Después de vivir un mes negro en su Uruguay natal, Daniel Castiglioni decide cambiar su vida por completo. Motivado por el rápido desarrollo económico de China, se muda a Beijing para comenzar su negocio de carne. Hoy en día se encuentra expandiendo sus líneas de negocio. En entrevista exclusiva con China Files, habla sobre su experiencia en el gigante asiático
¿Cómo y por qué llegaste a China?
Mi llegada a China fue un tanto accidentada. Después de trabajar en una empresa en Uruguay por un periodo de 8 años, un viernes 13 de noviembre del 2012 a las 17:00 me informan que estaba despedido de la empresa, que juntara mis cosas, que era mi último día de trabajo. Unas semanas después se da la ruptura de la relación con mi pareja de entonces y me toca abandonar el lugar donde vivía. En resumen, en un periodo de 3 semanas me encontré sin trabajo, pareja, ni casa.
Esto me llevó a tomar decisiones y determinaciones extremas. Siempre me había interesado ingresar el negocio de la carne vacuna (un negocio muy interesante en mi país) por lo que luego de un análisis todo indicaba que China era un mercado en surgimiento y con potencial a futuro. Por lo anterior, decidí entonces embarcarme hacia Beijing para comenzar a desarrollar el negocio, y al mismo tiempo entender el funcionamiento del mercado y sus participantes. También debo admitir que me vi seducido por conocer e intentar comprender la milenaria cultura china.
¿Qué te ofrecía este país que se volvió tu destino y lugar de residencia?
China me ofreció una economía en desarrollo continuo, nuevos mercados de consumo y otros en constante crecimiento y movimiento. Al mismo tiempo, la apertura a productos de occidente y la posibilidad de sentarse a escuchar a cualquier persona occidental que viniera a ofrecerlos.
¿Cuánto tiempo llevas en China ya?
Llevo 2 años y medio.
¿Qué te has dedicado a hacer?
Me he dedicado a la venta de carne vacuna y ovina desde Uruguay. Este año me encuentro desarrollando otras líneas de negocios de productos alimenticios de Latinoamérica como lácteos, mariscos y pescados.
¿Cómo fueron esos primeros días?
Recuerdo los primeros días, muy difíciles. Al haber llegado solo, no sabía dónde estaba, cómo moverme o hacia dónde ir, ni mucho menos comunicarme. Con el tiempo uno se va adaptando y aprendiendo cómo moverse en la ciudad.
¿Qué extrañas de Uruguay?
Lo primero que se extraña son la familia y los amigos y algunas actividades que acostumbraba hacer en mi país como, por ejemplo, ir a ver a mi equipo de fútbol al estadio. También aprendí a extrañar la naturaleza, el cielo azul y el aire limpio de mi país.
¿A qué tipo de retos te has enfrentado acá?
Con respecto a la vida, primero y principal: el idioma. A manejarte sin poder comunicarte con nadie. Luego, el adaptarse a una cultura totalmente opuesta a la nuestra, la cual si no aprendes a aceptar, no durarás mucho tiempo aquí, pues corres el riesgo de volverte loco.
Con respecto a lo laboral, el reto de llegar a un país ubicado al otro lado del mundo y comenzar a montar y establecer una compañía desde cero.
¿Qué has encontrado en China que te haga quedarte acá?
Me he encontrado con un país que vive a una velocidad y un vértigo impresionante. Eso me ha seducido de China. Sinceramente, cada vez que vuelvo a mi país miro alrededor y digo: “Aquí no pasa nada”.
Además, me ha gustado entender y aprender toda la parte cultural, suma mucho conocimiento para la vida.
También los negocios funcionan muy bien, eso es un gran incentivo.
¿Tienes alguna anécdota ilustrativa sobre la cultura china?
Una anécdota particular fue cuando buscaba ganarme mi primer cliente. Me hizo viajar con él a su pueblo natal en el interior de China. Un pueblo muy precario y poco desarrollado, de estilo rural. Imagino que así era la China de antes. Me llevó a conocer a su familia y sus raíces.
Yo pensaba que íbamos solo un par de días, ¡pero el hombre me tuvo una semana allí!
Debo reconocer que las primeras 12 horas fueron muy interesantes. Pero luego se volvió complejo. Me encontraba en un lugar donde no había extranjeros, nadie hablaba inglés, comiendo comida tradicional del pueblo y bebiendo licor chino todo el día.
Por momentos en lugares sin luz eléctrica y, lo peor de todo, sin encontrar un baño en condiciones occidentales. Cuando salía a la calle, la gente se paraba a mirarme y tomarme fotos. Llamaban a sus hijos pequeños para que salieran de las casas a ver al extranjero. Pero, a pesar de todo, es necesario reconocer que la hospitalidad de la gente allí fue increíble. A su manera, hacían todo lo posible para hacerme sentir como en mi casa.
En su momento fue duro, pero hoy en día tengo el mejor de los recuerdos de ese lugar y su gente. De hecho ahora intento ir una vez por año a visitar el pueblo.
Luego de eso, se creó una fuerte amistad y vinculo comercial con mi cliente.
Esta es una de las tantas anécdotas que quedaran grabadas en mi mente de mi vida en china.
¿Cómo ha sido la experiencia de emprendimiento en este país?
Fue difícil, aquí se trabaja muy intensamente y mucho. Al no conocer el idioma ni la cultura, el esfuerzo debe ser doble.
¿Cómo se mueve la industria de la carne en China?
La industria de la carne en China es relativamente nueva por lo que hay muchos participantes y muchas veces reglas no muy claras, algo típico de una industria que está en desarrollo, por lo que se requiere mucho trabajo y cuidado a la hora de realizar negocios.
¿Cómo se regula la industria y cuáles son los índices de calidad?
La industria la regulan principalmente un par de grandes empresas estatales que son los que marcan el ritmo de volúmenes y precios. Respecto a la calidad, al comienzo no se exigía demasiado. Pero con el tiempo el consumidor ha ido aprendiendo sobre el producto y a exigir mayor calidad.
¿Qué ha sido lo más complicado de importar carne a China?
Yo diría que encontrar clientes fieles y que estén dispuestos a tener una relación a largo plazo. Eso es muy difícil, pero los hay. Afortunadamente muchas empresas chinas han comenzado a entender esto.
¿Qué te motiva de estar acá?
Digamos que en la historia de la humanidad ha habido momentos de distintos países o continentes: Grecia, Roma, EE.UU, Europa. Yo creo que ahora es el momento de China, y el hecho de estar acá viviéndolo desde adentro con todo lo que esto implica me resulta apasionante.
¿Qué te desmotiva de estar acá?
El clima y la contaminación que hay en varias ciudades. Es algo que a los que venimos de ciudades con buen clima y aire limpio nos cuesta acostumbrarnos.
¿Has tenido algún momento de crisis estando acá? ¿Cómo fue?
Sinceramente no he vivido ningún tipo de crisis por aquí. Quizás lo único, por momentos, demasiadas horas de trabajo y presiones laborales,. Pero luego uno aprende a manejarlas.
¿Cómo te ves en 10 años?
Difícil decir cómo me veo en 10 años, ya que ese tiempo aquí es una eternidad. Pueden pasar muchas cosas debido a la velocidad con que se mueve todo por esta parte del mundo.
Me imagino con la empresa establecida como referente en materia de alimentos desde Latinoamérica aquí en China. No sé si seguiré viviendo fijo aquí en China, ya que es un país que no elegiría para establecerme de por vida.
Tampoco me veo con una esposa china, la diferencia cultural es grande, y en algún momento siempre aparece una gran brecha y choque cultural.
[Crédito foto: Daniel Castiglioni]
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