En su segunda entrega de “Caminando sobre la muralla”, Cesar Ocampo, nuestro nuevo colaborador mensual sobre temas económicos chinos, habla sobre los verdaderos impactos de la crisis económica en el país asiático.
En lo que va este año, el mundo entero ha puesto los ojos en la situación económica del gran dragón chino. Sin embargo, y a diferencia de años anteriores, la información no es del todo alentadora, a tal grado que se ha formulado la idea de que una de las economías más grandes del mundo se encuentra en peligro de caer en una crisis económica. En el supuesto de suceder, conllevaría a una catástrofe económica internacional, dado el rol e interconexión que posee dicha economía con el resto del mundo.
Dentro de los acontecimientos que han desatado esta serie de rumores sobre la caída de la economía china, se encuentra la caída de la Bolsa de Valores de Shanghái, uno de los principales referentes financieros en el mundo de las finanzas. Dicha caída tuvo un impacto del 8,5%, afectando gravemente los precios en las acciones, dañando la confianza de los inversionistas, y contagiando a las demás bolsas de valores en el mundo.
En septiembre del mismo año, contemplamos una caída del sector manufacturero, una pieza clave en el modelo económico de China, ya que es uno de sus principales motores de crecimiento. La industria manufacturera china sufrió una contracción, generando una caída en el Índice de Gestores de Compras Industrial (PMI) de 49,7 puntos, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
Uno de hechos que más ha generado la preocupación sobre el futuro económico del dragón chino fue la caída de la actividad comercial en agosto, equivalente al 9,7%.
Las exportaciones se contrajeron 1,6% en los primero meses del presente año, mientras las importaciones se contrajeron hasta llegar a 14,6%; incluso con relación a uno de sus primeros socios comerciales, como es la Unión Europea, la actividad se vio afectada con la baja de 8,4%. Otro elemento que ha puesto incertidumbre en el porvenir de la economía china es la caída de las importaciones de materias primas, variable de gran peso en economías dedicadas a la producción y bienes manufacturados como es el caso de China. Como ejemplo inmediato tenemos la caída del 1% de las importaciones de cobre en septiembre.
La devaluación del yuan en los recientes meses, a pesar de que juega un papel estratégico en el modelo exportador de China, para los ojos de algunos analistas es tomado como una señal de debilitamiento de su economía, ya que la devaluación es un mecanismo para fomentar la balanza comercial, y estabilizar la cuenta corriente de una economía.
Estos hechos, en conjunto con la desaceleración del crecimiento de la economía del gigante asiático, han llevado a que economistas de gran perfil, como Paul Krugman, comparen la situación económica de China con la pasada crisis económica que afectó a las economías de Asia en 1997, conocida también como el efecto dragón.
• Desaceleración de la economía china
Desde el 2010 hasta hoy, la economía de China ha mostrado una desaceleración, ya que fue en el mismo 2010 el último año en que dejó de crecer a un ritmo sorprendente de dos dígitos, incluso desde el 2012 la economía no ha podido sobrepasar la barrera del 7%. Esto refleja que la desaceleración no es un tema reciente, sino que se ha presentando desde la crisis económica de Estados Unidos.
Si bien es cierto que China ha desacelerado en los últimos años, debemos tomar en cuenta que esta situación no es ajena, sino es natural en el contexto económico actual en el que nos encontramos, como lo ha declarado Christine Lagarde, Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI). El crecimiento económico global será más débil del 3,3% ya pronosticado, resultado de la lenta recuperación de las economías avanzadas y de la desaceleración de los países emergentes.
• ¿China se prepara para una nueva etapa de expansión?
Si bien hemos mencionado que las recientes noticias sobre el panorama económico chino no han sido del todo alentadoras, también debemos destacar los planes elaborados por la administración de Xi Jinping para la preparación del nuevo rol de China en el sistema Internacional.
En primera instancia, tenemos el plan de Inversión en Infraestructura a nivel internacional aprobado en abril, mejor conocido como el plan de la nueva Ruta de la Seda, que tiene como objetivo apoyar y promover los proyectos de infraestructura entre Asia, Europa y África, con el apoyo del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, institución que cuenta con el capital chino de 47.000 millones de dólares.
Resultado de la pasada gira del primer ministro chino Li Keqiang, contamos con el Fondo Chino Latinoamericano de Inversión para la Cooperación en Capacidad Productiva. Dicho Fondo posee un capital de 10.000 millones de dólares para la cooperación industrial con Latinoamérica en sectores como manufacturas, nuevas tecnologías, agricultura y energía, además de promover la instalación de empresas de la nación asiática en la región.
Otro de los temas destacados sobre el rol del gigante asiático en la agenda económica internacional es la internacionalización de su divisa. Esto implica que a partir del mes de octubre, el renminbi compartirá el privilegio de poder ser uno de los mayores referentes en el mundo de las finanzas y, dado el volumen de comercio del país con el resto del mundo, jugará un papel tan importante como el del dólar o el euro.
Las reformas y planes implementadas por el presidente chino, no sólo tienen la finalidad de impactar en el ámbito internacional, sino también nacional. Como se ha venido presentando desde años atrás, una de las metas de la nueva administración es el fortalecimiento del mercado interno, por lo cual se han lazado una serie de programas como los recortes a las tasas de interés que se vienen implementando desde noviembre del año pasado. Además de la reducción de aranceles en materia de importaciones y exportaciones con el objetivo de reducir los costos en las operaciones de comercio internacional, la implementación de un fondo para promover el desarrollo de leasing financiero en el país, lo cual generaría una expansión más veloz en la actividad productiva, y reduciría los costos de endeudamiento de las empresas chinas.
Otro de los puntos clave para el fortalecimiento de la economía doméstica fue lo mencionado por el ministro de Finanzas de China, Lou Jiwei, en cuanto a los planes de aumentar los gastos del gobierno en 10% este 2015, además de elevar el pago de los dividendos a las empresas estatales con la finalidad de estimular la actividad económica.
A pesar de la ola de noticias sobre el descenso de la economía china, debemos evitar caer en exageraciones, y comprender que a pesar de que el dragón chino se encuentra en un proceso de desaceleración, es un fenómeno natural que se da en el contexto económico internacional. En cambio, debemos poner atención a los planes de inversión y cooperación económica de la nación asiática con el resto del mundo, ya que estos, aunado con la internacionalización del yuan, preparan la plataforma para que China juegue un papel de mayor peso en el escenario global.
*Cesar Ocampo es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha laborado en la Cámara de Comercio y Tecnología México China como jefe de Promoción y Comunicación. Es miembro de la Red Latinoamérica y del Caribe de estudios sobre China (RED CHINA-ALC), Columnista-Asesor de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos (CECLA). Actualmente se encuentra realizando los estudios de maestría en idioma chino, en la Universidad de Lenguas y Cultura de Beijing.
[Crédito foto: SQTFX ]
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