Uno de los libreros de Hong Kong que había desaparecido hace tres meses apareció en CCTV diciendo que se había entregado voluntariamente a las autoridades chinas, y confesando un supuesto crimen que había cometido hace diez años.
“Regresar a mi país y entregarme fue algo voluntario, no tiene relación con ninguna otra persona", dijo Gui Minhai, cubierto de lágrimas, el pasado domingo en CCTV. “Debo tomar responsabilidad por mis acciones, y estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo”.
Supuestamente, Gui había sido partícipe de un accidente automovilístico que ocurrió en 2003 en la ciudad de Ningbo, en el cual murió una estudiante universitaria. Según una publicación de la agencia estatal Xinhua, Gui decidió fugarse después de ser sentenciado a dos años de prisión en 2004.
El librero, quien también es portador de pasaporte suizo, había sido visto por ultima vez en octubre en un apartamento que tiene en la ciudad de Pattaya, Tailandia. En su confesión asegura que había viajado a China para acompañar a su madre, porque su padre había fallecido, y para entregarse a las autoridades.
El administrador del edificio en Pattaya, sin embargo, le aseguró a The Guardian que había visto a un hombre chino merodeando por el edificio. En un video grabado por una cámara de circuito cerrado, se ve a Gui partiendo de su residencia acompañado del hombre misterioso.
Mighty Current Media, la casa editorial en donde trabajaba Gui, estaba a punto de publicar un libro titulado Xi y sus seis mujeres, sobre las infidelidades del presidente chino antes de tomar el poder en noviembre de 2012. Esto generó serias dudas en torno a la veracidad de la confesión del domingo, e incluso levantó sospechas de que había sido raptado por las autoridades comunistas.
“Yo aún creo que fue secuestrado”, dijo Angela Gui, la hija del socio de Mighty Current, en una entrevista telefónica con The Guardian. “Todavía siento que la desaparición de él y de sus socios es muy sospechosa. Sea o no verdadera la confesión, no creo que ese sea el motivo por el cual se encuentra allá”.
William Nee, investigador de la oficina de Amnistía Internacional en Hong Kong, y analista experimentado en política china, dijo que las palabras utilizadas por Gui en la supuesta confesión reflejan el lenguaje de los medios oficiales como Xinhua y Global Times.
“Hay indicios de que partes de la confesión fueron forzadas”, le dijo Nee al South China Morning Post. “Las confesiones políticas, que también se han visto en casos de abogados y periodistas, al tiempo que sirven para evitar preguntas, demuestran que China tiene el poder de controlar e influenciar las palabras”.
Lui Bo, Zhang Zhiping, Ling Rongji y Lee Bo, cuatro colegas de Gui en Mighty Current Media, también desaparecieron bajo circunstancias extrañas en los últimos meses. El último caso fue el de Lee, accionista de Causeway Bay Bookshop, quien parece haber sido secuestrado por las autoridades chinas en Hong Kong.
A pesar de que después de su desaparición Lee le envió una carta a su esposa diciéndole que estaba en China Continental “asistiendo” con una investigación, y de que la policía china confirmó ayer que lo tenía en custodia, el gobierno de Xi aún no ha hecho pronunciamiento alguno sobre los otros tres libreros desaparecidos.
[Crédito foto: CCTV] También puedes leer:
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