Breve recuento de la trayectoria en el diseño de la teoría del estado chino

In by Simone

Para aplicar de forma efectiva la reforma económica de Deng Xiaoping, el Estado Chino tuvo que atravesar una serie de transformaciones en su funcionamiento y estructuras considerables. En este ensayo, Miguel Ángel Hidalgo Martínez intenta esbozar algunas de las propuestas teóricas hechas, enfocándose especialmente en el “neo autoritarismo”, un concepto que ha sido ampliamente usado para definir esta etapa. Definir una teoría del estado para la China de la post-reforma es un acto urgente en los estudios chinos para conocer los indicadores de éxito y fracaso, y poder aplicarlos en un marco político y económico comparativo.

El estado chino en el umbral de la reforma económica: legados y retos 
(Primera parte de "Breve recuento de la trayectoria en el diseño de la teoría del estado chino")

 
Los últimos años de la época maoísta en China terminaron con una ferviente y excesiva politización de la sociedad. El estado chino en sí no tenía mucha importancia, la mayoría de las decisiones se concentraban en los altamente centralizados procesos del Partido Comunista. La Revolución Cultual, el último gran acontecimiento de los años maoístas, constituyó una confrontación dentro de las filas del Partido Comunista entre los nacidos rojos, por haber tenido antepasados de extractos rurales que pelearon por el triunfo de la revolución comunista, y los expertos, técnicos o administradores que venían ganando territorio durante los últimos años y que constituían un potencial grupo de poder al interior del Partido.

Durante los accidentados años de la Revolución Cultural ambos grupos se confrontaron poniendo en juego dos tipos de “capital” para hacer valer su condición hegemónica frente a la sociedad: capital político, que los nacidos rojos argumentaban con sus antecedentes familiares y el capital cultural, que los expertos defendían con su trabajo burocrático.

La sociedad alcanzó niveles extremos de polarización y caótica violencia, ante todo esto el estado quedó en segundo plano, ya que todas las disputas se hacían en términos discursivos y reales en las filas del Partido Comunista. El poder y la toma de decisiones se centraron aún más en la figura de Mao Zedong, siendo escoltado por el “Grupo de los Cuatro”. La burocracia fue fuertemente atacada por grupos de estudiantes políticamente enardecidos. Mao Zedong había originalmente establecido algunos mecanismos de control político para contener a ciertos grupos al interior del Partido que podrían representarle algún peligro en términos de liderazgo, sin embargo fácilmente se cayó en un destructivo caos.

Fue hasta el término de la Revolución Cultural cuando hubo arreglos trascendentes sobre los lineamientos al interior del Partido. El liderazgo de Deng Xiaoping consolidó una incuestionable amalgama de ambos grupos a los que llamó los expertos rojos. El pragmatismo se abrió paso entre la exacerbación ideológica para consolidar un nuevo proyecto de país en el cuál habría una apertura no solamente desde el punto de vista económico, sino también político-social.

La urgencia de modificar el rumbo era impostergable. Los años maoístas representaron una difícil etapa para el pueblo chino, sin embargo la autoridad del Partido Comunista permanecía incuestionable como producto del triunfo que se consiguió en la guerra civil contra los nacionalistas. Deng Xiaoping encaró el déficit de legitimidad que heredó su mandato tras los catastróficos accidentes de los años anteriores, ante esto la única alternativa viable era la transformación de la economía a través de un manejo prudente y moderado en terreno político.

Las provincias costeras paulatinamente fueron creando espacios para la creación y acumulación de capital, mientras el interior permanecía segregado de esta creciente dinámica. Al mismo tiempo se estaba presentando una descentralización de la administración pública. Las élites locales concentraban muchas de las decisiones para negociar con el capital foráneo las condiciones de producción. De esta manera, comenzaron a gestarse divergencias entre provincias, al interior de las mismas, así como considerables diferencias entre el gobierno central y los gobiernos locales.

Estas coyunturas y consecuencias de la reforma económica abrieron una interesante brecha en el campo de los estudios chinos para proponer algunas nociones teóricas sobre el funcionamiento del estado, ya alejado de la sobre-politización y la exagerada centralización de los años maoístas. A continuación se presentan algunas de las propuestas formuladas en base a los fenómenos de la post-reforma económica anteriormente mencionados.

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Este ensayo fue publicado en el Observatorio de la política china 

[Foto cortesía de sstmmd99] 

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