En busca de mayores y mejores oportunidades laborales, Marisol Vidales se mudó a China. Después de casi 5 años de vivir en Beijing, esta mexicana inaguró su primera exposición fotográfica en solitario. En entrevista exclusiva con China Files, habla sobre su experiencia en el gigante asiático.
Al llegar a China, en septiembre del 2011, Marisol tuvo que superar un difícil periodo de shock cultural. Su experiencia no fue para nada fácil, pues su discapacidad auditiva hizo que aprender el idioma se convirtiera en una barrera, sin embargo, con tiempo y paciencia la logró sobrepasar. En el camino fue aprendiendo pequeños detalles sobre la cultura china, que hoy en día la han hecho comprender más a fondo las especificidades de este país.
Esta es su primera exposición fotográfica individual en China, y gracias a las buenas reseñas que ha recibido por parte del público, el próximo año expondrá en Japón. Este es apenas el inicio de un largo camino para mostrar a México en Asia, pero con paciencia, tiempo y firmeza esta tapatía pretende convertirse en una importante embajadora cultural de su país.
¿Cómo y por qué llegaste a China?
Viviendo en España con mi esposo español, la situación laboral allá era muy precaria. Decidimos venir a China porque se nos presentó un proyecto de trabajo excelente en la Universidad de Tsinghua. El sacrificio era grande porque teniamos que estar lejos de nuestras familias, pero desde el lado laboral, era una grandísima oportunidad. Nuestra filosofía consiste en ser siempre los mejores en nuestra área de trabajo y hacer cosas innovadoras. Por eso, yo anime a mi esposo a que no solo en América y en Europa teníamos que centrarnos sino que también en Asia, exceptuando países en conflicto y lugares que discriminen a las mujeres. Por eso dimos con China.
¿Era la primera vez que venías? ¿Tenías alguna imagen o expectativa sobre lo que ibas a encontrar?
Sí esta era la primera vez que venía, no tenía ninguna referencia previa. El choque cultural fue muy fuerte, no sabía por dónde empezar, ni cómo entender ni interpretar lo que veía. Pensaba en la China antigua y no es así, es todo lo contrario. En lo personal, conocía gente que había visitado en China, pero como consejo: no creas lo que diga la gente que ha turisteado, es muy diferente visitar que vivir. Resulta mejor creer en las personas que viven en China, es por eso que no tenía muchos referentes.
¿Cómo empezó la idea de la exposición?
Siempre me ha gustado el arte. El proyecto empezó hace 3 años, pero esta es una idea que viene desde que yo era pequeña, pues siempre me ha gustado el Día de Muertos. Este día representa el sincretismo entre una cultura prehispánica y una europea. La idea está muy permeada por la necesidad de transmitir nuestra cultura mexicana al público extranjero y chino. Conocer un poco de que el Día de Muertos no es algo malo, al contrario. Además, tenemos similitudes culturales interesantes entre México y China, como por ejemplo el Día de los Muertos.
¿Qué similitudes encuentras?
Sin duda alguna el Día de Barrer las Tumbas, aquel día en China en el que se honra a los muertos. Lo mismo pasa con México, solo que nosotros celebramos con fiesta y comida, como si fuera un cumpleaños con ofrendas, música favorita del difunto, dulces, juguetes y cosas así. Me ha tocado ver que acá en China barren para ahuyentar a los malos espíritus, también queman dinero falso -no sé si quemaran dinero real- y hacen ofrendas dando platos de comida en las lápidas.
¿En qué consiste tu proyecto?
Mi proyecto consiste en enseñar al público la cultura mexicana a través del maquillaje de Catrinas, que sea percibido como algo positivo, un reflejo cultural y algo constitutivo de México. También quiero que sea un espacio en el cual las personas aprendan cosas nuevas que no conocían, algo así como derrumbar estereotipos que se tienen sobre los distintos países y nacionalidades. Por cierto, quiero agradecer enormemente al Sr. Antonio Riva Palacio, director ejecutivo de la firma de abogados Curtis en Beijing, como principal patrocinador. Igualmente, al segundo patrocinador, Esteban Zottele.
La Revolucionaria
¿Cómo ha sido recibida por los chinos?
Muy bien recibida. Al principio, fue un poco confuso hasta que comenzamos explicando sobre el tema de la muerte y nuestra relación con ella. Quedaron encantados. Por lo que veo, aún falta mucho por conocer sobre México, debido a que aún se conoce poco la cultura mexicana ya que está basada en los estereotipos e imaginarios proyectados desde Estados Unidos.
¿Qué te ha aportado China personal y profesionalmente?
China ha sido un país fuerte y diferente. En primer lugar, me ha dado la oportunidad de desarrollarme más, de poder conocer la verdadera China, la oportunidad en hacer mi primera exposición sola (ya había hecho una exposición compartiendo con otros fotógrafos). Me ha dado una oportunidad que ningún otro país me ha dado de obtener una beca china (Chinese Scholarship Council) para estudiar el Mandarín en la Beijing Foreign Studies University, siendo yo una persona discapacitada auditiva -que es la sordera-. Profesionalmente he aprendido mucho como se manejan las cosas en China, una cosa que seguramente me servirá de experiencia a futuro.
¿Cuáles ha sido los obstáculos más difíciles de sobrellevar estando acá?
El idioma. Como no escucho nada, me cuesta trabajo comunicarme por los tonos y las pronunciaciones. Como siempre, con tiempo y paciencia me voy adaptando poco a poco, pues lo mismo me pasa en los otros países. Lamentablemente, en todos lados del mundo donde he vivido: México, Estados Unidos, Italia, China, no hay mucha paciencia hacia los discapacitados. Además, es difícil hacer amistades con los chinos, supongo que somos muy diferentes, pero trato de adaptarme y poder socializar, construir amistades desde la diversidad, ya que es precisamente eso lo que nos une y separa. Ha resultado difícil pues simplemente no están acostumbrados a juntarse con una persona sorda.
¿Tienes alguna anécdota curiosa sobre la cultura china?
Antes de llegar a China, tenía la imagen de la China vieja, de los años 70 u 80’s, al llegar sentí como si me secuestraran los marcianos. Todo estaba nublado (polución) y el ver a los chinos con su estilo de vida me marcó muchísimo. El baño fue lo que más sorprendió, no esperaba verlo con sus características tan peculiares. Con el tiempo, aprendí de la gente china y de los expatriados. En especial gracias a un primo (aquella época llevaba viviendo en China 3 o 4 años) quien nos dio un consejo muy valioso para todos los expatriados que vengan a trabajar y a vivir: "te adaptas y vives como los chinos o regresas a tu país". Nosotros somos los visitantes y tenemos que adaptarnos a su cultura porque estamos en su país. No solo en China, sino también a los otros países en donde los expatriados van a vivir, estudiar y trabajar.
¿Cómo te ves en 10 años?
Aún es pronto visualizar el futuro, lo que quiero es disfrutar de lo que pueda y de las oportunidades que se presenten. Espero haber realizado mis metas y hacer las cosas que siempre he querido hacer, haber superado varios obstáculos y ser una embajadora cultural de mi país. También quiero conformar una familia.
¿Tienes algún deseo por cumplir?
Muchos, pero uno en especial: ojala que México pueda apoyar a los discapacitados en el extranjero para que ellos luchen por realizar sus sueños y no dejen que algunos comentarios negativos les afecten. Me gustaría mostrar y enseñar a la sociedad que los discapacitados podemos aportar desde múltiples ángulos y que somos un grupo humano muy trabajador, lleno de ideas y que nos emprendemos metas altas: ‘si tu limite es el techo no llegaras muy lejos, pero si tu limite es el cielo podras cumplir todos tus sueños y objetivos’.
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[Crédito fotos: Marisol Vidales]
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