Tacos a la Panda: ¿Lo gasto o lo guardo?, el nuevo dilema de los chinos

In by Andrea Pira

En su más reciente columna, Francisco Silva, nuestro colaborador mensual, analiza uno de los cambios más drásticos que la cultura y sociedad china experimentarán en los próximos años: el hecho de pasar del ahorro al consumo.
¿Qué harías si un doctor te dijera que para mantenerte saludable tienes que cambiar un hábito que has tenido toda la vida? ¿Qué tal si se trata de un hábito que no solo tú, sino toda tu familia han seguido por generaciones, y que además te han dicho que es un hábito saludable y hasta ejemplar? ¿Qué pasa si el doctor le pide cambiar este hábito no solo a un paciente, sino a cientos de millones de pacientes?

No es ningún secreto que para que China lograra el éxito que hoy vemos, un punto clave es la gran capacidad y la cultura de su gente para ahorrar. Este ahorro permitió, en miles de ciudades y barrios, la apertura de pequeños negocios que hoy son grandes empresas, permitió que reinvirtieran en pequeños talleres que hoy son grandes fábricas. Esta capacidad de ahorro ha llevado a que la gente de clase media pueda adquirir sus departamentos, viajar por el mundo, etc.

Ahorrar está muy arraigado en la cultura china. De todo el ingreso se llega a ahorrar entre el 20 y 30 por ciento. Se gasta solo en ocasiones especiales y en celebraciones tradicionales. Los grandes gastos, los que vemos en las noticias o en las calles de las ciudades de China, usualmente se dan por tres razones: es un gasto pagado por gobierno o una empresa, lo hace la gente de clase alta y los chinos de clase media, que gastan lo que sobra después de que ahorraron.

Esto ha servido a favor tanto del gobierno como del consumidor final. Sin embargo, esto podría cambiar. Hace unas semanas asistí a una conferencia y mesa redonda organizada por The Economist, donde su analista principal, Dr. Simon Baptist, hizo una excelente presentación de lo que depara en los próximos años a China y la región, así como una visión de las mega-tendencias y cambios en la economía que JP Morgan y otras empresas pronostican para el 2030.

El evento cerró con un panel de especialistas que hablaron de los recientes cambios en la economía china, como la reciente devaluación del yuan, la continua desaceleración de su PIB, y la reducción en la inversión extranjera en el país. Explicaron que estos, y otros factores, ya se estaban esperando y son parte de la transformación económica de China. Todos fueron muy positivos sobre el futuro del país. Como buen latino, no me la creo cuando me dicen que todo es positivo y que todo va a estar está bien, así que les pregunté cuales serían los retos y riesgos que China se enfrentará en los próximos años. Entre varios, el que más me llamó la atención fue el riesgo de que China siga siendo una sociedad ahorradora y no una sociedad de consumo.

¿Cómo cambias un hábito en la sociedad? Incluso para un país que tiene tanto control en su población y su economía, un cambio de esta magnitud no será fácil. De entrada, no puede tomar estas típicas acciones brutales que de un solo tajo cambian aquello que no quieren más. Esto es un cambio sutil: “no digo que dejes de ahorrar, digo que ahorres menos” diría el “doctor” que mencioné antes. Después, le prescribirá: “-"Compre de dos a tres veces por semana, online, todo tipo de productos, pero no abuse de los importados. En los fines de semana haga un recorrido por centros comerciales y vaya planeando que comprar la siguiente semana”.

Estoy seguro que tanto la iniciativa privada, como son productores, importadores y tiendas en línea, están felices con esta tendencia que el gobierno ha estado y seguirá empujando en años venideros. Los bancos siguen abriendo líneas de crédito apenas ven que un chino llega a cierto ritmo de consumo en línea. Esto es muy bueno para el país, pero el “doctor” diría: “recuerde que todo en exceso es malo”… ¿Y cuándo es considerado exceso? ¿Cuándo pasa de ser un hábito a un vicio?¿Qué va a pasar el día que llegue finalmente una crisis al país y los pacientes tengan que recurrir a sus ahorros ahora reducidos porqué los gastaron en televisiones de pantalla plana y frutas exóticas que compraron en taobao y jd.com? Y los que se enfermen… ¿Cómo van a afrontar los gastos médicos si acaban de regresar de su viaje de compras a Hong Kong?

A los panelistas les preocupa más que los chinos den el brinco, que pasen de ahorradores a consumidores. Por razones obvias, ellos quieren que sus empresas vendan más. Sin embargo, pierden de vista el hecho de que China sigue siendo una economía en vías de desarrollo, y que es una sociedad joven en términos de capitalismo. Esto le ha permitido adoptar nuevas tendencias a un ritmo acelerado, pero que no tiene experiencia en los abusos ni repercusiones del capitalismo, como lo son las crisis, devaluaciones, alza de precios y desempleo.

No estoy contradiciendo ni a los panelistas ni al “doctor”. Creo que están en lo correcto al pensar que un incremento en el consumo doméstico es parte de una economía sana, pero no se trata de darle unas píldoras al paciente, sino que se trata de cambiar un hábito sano por otro que, por decirlo de alguna manera, es más sano considerando las condiciones actuales del mundo. Hablar de cambio de hábitos, al menos en un individuo, es un tema muy amplio y complejo. En lo personal, llevo unos cuantos años leyendo sobre este tema, poniendo en práctica algunas de las propuestas de cómo modificar hábitos y, en breve, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Incluso, cuando la meta del nuevo hábito es clara (dejar de fumar, llevar una vida más sana, etc.), es difícil para la mente entender los límites, parámetros, recompensas y demás elementos que vienen con la modificación de un hábito. “Consumir es bueno” no es una meta del todo clara para la mente ya que no hay limitaciones claras de dónde y hasta cuándo.

Tal vez le puse demasiada salsa a estos Tacos a la Panda, y me estoy preocupando demasiado. Puede que en realidad la gente conozca su límite para gastar. ¿Ustedes qué opinan? Por favor escríbanme a paco@dxmconsulting.com para saber su opinión.

[Crédito foto: WSJ]

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