China: ¿Economía de mercado?

In by Andrea Pira

En cuestión de ocho meses, la OMC deberá tomar una decisión crucial para el futuro de China: decidir si es o no es una economía que compite bajo las reglas del comercio justo. Mientras tanto, el mundo tiene posturas divergentes. 
A mediados de febrero, 17 países europeos lograron unir las voces de más de 5.200 representantes de la industria acerera alrededor del edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea, para manifestar el descontento y la preocupación ante una decisión que podría tener consecuencias devastadoras para la región: otorgarle a China el “estatus de economía de mercado (EEM)”.

“Miles estamos marchando hoy en Bruselas para enviar un mensaje claro a los legisladores de la UE: ‘Sí a los trabajos y al comercio justo y no al estatus de economía de mercado para China”, manifestó Milan Nitzschke, vocero de AEGIS Europe, una alianza que representa los intereses de 30 industrias clave en Europa.

Las protestas en la capital belga coincidieron con una reunión de alto nivel sobre los problemas dentro de las industrias del acero, cemento y productos químicos, en la que el estatus de China como economía de mercado fue uno de los temas más importantes.

Sin embargo, la decisión que realmente afectará a Pekín ocurrirá en diciembre de este año, cuando la OMC deba dar la última palabra en cuanto al EEM de China.

En 2001, bajo el Protocolo de Adhesión a la OMC, China tuvo que someterse a un periodo de prueba de 15 años como economía de transición, antes de que se debatiera su EEM. Durante este lapso, el resto de los países miembro tendrían la posibilidad de aplicarle acusaciones de dumping o salvaguardias de manera discrecional y sin acudir a la OMC.

“Bajo las actuales investigaciones antidumping contra China, la evaluación se basa en una comparación del precio de exportación con el de un ‘país sustitutivo’ con el estatus de economía de mercado, en vez de compararlo con el precio doméstico del producto en cuestión”, publicó el Diario del Pueblo, una de las voces oficiales del Partido Comunista de China.

Ahora, a menos de un año de la decisión final de la OMC, Pekín está atacando con todo su arsenal para convencer al mundo de que sí sigue las reglas del comercio justo. “Como miembro de la OMC, China ha honrado cada una de sus obligaciones legales desde su adhesión, y deberá gozar de todos los derechos dentro de la organización”, manifestó Lu Kang, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, en rueda de prensa.

Scott Kennedy, profesor de la Universidad de Indiana que ha investigado ampliamente el tema, tiene una posición a favor del Partido Comunista: “Fue lo que Estados Unidos y otros países le prometieron a China en el Protocolo de Adhesión a la OMC en 2001”, sostuvo. “Además, el uso extensivo de recursos comerciales, principalmente metodologías aplicadas a las economías de no-mercado, no ha logrado proteger adecuadamente a las industrias [amenazadas]”.

A pesar de que 88 de las 162 naciones de la OMC apoyan a China, incluidas Australia, Rusia, Suiza, Brasil, Argentina, Chile y Colombia, países como Estados Unidos, Japón, Canadá y México no consideran que el dragón asiático juegue limpio.

“Los países que le han concedido a China el EEM son pequeños o aliados de China”, dijo Christopher Balding, experto en economía política de la Universidad de Pekín, y autor de Adhesión a la OMC: ¿Cuál es el impacto?. “Los que no, son países que ni son pequeños ni son aliados de China”.

Pero el verdadero pánico se encuentra entre los sectores de la siderurgia mundial, que no pueden competir con las cerca de 400 millones de toneladas de sobrecapacidad de acero subsidiado de China. El descontento se hizo evidente el año pasado en un comunicado conjunto emitido por nueve asociaciones entre las que se destacan Alacero, Canacero y Eurofer.

“Dado el papel significativo que continúa desempeñando el gobierno de China en muchos aspectos clave de su economía, y especialmente en su industria siderúrgica estatal y controlada, no cabe ninguna duda de que China sigue siendo en gran medida una economía de no-mercado en la actualidad”.

“Parece haber poca evidencia de que China sea una economía de mercado”, agregó Balding. “Declarar a China una economía de mercado puede ser una decisión política, pero eso es muy diferente a otorgarle el estatus con base en los hechos reales”.

China espera obtener el EEM automáticamente cumplidos los 15 años como miembro de la OMC. Mientras tanto, los otros países deben buscar soluciones eficientes para proteger y apoyar las industrias locales.

“Estados Unidos y otros gobiernos deben invertir más en infraestructura básica, educación (especialmente en programas técnicos), y capacitación profesional”, concluyó Kennedy, “y presionar a China para que continúe reformando sus políticas económicas y abra más sus mercados”.

Artículo producido para revista Infoacero, Colombia.

[Crédito foto: globaltrademag.com]
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