El presidente chino llegará a Gran Bretaña el lunes para llevar a cabo su primera visita estatal. El gobierno inglés tratará de dejar de lado los asuntos sensibles de China, y se enfocará en temas económicos y de inversión.
Xi Jinping arribará a Gran Bretaña el lunes en la tarde junto a su esposa, Peng Liyuan, para iniciar su primera visita estatal a la nación europea, y la primera de dicho tipo desde que el ex presidente Hu Jintao visitó el país en 2005.
“Será el comienzo de una época dorada para las relaciones bilaterales entre China y el Reino Unido”, dijo Liu Xiaoming, embajador chino en Londres, durante una rueda de prensa el pasado miércoles, “una fuente de cooperación positiva entre ambos países”.
En Londres, el mandatario se reunirá con la reina Isabel y otros miembros de la realeza como el príncipe Carlos y el príncipe William. También tendrá encuentros con el primer ministro, David Cameron, y el líder sindical, Jeremy Corbyn. El viernes, antes de su regreso a China, visitará la Universidad de Manchester en compañía del canciller, George Osborne.
Se espera que China y Gran Bretaña firmen 150 acuerdos multimillonarios en las áreas de salud, construcción de aviones y energía, y la Tesorería está trabajando para que dentro de diez años China se convierta en el segundo socio comercial del país europeo.
“Los ingleses no solo tienen cabeza para los negocios, sino que también tienen la sabiduría estratégica”, le dijo Song Xinning, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, al New York Times. “Gran Bretaña es ahora el segundo socio comercial de China en la Unión Europea, y antes era el cuarto”.
Sin embargo, políticos y activistas han criticado a China por la forma en que aborda asuntos como los derechos humanos, el ciberespionaje y Hong Kong, una región de administración especial que hasta 1997 fue colonia inglesa.
El martes, mientras Xi asiste a un banquete en el Palacio de Buckingham, miembros de Amnistía Internacional protestarán en el Parque de St. James en contra de las violaciones de derechos humanos cometidas por China. Algunas pancartas dirán “Derechos sobre ingresos” y “Pueblo antes que ganancias”.
Jeremy Corbyn, el líder sindical, tendrá una reunión privada con Xi para tratar el tema de los derechos humanos. Es probable que se discuta el caso de Liu Xiaobo, único ganador del premio Nobel que se encuentra en arresto domiciliario, y que exija la liberación de los abogados de derechos humanos que fueron encarcelados a mediados de este año.
A pesar de las criticas, el gobierno inglés parece querer estar cada vez más cerca de China. En 2012, David Cameron se reunió con el Dalai Lama, poniendo en jaque las relaciones diplomáticas entre Londres y Pekín. Sin embargo, los medios informaron que Cameron nunca más se reuniría con el máximo líder del budismo tibetano.
Por otro lado, durante su visita a Xinjiang el mes pasado, el canciller Osborne se negó a criticar a China por las violaciones de derechos humanos en dicha región, donde el gobierno de Pekín oprime constantemente a los uigures, una minoría musulmana. Los medios chinos elogiaron a Osborne por su “etiqueta”.
“El verdadero problema es que acá el Gobierno está poniendo los intereses comerciales antes que los derechos humanos”, le dijo Shao Jiang, un disidente que ayudó a redactar las demandas de los estudiantes antes de marchar a la Plaza de Tiananmen, a The Independent. “Gran Bretaña goza de bienes baratos e inversión china, pero el precio lo pagan los trabajadores que no tienen derecho a protestar u organizarse”.
El presidente Xi aplaudió la decisión “visionaria” de Gran Bretaña por buscar estrechar los lazos con China. No obstante, advirtió sobre la necesidad de “ser hospitalario y darle una calurosa bienvenida a los amigos”.
[Crédito foto: The Guardian] También puedes leer:
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