.

Sin embargo, después de 2008, con la preparación y llegada de los Juegos Olímpicos, las facilidades de visas y permisos de residencia se han hecho más estrechos y complicados. Ya para 2010 se lanzó por primera vez un censo a los extranjeros, que buscó estudiar y comprender a la comunidad de foráneos en China, y así medir su real impacto social.

La cuestión base es que, con los cambios económicos de China, los extranjeros ya no son tan necesitados como lo eran antes. Hoy, son cada vez más los chinos que se encuentran igual o más preparados que el común de extranjeros que viajaban a China, y por lo tanto contratar ejecutivos chinos resulta más eficiente y económicamente rentable para las empresas que pagar a un extranjero que no habla mandarín a la perfección y que traen consigo mayores dificultades para recibir visados y permisos de residencia.

Sin embargo, China aún no ha alcanzado el punto de desarrollo de clase media como otras potencias mundiales y reconoce que todavía puede aprovechar el intercambio internacional. Especialmente ahora que está buscando cambiar su modelo de producción económica de producir a escala, bajo precio y sin mucho valor agregado, y pasar a uno de innovación, creación y alta tecnología. El proyecto, parte del doceavo plan quinquenal, se incluye también dentro del concepto del “sueño chino” implantado por el nuevo presidente de China, Xi Jinping, que busca llevar al país a la excelencia.

Y para poder pasar del Made in China al Designed in China, aún se requieren de extranjeros. Sólo que esta vez son importantes aquellos que son, precisamente, “excelentes”.

El proceso ya ha rendido frutos en diferentes sectores. En la industria automovilística, por ejemplo, la marca Chery recibió este año el premio al “Mejor Auto Concepto del Año”, con su modelo Chery TX, en la feria de Ginebra 2013. Alibaba se ha convertido en una de las empresas de comercio electrónico más rentable del mundo, y en desarrollo tecnológico y de telecomunicaciones están poniendo pauta mundial empresas como Tencent o Huawei. Esto sin contar las empresas estatales chinas, que desde mediados de la década del 2000, tienen como objetivo invertir en el extranjero y apropiarse de proyectos de infraestructura y desarrollo a nivel mundial.

China no quiere quedarse en pocos ejemplos, y para potenciar la globalización de sus compañías continúa requiriendo cerebros destacados. Y así como ha lanzado campañas masivas para atraer a sus cerebros fugados -o tortugas marinas, como son llamados los chinos que van a estudiar al extranjero y no regresan-, también busca seducir a extranjeros de calidad.

El país quiere tener en su tierra a otros chinos que alcancen la talla de los gigantes de Internet actuales de China, como serían los fundadores de Baidu -el motor de búsqueda líder en China-: Robin Li, quien realizó un posgrado en la universidad de Buffalo de Nueva York y Eric Xu, quién pasó diez años en Berkeley; o como Charles Zhang, fundador de Sohu, formado en la universidad Massachusetts o Wang Zhidong, fundador de Sina. Y la ambición no sólo se queda en tecnología, si no que se extiende a todas las áreas donde es fundamental los centros de investigación y desarrollo.

Para esto, incentivará la inmigración calificada con visas especiales para "expertos reconocidos por sus gobiernos provinciales o nacionales, o profesionales que China necesita urgentemente", según explica un borrador de la ley, redactada por el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Pública. Esta ley se enmarca en un proyecto que busca atraer a 2.000 profesionales de ultramar, llamados “expertos globales” para proyectos específicos en el sector estatal y privado.

A partir de junio de este año entrarán en vigencia dos nuevos tipos de permisos de estancia en el país. Se trata de los visados R1 y R2, para profesionales extranjeros sénior o de reconocida experiencia. La visa R1 permitirá a acceder a un permiso de residencia hasta de cinco años, mientras que el visado R2 será de múltiples entradas con una duración máxima de 180 días y podrá ser renovado.

“Se buscan candidatos con experiencia en liderar multinacionales, expertos en las áreas de ciencia y educación, y personalidades de renombre en el mundo de la cultura y el deporte", declaró Liu Guofu, especialista en inmigración del Instituto de Tecnología de Pekín y quien participó a la redacción de la normativa, a la agencia oficial Xinhua.

El Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Pública se encuentra además trabajando en un proyecto que otorgue una residencia de mayor duración a extranjeros que lleven más de diez años trabajando China.

“La inmigración ha crecido mucho estos años. Nuestro desafío no es solamente atraer a talentos extranjeros sino también darles un marco para que se sientan cómodos y puedan brindar lo mejor de sí”, dice Nanxing Liu, profesora de sociología en la Universidad Normal de Pekín a LA NACIÓN. Sin embargo, aclara que se deben reforzar controles para extender la inmigración al resto del país, pues “se concentra en los grandes polos como Beijing, Shanghai y Hong Kong”.

La circulación de cerebros

La sociología moderna busca remplazar el concepto “fuga de cerebros” por “circulación de cerebros”, y China tiene claro que necesita tanto de mentes chinas como extranjeras. Y en este campo la competencia para convertir el país en receptores de talentos es feroz.

El presidente Barack Obama presentó un plan de reforma migratoria que incluye un aumento de visas para estudiantes en ciencias y tecnologías este año, el pasado 17 de enero. Según este proyecto, conocido como el Acta de Inmigración-Innovación, Estados Unidos eliminaría las restricciones a las visas de trabajadores graduados en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemática en universidades estadounidenses y duplicaría el cupo de visas para inmigrantes calificados.

Otros países como Brasil, Chile, India, Canadá, Singapur y Australia se han lanzado igualmente a la busca de cerebros, aprobando medidas para seducir a los mejores expertos en ciencias y emprendedores innovadores.

“La oferta de profesionales extranjeros ha aumentado. Pero hay que aclarar que en su mayoría se trata de extranjeros con un nivel medio de preparación. Aquellos que tienen doctorados de las mejores universidades siguen prefiriendo Estados Unidos o Europa”, declara a LA NACIÓN, Harry Damonte, director de Damonte-Lach, consultora en recursos humanos en China. “Este país no logrará cambiar esta tendencia solamente con visados generosos. Las personas más calificadas dicen que no irían a China por la polución y la falta de libertad y para esto, se necesitan cambios más profundos”, afirma.

China todavía continua siendo un destino exótico a nivel internacional, y sumado a los problemas ambientales, el control político y la dificultad del idioma, no logra colmar las expectativas de los cerebros brillantes, que buscan precisamente, seguir evolucionando en la escala académica y laboral.

Artículo publicado en La Nación de Argentina.