El significado de “ser estadounidense” desde la perspectiva de una joven que no es americana

In by Andrea Pira

Nuestra colaboradora April Xiaoyi Xu está realizando sus estudios en Estados Unidos. En su columna, comparte con nosotros su experiencia de involucrarse como extranjera en la sociedad estadounidense. Aunque no soy de los Estados Unidos, me fascina el significado de “ser estadounidense” no sólo por lo que leí para mi clase de español, sobre los diferentes puntos de vista acerca de la inmigración hispánica a los Estados Unidos, sino también por mi propia conexión con el país. Como una estudiante china que está viviendo en California, tengo curiosidad sobre los estadounidenses. Por eso, he observado y aprendido sobre el significado de “ser estadounidense”.

A lo largo de mi vida, mi propia definición de “ser estadounidense” ha cambiado y se ha expandido. Mi observación de este tema empezó cuando visité los Estados Unidos por primera vez con mis padres. Tenía siete años y tenía curiosidad por todos los aspectos del mundo. Al llegar a Nueva York, mi primera impresión de los estadounidenses fue que eran un grupo diverso en términos de sus razas, y esta diversidad me abrumó un poquito, ya que en el pasado sólo había conocido gente asiática. Durante mi visita, casi todos los estadounidenses me parecían felices y sobre todo, me parecía que ellos trabajaban con diligencia para lograr sus sueños. Pensaba que los estadounidenses se sentían contentos por la igualdad que ofrecía su país. Después de regresar a China, soñaba con una realidad en la cual los pobres en mi país pudieran recibir el mismo respeto que recibían los ricos. Para mí, “ser estadounidense” significaba que lo importante no era ni su clase económica ni su raza, sino su esfuerzo para mejorar la vida de su familia. Por otra parte, en ese momento no sabía nada sobre la historia de la segregación racial ni sobre los problemas de los inmigrantes.

Durante mi primer viaje a los Estados Unidos era muy ingenua puesto que sólo tenía siete años. Ahora, después de once años, no recuerdo mucho de este viaje, pero estoy segura de que no todos los estadounidenses que vi estaban contentos. Como ya mencioné, mi impresión de los estadounidenses ha cambiado y se ha expandido desde entonces. Lo que no ha cambiado mucho (pero lo que se ha expandido como resultado de mi creciente conocimiento del país), es mi observación que la mayoría de los estadounidenses creen en el “credo americano”, que según el ganador del Premio Nobel de Economía, Gunnar Myrdal, consiste en “la ética de trabajo”, “los derechos del individuo” y “la creencia en la capacidad de los seres humanos por intentar crear un cielo en la tierra”. Como otra fuente académica, el politólogo Cal Jillson afirma que “casi todos los estadounidenses creen en el credo americano”. Además, a través