El pasado jueves 8 de octubre, la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China en Estados Unidos -CECC por sus siglas en inglés- publicó un estudio escalofriante sobre el estado de los derechos humanos en China.
En la presentación de los resultados del estudio, Chris Smith, presidente de la comisión, comienza con una frase lapidaria: “Ha sido otro año más de castigo para los derechos humanos en China. El presidente Xi ha presidido un sabotaje extraordinario en la aplicación de leyes mediante el uso de políticas represivas y retrógradas que amenazan a defensores de la libertad en China, y desafían tanto los intereses de Estados Unidos como la cooperación entre Estados Unidos y China y su buena voluntad”.
Smith arremetió con fuerza contra Xi Jinping, presidente chino, diciendo que desde que él llegó al poder las violaciones de derechos humanos en el país se han vuelto un motivo aún más recurrente.
“Este informe detalla también la brutalidad y el costo humano de las políticas de control de población coercitivas de China, un experimento social fallido que cumple 35 años”.
“Por casi cualquier medida posible, la China de hoy es la más represiva y brutal que se haya visto en años. La desaparición de un abogado especialista en derechos humanos, el pastor cristiano encarcelado, y el cantautor tibetano silenciado son una clara muestra de ello”.
En una carta dirigida al presidente Obama y a los líderes del congreso, el CECC hace una serie de recomendaciones sobre las áreas en las cuales Estados Unidos debe enfocar sus esfuerzos para lograr una mayor acción legislativa y ejecutiva más centrada en China. Estas áreas incluyen el desarrollo de la sociedad civil, la trata de personas, prensa y libertad de Internet, derechos de las minorías étnicas, Hong Kong, libertad religiosa, y esfuerzos por reformar las políticas coercitivas de control poblacional en China.
China criticó fuertemente los resultados de este estudio cuestionando su validez. Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Relaciones Internacionales de China, dijo que el documento está completamente parcializado y sigue la típica retórica americana sobre China.
"Este tipo de informes no tienen nada más que acusaciones sin fundamento sobre los asuntos internos de China y son una típica muestra del prejuicio con el que Estados Unidos ve a China. Mil millones de chinos se encuentran en mejor posición para comentar sobre la situación de derechos humanos que se vive al interior del país", dijo.
Haz click aquí para ver el informe completo (En inglés)
[Crédito foto: Blogs.ft ]
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