China ha producido casi al mismo tiempo que Alemania un avance significativo en el desarrollo de una posible nueva fuente de energía. Se está creando un mini-sol. Es una de las más importantes carreras científicas, y dos de sus vanguardias se hallan en China y en Alemania. Al menos a juzgar por los anuncios que se hicieron esta semana desde Hefei y Greifswald. El uso de energía de fusión nuclear, es decir fundir átomos en lugar de dividirlos, como hacen las bombas atómicas y los reactores de las plantas nucleares actuales, podría ser la mejor respuesta a la búsqueda de una fuente alternativa de energía, que no genere los problemas sociales y ambientales de la energía basada en combustible fósil, centrales nucleares e hidroeléctricas.
La fusión no produce deshechos radioactivos y no requiere de un combustible como el uranio, pero es mucho más difícil de lograr.
Durante 102 segundos, en Hefei hubo plasma de hidrógeno tres veces más caliente que el núcleo del sol. El miércoles, el Instituto de Física de Plasma Chino de la Academia de Ciencias publicó en su página que se habían realizado pruebas en su reactor de fusión magnética EAST por sus siglas en inglés (Experimental Advanced Superconducting Tokamak), que habían llevado a calentar gas de hidrógeno en plasma a una temperatura de 50 millones de grados centígrados.
Ese mismo día, el plasma de hidrógeno generado en Greifswald duró un cuarto de segundo a una temperatura de 80 millones de grados centígrados. Esta fue la prueba que se llevó a cabo con hidrógeno, pues en diciembre se iniciaron pruebas con helio. El botón de inicio lo oprimió Angela Merkel, la canciller de Alemania, que estudió física en la universidad. El Wandelstein 7-X, el estellarator más grande del mundo y se halla en el Instituto Max Plank. El estellarator es un reactor en forma de rosquilla, cuyo interior tiene un diseño con curvaturas para lograr atrapar el plasma en campos magnéticos a muy alta presión.
Si bien el reactor chino produjo plasma durante más tiempo, la carrera entre reactores apenas comienza. El estellarator, o sea el Wandelstein 7-X, y el tomakak, que es el reactor de Hefei, son dos tecnologías que compiten en el mundo de los reactores de fisión.
El tomakak es un adelanto ruso cuyos primeros diseños se realizaron en 1956, y es el reactor empleado en el programa ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), uno de los experimentos más grandes del mundo, en el que participan China, Estados Unidos, Francia, Japón, Corea del Sur, India, Rusia y la Unión Europea. El reactor EAST de Hefei es miembro de ITER, y el programa internacional construirá otro reactor tomakak en Francia, que será el quinto proyecto científico más costoso de la historia.
La diferencia fundamental entre los dos reactores, que tienen la misma forma y funcionan mediante campos magnéticos, pues ningún material podría soportar las temperaturas del plasma, es que el tomakak lanza una descarga eléctrica para impedir que se disipe el plasma, mientras el estelallarator pretende utilizar magnetismo en forma de resorte para mantener plasma durante más tiempo. Si bien el reactor de Hefei logró 102 segundos, se espera que el de Greifswald llegue a los 1.800 segundos.
Por lo pronto, los avances son eso, pequeños pasos. Quizás la energía del plasma nunca supere la que se utiliza para iniciar la fusión, en cuyo caso la fuente de energía sería ineficiente. Los experimentos de esta semana son, sin embargo, noticias alentadoras en el camino a una revolución energética.
[Crédito foto: Institute of Plasma Physics Chinese Academy of Sciences]
También puedes leer:
–Sinología: Desarrollo del Armamento Nuclear de Corea del Norte
–Diplomacia nuclear: la expansión sin freno de China enciende alarma
–Bill Gates quiere probar su reactor nuclear en China